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En el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) deben estar muy satisfechos con los resultados de la primera licitación de radio en la historia del país y con la primera entrega de estaciones comerciales de radio en más de 20 años.
El IFT estableció que daría 191 estaciones de FM y de éstas logró colocar cerca de 140. En la licitación logró una recaudación superior a los $1,500 millones de pesos (cuando el valor mínimo estaba fijado en $37 millones). Además, lo hizo mediante un mecanismo de subasta electrónica remota, mismo que por primera vez se usa en el país y abona a la transparencia, al todo mundo poder ver en tiempo real el movimiento de las pujas. Eso sí, cada jugador tenía un “número secreto”, por lo que hasta hoy los oferentes y ganadores de estaciones permanecen en el anonimato.
Sin embargo, la gran sorpresa en la licitación de radio, llamada por el Instituto Licitación No. IFT-4, fue lo mucho que se pagó por estaciones de radio. Por ejemplo, está el caso de la estación en Playa del Carmen a la que el órgano regulador puso como valor mínimo de referencia $340 mil pesos y se acabaron pagando por ella más de $60 millones de pesos. Esto es, un incremento de 186 veces el valor que había fijado el IFT.
Pero los montos pagados también fueron millonarios en otras plazas: Cuatro Ciénegas $14 millones de pesos, Lázaro Cárdenas $29 millones, Acapulco $49 millones, Puerto Vallarta $54 millones, Mazatlán $57 millones y, la más cara, Cancún, por la que se pagaron $89 millones de pesos.
En toda la industria de la radiodifusión mexicana hay sorpresa por lo mucho que se pagó. La mayoría de los grupos radiofónicos establecidos piensan que se erogó demasiado por estas estaciones de radio y señalan no hay mercado que dé los retornos para recuperar la inversión realizada. Gran parte de estos radiodifusores comentan —pidiendo el anonimato— que los fines de varios de quienes ganaron la licitación de radio podrían ser distintos a los de la información y el entretenimiento. Se especula que, dado que los mayores montos se dieron en lugares turísticos y que habría nuevos entrantes a la industria de la radio, en realidad sus fines serían utilizar las estaciones de radio para presionar a alcaldes con los usos de suelo, lo que sí deja ganancias inmobiliarias muy rentables para hoteles y desarrollos inmobiliarios a costa de la planeación urbana y de zonas naturales protegidas. Los empresarios de la radio no encuentran otra razón que justifique lo que se ofertó.
Sin embargo, fuentes directas me han confirmado que quien pagó más por cualquier estación de radio sí fue un radiodifusor de abolengo: Francisco Aguirre, presidente de Radio Centro. Este habría estado liderando las operaciones de la licitación de radio desde un “bunker” creado en sus oficinas en Constituyentes desde donde ofertaron por la estación de Cancún $89 millones de pesos. Grupo Radio Centro tiene ya la estación líder en Cancún, pero ésta se la renta a un tercero. Tener una estación propia le permitiría dejar de rentar o hacer, con dos estaciones, un mix de música y radio hablada.
El hecho de que sea un radiodifusor establecido quien haya pagado más por una estación de radio habla de un mercado dinamizado y que en los márgenes financieros es probable que se pueda obtener la rentabilidad necesaria, pero también se trata del mismo grupo radiofónico que sobre-ofertó en la licitación de TV, realizando un impago que le ocasionó una multa de $415 millones de pesos. Si esta vez Radio Centro sí paga lo ofertado se pondrá en un nuevo nivel en el mercado y reestablecerá su credibilidad con el regulador de las telecomunicaciones.
Lo cierto es que la oferta hecha por Radio Centro y por otros postores pone en un aprieto al resto de la industria, pues los montos que se han pagado serán un referente para lo que todos los radiodifusores establecidos pagarán este año por el refrendo (prórroga) de las estaciones existentes y también encarecerá lo que pagarán por las estaciones de AM que están migrando a FM. Así que los nuevos montos afectarán a la radio existente al pagar más por las renovaciones de las radios que ya operan.
El IFT está realizando la mayor sacudida que ha recibido la industria de la radiodifusión en años. La medida hasta ahora parece buena y obligará a la radiodifusión a operar con mayor eficacia y profesionalismo, pero si una vez que se haga público quiénes son los ganadores (el 22 de marzo) se revela que efectivamente muchos de quienes pagaron altos montos en zonas turísticas son operadores sin experiencia en medios de comunicación, se abrirá un debate sobre el modelo de licitación y los fines que se persiguen. También se abrirá un debate sobre el escrutinio público para quienes participan en licitaciones públicas, pues los nombres de los participantes se mantuvieron secretos.
Los resultados de la licitación de radio están generando un cisma en la industria de la radiodifusión y desde luego una mayor competencia, lo cual debería beneficiar a los radioescuchas. Esperemos que la Licitación No. IFT-4 sea para bien y dinamice a una industria anquilosada. Por lo pronto, ya todos los concesionarios estarán sufriendo consecuencias como el pagar más por sus refrendos y si el mercado radiofónico funciona adecuadamente —y no hay intereses ajenos— el precio de los spots de toda la radio deberá subir de valor para recuperar costos.
Cambiando de tema: el misterioso postor 05324. En la licitación de radio, ¿quién —o qué grupo económico— tiene el interés y el poder económico para tramitar 67 solicitudes de concesión, con su respectiva carta de garantía de seriedad?
¿Quién tiene el interés y el poder económico para haber subastado de forma simultánea en 67 plazas y en algunos casos superando los $50 millones?
¿Quién pudo ganar Playa del Carmen pagando más de $60 millones de pesos?
¿Qué grupo económico pudo diseñar una estrategia para encarecer las principales plazas de radio a licitar?
¿Quién se “atrevió” a desbancar a radiodifusores y desalentar a nuevos participantes?
¿A qué participante se le agendó la entrega de su documentación el último día a la ultima hora?
Todas las respuestas tienen un mismo nombre, o mejor dicho, número secreto: el 05324. Continuará…
Twitter: @JTejado