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“Vivimos en las sombras. Parece que somos felices, pero no. Siempre estamos con el miedo de lo que nos puede pasar. Ahora mi mayor temor es lo que podría pasarles a mis hijos”. Madre de familia
“No quiero que me llamen ‘dreamer’. Se escucha bien bonito, pero con ello han simplificado lo que significa ser joven en otro país. Yo no soy diferente a mi mamá. ¿Por qué oportunidades para mí y no para ella?”.Estudiante
“Me arrastraron las camionetas. Me pasé la noche con fiebre en la cárcel. Y lo volveré a hacer. Pondré mi cuerpo y mi libertad en riesgo hasta que desaparezcan las leyes antiinmigrantes”.Activista
Son las voces de quienes viven con miedo y sin documentos en Arizona, un estado desde siempre hostil a los inmigrantes, la tierra de Arpaio y de la SB1070. Fue en el foro Agenda Migrante, convocado por Eunice Rendón, Jorge Castañeda y Héctor Aguilar Camín, en donde compartieron sus preocupaciones ante autoridades, legisladores y periodistas mexicanos. Sus vidas de esfuerzo y sufrimiento se enfrentan a una realidad aún más adversa tras la llegada de Trump al poder. La figura de este hombre altera cualquier conversación en nuestro país. Altera nuestra poca o nula sensación de seguridad, amenaza nuestro sentido de pertenencia y nos hace sentir rechazados. El nuevo villano acapara los reflectores porque a diario toma decisiones y lanza consignas que sacuden al mundo. Pero no debe perderse de vista que los indocumentados están en esa vulnerabilidad porque en México no encontraron oportunidades. Los expulsaron la pobreza y la inseguridad, y eso no es culpa de Donald Trump.
“Estamos acá porque en México no nos dan oportunidades, no nos dan educación. No nos dan trabajo si no tenemos palancas”.
“Mi hijo se acaba de graduar de la Universidad. Si yo me hubiera quedado en México eso no hubiera pasado”.
“Acá tengo miedo, pero no como en México. Allá te roban todo. Quedé traumatizada luego de que me asaltaron en un microbús”.
“En México ganaba 700 pesos a la semana. Un pollo cuesta 100. No alcanza. Suban el salario mínimo. Solo queremos comer decentemente”.
De acuerdo a las cifras más recientes del Inegi, casi la mitad de los trabajadores en México ganan hasta dos salarios mínimos. Son 24 millones de personas con un sueldo de 5 mil pesos al mes. Por eso no sorprende que los paisanos quieran quedarse en Estados Unidos. Tienen terror a las redadas, a los centros de detención y a una posible deportación, pero prefieren administrar ese miedo a tener que sobrevivir con un salario miserable que además pueden arrebatarles en cualquiera de las inseguras calles del país en que nacieron. Eso tampoco es culpa de Trump.
EL HUERFANITO. Postores que participaron en licitaciones públicas del sector salud entre 2009 y 2015 hicieron trampa. De acuerdo a la Comisión Federal de Competencia Económica, estaban coordinados para ganar sí o sí los más de mil 200 millones de pesos de recursos fiscales. De prosperar el procedimiento administrativo que se ha abierto en su contra, podrían hacerse acreedores a una multa de hasta 10 por ciento de su ingreso acumulable. Ya existe también una denuncia ante la PGR. Habrá que seguir con atención el proceso para verificar que las sanciones ocurran.