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En los últimos meses la cálida capital de Morelos arde como un infierno; enclave de penuria… y gachos baches. Nada que ver con la eterna primavera.
El desastre cuernavaquense espanta el sueño de la placidez, del sopor que acaricia entre platanares, mangos y buganvilias, placer alguna vez gozado por Hernán Cortés, el emperador Maximiliano, ricos políticos de moda y poder, o artistas de altos y medios vuelos… donde ya ni en sueños resuenan los cascos de la caballería zapatista.
Hoy, Cuernavaca es escenario nacional de pantomima democrática; historia de fracasos y trapacerías.
A estas horas, la política ruin pretende derrocar a patadas al alcalde Cuauhtémoc Blanco.
A la perversidad de los hermanos Julio y Roberto Yáñez Moreno, dueños absolutos del Partido Social Demócrata (PSD), patrocinadores de la sospechosa candidatura dizque “independiente” del ex astro futbolero se suman las fuerzas del Congreso local que manosean el mandato del alcalde mediante juicio político; el PRD local, encabezado por Rodrigo Gayosso Cepeda; el gobernador Graco Ramírez, para quien la “popularidad” de Blanco juega de estorbo.
Graco, el “quijote” morelense de la izquierda, opera aspiraciones a una candidatura presidencial y el derecho de heredar el poder estatal a Gayosso, su hijastro, entenado y escudero favorito, comisionista “aduanero” de trámites y “moches”.
Se trata de un escándalo político obsceno, demostración de abuso por el poder, ruindad con ingredientes grotescos, tristes y deprimentes, tanto como las fosas llenas de cadáveres destazados, muertos sin nombre, despojos de la lucha criminal por las narcorrutas del sur hacia al norte.
Pero Cuauhtémoc Blanco parece tener más vidas que un gato. Aunque muchos quisieran, no es títere ni está cojo. Respaldado por su representante, el tiburón José Manuel Sanz, se ha defendido tambien a patadas; toda la vida ha sido lo suyo. La Suprema Corte mantiene en suspenso las acciones en su contra con el trámite de dos amparos provisionales. No sería raro que al final el máximo tribunal acabe por darle la razón.
La andanada no parará ahí…
Rodrigo Gayosso Cepeda no se limitará a advertir que el “Cuau” es un peligro para Morelos; no parará en su afán de demostrar que el alcalde cuernavaquense tiene nexos con el crimen organizado.
La capital de Morelos, principal enclave político, económico y social, es demasiado importante como para dejarla en manos de un advenedizo peligroso, quien resiste a ser tratado como marioneta, más ahora que las fuerzas vivas de la grilla estatal, el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, de Javier Sicilia; el señor Obispo de la Diócesis de Cuernavaca, Ramón Castro Castro, el rector de la Universidad de Morelos, Jesús Alejandro Vera Jiménez, y hasta los transportistas, confabulan para hacer un infierno la vida de Graco.
La guerra contra Cuauhtémoc Blanco apenas comienza, y aunque parezca increíble, el ídolo de la plebe futbolera es factor fundamental en el futuro inmediato de la política morelense…
¿De veras, Cuauhtémoc Blanco juega de
estorbo?
EL MONJE HISTORIADOR: Si Hernán Cortés le abrasó (quemó) los pies al primer Cuauhtémoc, Graco Ramírez se los quiere cortar al último.
@JoseCardenas1
josecardenas@mac.com
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