Adiós a la pompa y circunstancia de la ceremonia presidencial con motivo del Cuarto Informe de Gobierno. Enrique Peña Nieto decidió enterrar el formato inaugurado por Felipe Calderón, desterrado del Congreso hace diez años. Esta vez no reunirá a políticos y funcionarios aplaudidores; será un novedoso encuentro con 300 jóvenes —seleccionados por las Secretarías de Educación y Desarrollo Social— con quienes hablará del México más educado, próspero, incluyente, pacífico y con responsabilidad global.

¿La confrontación del Presidente con los poderes fácticos y “el mal humor social” obligaron al cambio de estrategia?

Veamos como está la cosa…

El sector empresarial trina por la debilidad del gobierno para resolver el conflicto magisterial y la falta resultados de la estrategia económica. Las organizaciones ciudadanas condenan escándalos de corrupción, abusos de poder, crisis de inseguridad y falta de respeto oficial en materia de derechos humanos. También incomodan esos gobernadores y políticos transas que precipitaron la debacle electoral del PRI, tanto como los jefes de la oposición que han olvidado complicidades derivadas del Pacto por México y prefieren afilar cuchillos para la batalla electoral de 2018. Qué decir de la jerarquía de la Iglesia católica, furiosa por el pecado presidencial de haber pretendido la igualdad de derechos de las parejas homosexuales con su iniciativa de matrimonio igualitario.

¿Para evitar exponerse a las malas caras de esa bola de “incómodos”, el presidente Peña mejor decide no invitarlos… ni hacer fiesta?

Aquí lo vemos de otro modo.

Tiempos turbulentos —reflejados en las encuestas que desaprueban el desempeño del gobierno— obligan al Presidente a generar nuevas sensaciones, cambiar malas percepciones, transmitir emociones y contar lo bueno que “casi no se cuenta pero cuenta mucho”; aprovechar críticas para corregir… y convocarnos a no ser derrotistas.

¿Peco de optimista?

Quizá usted opine que el Presidente parece desesperado y que la decisión no es acertada. Que si bien los encuentros con jóvenes son saludables, deben adoptarse como un mecanismo de diálogo permanente con quienes representan el futuro del país, pero no el 1º de septiembre. Que el mensaje del Informe, con todo y las críticas a su formato, era exceso de derroche, solemnidad, besamanos y culto a la personalidad; rito y simbolismo; única oportunidad del Presidente para protagonizar lo más parecido a una comparecencia frente a la sociedad.

¿Peña Nieto todavía puede enseñarnos a leer el signo de los nuevos tiempos?

EL MONJE SENTIDO: Nocturno a Rosario… Robles: los periódicos no sólo sirven para matar moscas y limpiar vidrios, también para envolver el pescado, los aguacates, y asustar al perro…

@JoseCardenas1

josecardenas@mac.com

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