El presidente Peña se ganó a pulso el rechazo de la sociedad.

El mandatario hirió a la gente cuando invitó a territorio mexicano al millonario, racista, homófobo, misógino, xenófobo que se ha dedicado a golpearnos.

Trajo a casa al “Bully del Barrio”, como acertadamente llamó Enrique Krauze a Donald Trump. Y de paso, reitero, puso su granito de arena para que el nefasto personaje llegue hoy viernes 20 de enero de 2017 a dirigir el país más poderoso del planeta.

Como ustedes recordarán, el artífice de tal visita fue Luis Videgaray.

Peña Nieto también ofendió cuando puso a su subalterno a que lo investigara para determinar si incurrió en conflicto de intereses con la llamada Casa Blanca y los préstamos de Grupo HIGA.

Para ello, nombró titular de la Función Pública a su empleado (cercano también a Videgaray), Virgilio Andrade. ¿Con qué libertad, con qué credibilidad, podía llevar a cabo dicha pesquisa sobre sus jefes?

Fue de tal magnitud la puesta en escena que concluyó con otra igual. Peña se deshizo de él antes de la promulgación de las leyes secundarias del Sistema Nacional Anticorrupción. Es decir, la simple evocación Casa Blanca-corrupción pretendió romperse con acciones cosméticas.

Recuerdo los dos casos en este día, porque al Ejecutivo federal no le importó traer de regreso, ahora como inexperto canciller, al doctor Videgaray. Quien a su vez, podría traer de regreso a Virgilio Andrade. Se ha dicho que llegará a la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo, dependiente de la Secretaría de Relaciones Exteriores.

Ayer platiqué con personal de esta agencia y me comentaron que aún no asume el cargo. No es un hecho. Se manejan otros nombres. Están en la incertidumbre.

No dudo de la capacidad y lealtad de Andrade, pero su posible contratación es un asunto sensible para los ciudadanos. Las críticas al triste papelón que hizo no se olvidan.

Virgilio tiene recursos suficientes para trabajar en muchos lugares del sector privado. Es un hombre preparado. No debería aceptar puesto público alguno en lo que resta del sexenio.

Haría bien en voltear a ver el hartazgo de la población y romper la cadena de favores o complicidades.

RAZONES Y PASIONES: México recibe la llegada de Trump al poder con un Enrique Peña Nieto débil. Un Presidente que tiene apenas 12% de aprobación, de acuerdo a la encuesta de Reforma. EPN le mandó a Donald, de regalo de toma de posesión, a Joaquín El Chapo Guzmán. ¿A cambio de qué la extradición? ¿Videgaray en acción? Es el comienzo. Abrochémonos el cinturón.

@elisaalanis

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