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Hace unos días estalló el escándalo de la detención del procurador general de Nayarit, Édgar Veytia, quien fue detenido en San Diego, California, por el gobierno de Estados Unidos, bajo cargos de traficar con drogas y colaborar con el Cártel Jalisco Nueva Generación.
Veytia había tenido como fiscal general del estado poderes absolutos. No estaba obligado a rendirle cuentas a nadie, salvo al Congreso, que lo aprobó por unanimidad y jamás hizo señalamientos que permitieran suponer que Veytia había convertido a Nayarit en bodega del narcotráfico y lugar intocado de residencia de los capos del CJNG.
Mucha gente advertía, sin embargo, que el fiscal estaba en malos pasos. Consta que el Observatorio Nacional Ciudadano alertó al gobernador Roberto Sandoval Castañeda de que en la entidad se estaban maquillando las cifras de los delitos de alto impacto; su director, Francisco Rivas, comunicó personalmente al mandatario estatal que Nayarit se había convertido en el estado más opaco, en términos de rendición de cuentas, que había en México.
Sandoval había apoyado incondicionalmente la carrera del fiscal. No hizo caso a los observaciones. Veytia jugó con la posibilidad de convertirse en gobernador a partir de sus “buenos resultados” en materia de seguridad y lanzó una campaña a través de los medios locales.
Cuando lo detuvieron, acusado de “fabricar, distribuir e importar a Estados Unidos heroína, cocaína, metanfetaminas y marihuana”, y también de operar para facilitar el crecimiento que en solo en unos años mostró el CJNG, quedó claro que el fiscal no podía ser el único corrupto que había en el estado.
Una situación así solo era posible en un entorno generalizado de corrupción.
A solo unos días de la detención de Veytia, la organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad descubrió que Veytia no era el único funcionario que había faltado a los deberes de su cargo en aquel estado gobernado por el PRI.
Otros cuatro funcionarios cercanos al gobernador Sandoval se dedicaron a otorgar contratos para realizar obra pública a empresas fundadas por ellos mismos, o en las que se hallaban involucrados socios, amigos y familiares.
De ese modo lograron adjudicarse contratos por al menos 121 millones 820 mil pesos.
Reproduzco algunos de los hallazgos de Mexicanos Contra la Corrupción:
De acuerdo con esta organización, entre los funcionarios que tomaron parte en la autoasignación de contratos se encuentran Gianni Ramírez, secretario de Obras Públicas; Juan Ignacio Ávila Ruiz, subsecretario de la misma dependencia, y Fred Alberto Bernal Aguirre, director de Infraestructura Urbana y Vial.
Estos funcionarios asignaron 15 contratos “a empresas fundadas por ellos mismos, por sus socios, por sus hermanos y por sus cuñados”.
El método fue siempre el mismo.
Primero, los funcionarios formaban las empresas: luego concursaban para obtener la obra y al final ellos mismos decidían y concedían —¡muchas veces firmando de su puño y letra!— la licitación a las empresas “agraciadas”.
Según la organización, en solo tres años, 2012, 2013 y 2015, una empresa de la que Gianni Ramírez había formado parte cinco años atrás, recibió contratos por 30 millones de pesos.
Ramírez firmó algunos de esos contratos, faltando al artículo 54 de la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos de Nayarit —que señala que el funcionario debió esperar al menos seis “para influir en la adjudicación del contrato de la empresa que él fundó”.
Mexicanos Contra la Corrupción exhibe contratos obtenidos por Transparencia que no dejan duda alguna del saqueo a que se entregaron los funcionarios.
Interrogado por el reportero Silber Meza, Gianni Ramírez se disculpó diciendo que “si cometió alguna falta en la asignación de contratos con la empresa que fundó”, no lo hizo con dolo.
Sobran, sin embargo, las disculpas, y hacen falta castigos y explicaciones, en un país en el que el rasgo dominante —¡ya era hora!— es al fin el hartazgo ante la corrupción.
La intolerancia absoluta ante un sistema político que vive en buena parte de sangrar al país y a los mexicanos.
@hdemauleon
demauleon@hotmail.com