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Los efectos de la pronunciada recesión de la economía por supuesto repercuten en la marcha de la Economía del Conocimiento, y según la referida Comisión de Naciones Unidas, el índice de penetración mundial de Internet descenderá de 8.6 por ciento en 2014, a 8.1 en 2015.
Del reducido grupo de hombres más ricos del planeta, sólo Mark Zuckerberg, fundador y dueño de Facebook, parece efectivamente implicado en la tarea de llevar Internet a todas las personas.
El lunes 5 de octubre, Zuckerberg reveló la intención de proveer Internet desde el espacio, y se ha asociado con eutelsat para poner en órbita un satélite que permitirá conectar a Internet a millones de personas.
Los demás súpermillonarios –principalmente quienes practican y pregonan acciones filantrópicas de ornato a través de fundaciones destinadas a atajar incómodos cuestionamientos- solo ven a Internet como uno más de sus negocios y, para colmo, ofrecen pésimos servicios.
La agenda Connect 2020 –véase http://www.itu.int/en/connect2020/Pages/default.aspx- precisamente repara en la necesidad de acelerar la inclusión digital de dos tercios de la población mundial que aún no cuentan con acceso a Internet.
Nicholas Negroponte, presidente emérito del MIT Media Lab, autor del libro Ser Digital, y uno de los primeros usuarios de Internet, atinadamente sostiene que las telecomunicaciones deben ser consideradas como un servicio público, como el alumbrado público o la educación. La conectividad es, sencillamente, un derecho humano.
Efectivamente, Internet es un derecho humano, pero ¿Quién lo pagará? cuestiona atinadamente Efrén Páez, analista en Mediatelecom.
No pocos gobiernos –el nuestro no es la excepción- sencillamente han tolerado que las tarifas impuestas por los grandes empresarios de las telecomunicaciones, excluyan a un amplio sector de la población.
De acuerdo con lo reportado por la Asociación Mexicana de Internet (AMIPCI) en su reciente estudio sobre la penetración de Internet en México (11º estudio sobre los hábitos de los usuarios de Internet en México 2015), disponible en https://www.amipci.org.mx/images/AMIPCI_HABITOS_DEL_INTERNAUTA_MEXICANO_2015.pdf el total de usuarios de Internet en México fue estimado en 53.9 millones.
El acceso básico a Internet debe estar libre y disponible para todos –razona atinadamente Negreoponte- para que realmente cubra a todos, tenemos que ir más allá de los modelos de negocio atados al accionista, y lejos de la arbitrariedad y la "estructura organizativa loca" del Estado-nación.
La creación de una "Organización Mundial de conectividad" -previa cobertura satelital, ofreciendo en cada pulgada cuadrada del planeta los mismos bytes básicos de cobertura-representa un esfuerzo que definitivamente trasciende a una sola nación. Los gobiernos deben hacer su parte y contribuir en este gran esfuerzo.
Zuckerberg parece compartir la ilusión de Negroponte. El selecto grupo de súpermillonarios –en el cual figuran algunos mexicanos- seguramente podría involucrarse en ello, realizando acciones filantrópicas muchísimo más productivas y trascendentales. Superando esa “filantropía de reflectores”, tan hueca, tan limitada, tan superflua.