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Sus nombres: Mauro Taboada Salgado, Cruz Sotelo y Bernabé Sotelo Salinas. Les dicen El Molero, El Wasako y El Peluco.
Su detención fue anunciada hace unos días: al Peluco lo aprehendieron, según el parte oficial, con una maleta y un arma larga, un fusil AR-15 que contenía 20 cartuchos útiles. Al Wasako le hallaron una .9 mm en la cintura; un arma del mismo calibre llevaba consigo Taboada Salgado.
El Wasako, El Peluco, El Molero.
Las autoridades no entraron en detalles. Pero los tres aparecen repetidas veces en el expediente público del caso Iguala, donde se les señala como halcones y sicarios del grupo criminal Guerreros Unidos.
Al igual que otros miembros del grupo, tras la desaparición de 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, los ahora detenidos habrían recibido de uno de sus jefes la orden de entregar sus armas y “entuzarse” en sus casas. No se les volvió a ver. Varios integrantes de la organización, según el expediente, fueron a esconderse a Apetlanca con ayuda del comisario ejidal de la localidad.
Según los documentos del proceso, El Peluco y El Wasako recibieron de manos de agentes de la policía municipal a los alumnos desaparecidos. El otro detenido, El Molero, es acusado de haber participado en el asesinato del estudiante Julio César Mondragón, cuyo cuerpo apareció desollado y sin ojos.
La declaración de uno de los 113 detenidos por el caso Iguala, Jonathan Osorio Cortés, alias El Jona, señala al Peluco como uno de los encargados de “hacer la parrilla o plancha” donde iban a quemar, “con llantas, piedras y leña”, los cuerpos de los alumnos.
Aquella noche, en el basurero de Cocula, la labor del Peluco, se lee en el expediente, consistió en atizar el fuego mientras el resto de sus compañeros dormía. El Jona declaró que a varios alumnos los habían golpeado “con un tronco grande y fuerte en la cabeza, con lo que perdieron la vida”.
El Jona fue detenido en octubre de 2014. Su declaración sostiene que El Wasako se encargó de revisar las pertenencias de los alumnos, y más tarde “apoyó con las garrafas de diesel y de gasolina que él había conseguido”. El Wasako y otro cómplice, El Duba, habrían echado “diesel con poca gasolina a los cuerpos”. “Entre los dos prendieron el fuego uno en una esquina y otro en otra para que se quemaran los cuerpos parejo”, dijo El Jona.
El principal señalamiento contra Mauro Taboada Salgado, El Molero, procede de la declaración de Gildardo López Astudillo, El Gil, a quien decenas de detenidos reconocen como el jefe de plaza en Iguala.
López Astudillo fue detenido en septiembre de 2015, a poco de que se cumpliera un año de los sucesos. Afirmó que se dedicaba a la ganadería y negó las acusaciones. Luego lo pensó mejor. Un tramo de su declaración afirma que El Molero era miembro de la célula de Víctor Hugo Benítez Palacios, El Tilo (cuyos miembros, por cierto, no han sido detenidos).
El Gil declaró que Benítez Palacios “fue el que agarró al estudiante que apareció desollado”, y aseguró que lo había hecho en compañía de “su compadre, El Molero”. Relató que “el muchacho se había separado del grupo y que lo habían acorralado cerca del domicilio del Tai (otro jefe de célula), justo a una cuadra de Juan N. Álvarez y Periférico”. Dijo que el alumno había sido correteado, pero como no se quería parar, lo empezaron a apedrear hasta matarlo y enseguida lo desollaron. “Lo fueron a tirar a un camino de terracería con la ayuda de David Hernández, alias El Chino, de Protección Civil, a bordo de una camioneta roja”.
El Wasako, El Peluco y El Molero fueron puestos a disposición de la Subprocuraduría de Derechos Humanos, Prevención del Delito y Servicios a la Comunidad de la PGR. Sus primeras declaraciones, hasta donde dejaron ver las autoridades al anunciar su captura (“el material de investigación advierte que se camina por la ruta correcta”), van en ruta de colisión con las conclusiones del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes, GIEI.
No tardaremos en saber que los detenidos admitieron su participación en el homicidio y quema de varios alumnos de la Normal Rural de Ayotzinapa. Así que lo que vendrá es un huracán de pronóstico reservado.
@hdemauleon
demauleon@hotmail.com