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El momento temido en que la cotización del peso frente al dólar llegaría a 20 pesos nos alcanzó como el destino, tan pronto como levantaron la cortina los mercados financieros.
Para los analistas financieros no hay sorpresa; se alarga la mala racha.
Apenas el viernes hacían apuestas no sobre la acelerada depreciación de nuestra moneda sino en torno a superar la barrera sicológica en la cual el tipo de cambio del billete verde se pondría color azul, como azul es el billete de a 20.
Si ahora Washington vale 20 Juárez, las causas son varias.
Hace unos días, la nueva subsecretaria de Hacienda, Vanessa Rubio, comentaba que la depreciación del peso no era motivo de alarma, que de hecho el comportamiento de nuestra moneda frente a la divisa estadunidense había sido mejor al de la mayoría de las monedas de mercados emergentes en el resto del mundo. El dato era incorrecto; en este momento no hay apetito por comprar pesos.
Tan solo en los últimos 15 días la depreciación fue superior al 4%, muy por arriba a la de las divisas más importantes del mundo agrupadas en la galaxia del ‘dólar index’ de la empresa Bloomberg, como ayer lo reportaba el periodista Enrique Quintana, en El Financiero.
La caída del peso se debe al efecto Trump. El nerviosismo por el repunte en las encuestas del candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos se ha disparado. El empate técnico con la candidata demócrata, Hillary Clinton, hace prever circunstancias funestas; si la eventual llegada de Trump a la Casa Blanca provocará gripa a la Unión Americana, para México el pronóstico es de ‘pulmonía cuata’; que si Hillary tose, al peso le puede dar tuberculosis.
Si la amenaza de construcción de un muro fronterizo parecía broma, y la cancelación del TLC, una pésima ocurrencia, hoy ambos hechos comienzan a percibirse como posible realidad.
Aun cuando el secretario de Hacienda alegue no estar seguro del impacto de Trump sobre nuestra moneda, expertos del mundo coinciden en que la llegada del magnate provocaría una debacle.
La volatilidad del peso va a continuar, la incertidumbre se mantendrá por lo menos hasta el próximo lunes cuando ocurra el primer debate entre aspirantes a la presidencia estadunidense. Si Clinton vence a Trump las aguas podrían calmarse, pero no demasiado. Si Trump gana, abróchese el cinturón; la caída será de infarto.
Poco puede hacer el Banco de México, como, por ejemplo, aumentar la tasa de interés para tratar de frenar especulación y nerviosismo.
De aquí al 8 de noviembre viene la peor temporada de huracanes.
EL MONJE EDUCADO: Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Michoacán, beligerantes bastiones ‘centistas’, dieron hasta el final la madre de todas las batallas contra la reforma educativa; han sido 128 días largos, con sus noches. Chiapas fue el primero… y el último en caer; costó 150 millones de pesos para ‘infraestructura’. ¿Qué tanto es tantito? ¿Con dinero la reforma entra? La SEP festeja el triunfo de la razón, y Gobernación el de la paciencia.
@JoseCardenas1
josecardenas@mac.com
www.josecardenas.com