Enrique Peña encabezó el evento “Acciones para la Libertad de Expresión y para la Protección de Periodistas y Defensores”. En la reunión, increíble pero cierto, excluyeron a periodistas. No fueron convocados. Que no cabían. Solo permitieron la entrada a un grupo de fotorreporteros de la fuente.

La reacción del gremio por el asesinato de Javier Valdez, corresponsal de La Jornada y fundador de Ríodoce, movió al mandatario.

EPN decidió salir luego de 36 periodistas asesinados en esta administración (cifras varían, incluyo a Jonathan Rodríguez de El Costeño de Autlán). Siete en lo que va del año. Dos este 15 de mayo. Y 99% de impunidad.

Pero aprovechó el preocupante y doloroso momento para decir que su gobierno se ha distinguido por ser respetuoso de la libertad de expresión.

No señor Presidente, dejar fuera del diálogo y las coberturas (y de ésta en particular) a parte de la prensa, no es ser respetuoso.

Convertir las conferencias en monólogos sin preguntas ni respuestas, sello de estos años, no es ser respetuoso.

Decir que se fortalecerá a la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Cometidos contra la Libertad de Expresión, FEADLE, cuando su eficacia es casi nula y su presupuesto se ha desplomado, no es ser respetuoso.

Asegurar que no se puede permitir la censura justo en el sexenio donde los colegas que dieron a conocer la investigación de La Casa Blanca de Peña Nieto fueron expulsados del aire, no es ser respetuoso.

Hay un mal entendido. Como lo hubo cuando Peña Nieto inició su mensaje llamando “amigos” a los fotógrafos.

El periodismo no hace amistad con los políticos. No debe. El periodismo confronta, critica, escucha, observa, registra, cuestiona. Si bien puede existir empatía, cordialidad o respeto, mantiene distancia para analizar e informar los hechos que se desprenden del quehacer público. Se requiere comunicación para corroborar datos, réplicas, pero no amistad que venda o entregue la pluma o el micrófono.

En el citado acto, los compañeros que cubren la Presidencia de la República alzaron la voz. Hablaron por todos. En el momento en que el Ejecutivo federal pidió un minuto por los periodistas y defensores “caídos” se escuchó el grito de “justicia”. Y siguió otro, y otro.

El miércoles en Los Pinos se rompió el silencio.

RAZONES Y PASIONES: “En Culiacán, Sinaloa, México, es un peligro estar vivo. Y hacer periodismo es caminar sobre una invisible línea marcada por los malos que están en el narcotráfico y en el gobierno. Esta es una guerra, sí, pero por el control del narco. Pero nosotros los ciudadanos ponemos los muertos y los gobiernos de México y EU las armas. Y ellos, los encumbrados, invisibles y agazapados, dentro y fuera de los gobiernos, se llevan las ganancias. En Ríodoce hemos experimentado una soledad macabra porque nada de lo que publicamos tiene ecos ni seguimiento. Y esa desolación nos hace más vulnerables. Y a pesar de esto, con ustedes, con este premio, puedo decir que tengo donde guarecerme y sentirme menos solo”. Parte del discurso de Javier Valdez en 2011 al recibir el Premio Internacional a la Libertad de Prensa del CPJ. El lunes lo mataron en Culiacán. Hoy todos estamos más solos, más vulnerables.

Twitter: @elisaalanisFacebook: Elisa-Alanís-Zurutuza

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