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La Estrategia Digital Nacional, afirma atinadamente el investigador Edgar Vásquez Cruz. “no es una creación del actual gobierno de Enrique Peña Nieto sino el resultado de acciones previas, tanto privadas como de gobierno, como la Agenda Digital Mexicana 2012-2015 de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes; la Agenda Digital Nacional 2011 de la Alianza ADN; la Agenda Digital Sistema Nacional e-México 2010-2015 de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y Visión México 2020, de la Asociación Mexicana de la Industria de Tecnologías de Información, A.C. (Amiti), la Cámara Nacional de la Industria Electrónica de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información, Sector Electrónico y de Telecomunicaciones (Canieti), y la Fundación México Digital (FMD), tal y como lo documenta la publicación Estrategia Digital Nacional de la Cámara Nacional de la Industria Electrónica de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información, Sector Electrónico y de Telecomunicaciones (Canieti)”.
Cuando el presidente Enrique Peña Nieto y Alejandra Lagunes Soto Ruiz dieron a conocer la Estrategia Digital Nacional —el 25 de noviembre de 2013 en el Museo Nacional de Antropología en la CDMX—, los objetivos trazados fueron tan ambiciosos como optimistas:
“El México Digital que vislumbra esta Estrategia tiene un objetivo doble. Por un lado, se plantea como meta que México alcance en el índice de digitalización, establecido en el Programa para un Gobierno Cercano y Moderno, el promedio de los países de la OCDE para el año 2018. Paralelamente se plantea que México alcance los indicadores del país líder de América Latina (actualmente, Chile) para el año 2018”.
En el documento que acompañó la formal presentación de la Estrategia Digital Nacional, en noviembre de 2013, no fueron definidos los indicadores de gestión. Ese delicado error posteriormente fue corregido. Sin embargo, la información relativa al seguimiento y el cumplimiento de los objetivos formulados en la EDN ha sido diseminada esporádicamente.
Algunos datos que ha reportado la Organización para la Cooperación y del Desarrollo Económicos (OCDE) permiten suponer que las acciones emprendidas por la Coordinación para la Estrategia Digital, no precisamente han contribuido a reubicar a México en una posición similar a Chile en materia de conectividad y digitalización.
Por ejemplo, en días pasados la OCDE reveló que México reportó una tasa de penetración de banda ancha fija de 12.05 conexiones por cada 100 habitantes. Esa cifra fue la más baja entre todos los países miembros de ese organismo en 2015. Inclusive Turquía presentaba una tasa de penetración más elevada (12.3 conexiones). El promedio de los países miembros de la OCDE es de 29.05 conexiones por cada 100 habitantes.
Además el crecimiento observado en términos de penetración de banda ancha, hasta diciembre de 2015, se encuentra muy por abajo del promedio de los países miembros de la OCDE: 3.38 por ciento. El promedio de penetración de banda ancha fija de países miembros de la OCDE es de 29.05 conexiones por cada 100 habitantes.
México también observa un preocupante rezago en materia de conexiones máquina a máquina (M2M) e Internet de las Cosas (IoT). Ello en buena medida se debe a la ausencia de políticas públicas que estimulen su desarrollo.
De acuerdo con la OCDE, en diciembre de 2015 México contaba con 0.91 tarjetas SIM para M2M por cada 100 aparatos y 1.11 millones de máquinas conectadas entre sí. Por ende, México presentaba la menor penetración y uso de tarjetas que conectan máquinas con máquinas (M2M).
La única empresa que reporta en México datos relacionados con conexiones M2M es Telefónica México, ni siquiera Telcel.
Parece difícil, prácticamente imposible, que en dos años México pueda alcanzar los objetivos que justificaron la creación de la Coordinación para la Estrategia Digital que, dicho sea de paso, ha contado con un presupuesto mucho menor al asignado al área responsable de comunicación social de la Presidencia, hecho que revela cuáles efectivamente han sido las prioridades.
