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“¡Empinado, neoliberal, capitalista!, ¡Lame huevos de Salinas!”, gritaba, colérico, un joven a Pedro Ferriz de Con en la marcha contra Peña Nieto la semana pasada, el video colgado y viralizado en YouTube lleva por título: Valiente mexicano ridiculiza y corre a Pedro Ferriz de Con de la marcha por la renuncia de EPN.
Como aquellos que piensan que las redes lo son todo, Ferriz apostó a una “mega” marcha que al final convocó apenas a mil 500 indignados. En su derecho oportunista tal vez pensó que sus aspiraciones se verían favorecidas poniéndose del lado de los ciudadanos, porque hay quien piensa que todos los ciudadanos están en las redes sociales… Y así le fue.
Twitter y Facebook, ciertamente y más que cualquier otra red, pueden medir muy bien el pulso de la ciudadanía. En Egipto, por ejemplo, fueron clave para la Primavera Árabe y en Ucrania lograron modificar la estructura gubernamental y dar paso a una revolución que se trasladó al Maidán.
Sin embargo, México no es Ucrania ni Egipto, tendremos similitudes, compartiremos flagelos como la pobreza y la corrupción, pero aquí no hay una mayoría de mexicanos (y enhorabuena por su ausencia) que estén dispuestos a llevar una revuelta violenta para cambiar el régimen por las vías de subversión.
Desde hace dos sexenios en este país los votos cuentan, casilla por casilla, se pierde o se gana (a veces con muy poca legitimidad), pero la perpetuidad en el poder de un grupo por medio del fraude parece (al menos parece) cosa del pasado que los millennials estudian en los libros de historia.
Pero, aunque es cierto que no cargamos con un espíritu guerrillero, no podemos negar un mal humor que se traduce en desconfianza generalizada hacia todo. Ferriz de Con recibió las mentadas de madre en carne propia que recibimos muchos comunicadores todos los días a través de internet. El gobierno carece de legitimidad, de credibilidad, de poder y de rumbo, pero los comunicadores no necesariamente estamos en un, diametralmente, mejor papel.
Basta leer comentarios en las redes de muchos colegas para darnos cuenta de que, como el Presidente, también nosotros hemos perdido credibilidad, también a nosotros se nos percibe como parte de un andamiaje de cochupos, como un elemento fundamental de un establishment desgastado y sujeto de alfileres.
Y no, subir un podcast no es la solución, tal vez no estamos entendiendo el nuevo discurso.
Micheal Medved, gran comentarista radiofónico estadounidense, dijo una vez que los medios masivos son capaces de redefinir la normalidad; creo que lo fueron, pero hoy será la sociedad la que redefina a los medios masivos tradicionales… O los aniquile.
DE COLOFÓN.— Dicen que puso una oficina en el hangar de un aeropuerto en Veracruz y, a veces, seguido, despacha desde ahí en caso de tener que huir.