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Cuando Enrique Peña Nieto propuso que Raúl Cervantes fuera ministro de la SCJN la opinión pública lo frenó. Ahora, que los partidos no le hagan al cuento. Si en la Corte se tenía que defender la independencia judicial aquí se tendría que defender la autonomía constitucional de la Fiscalía que está por nacer.
Entre las linduras que plasmaron nuestros políticos en el Artículo Décimo Sexto transitorio de la reforma constitucional en materia política-electoral de 2014 está que, cuando entren en vigor las normas secundarias y lo disponga el Congreso, quien sea procurador en ese momento quedará designado fiscal general por nueve años.
Todo esto significa que el titular de la PGR, Raúl Cervantes —con lo que ya se ha dicho: primo de Humberto Castillejos (consejero jurídico de Presidencia), ex abogado del PRI, ex abogado de poderosos empresarios de medios, defensor de Peña en el caso Monex, ex marido señalado de agredir a quien fuera su esposa, doctor por la Universidad Panamericana—, se convertirá en automático en el “fiscal autónomo”.
Para que esto ocurra, ya preparan la iniciativa de ley de la Fiscalía General. ¿La están haciendo en el escritorio de Castillejos, en Los Pinos? Me comentan que en eso andan. Desean que salga en este periodo. La quieren enviar al Senado donde, como ya quedó claro, la oposición no se opone.
Con esos pasos, el cuestionado procurador, mediante el cuestionado nombramiento, será el poderoso fiscal.
Por cierto, de acuerdo al Artículo Décimo Séptimo de la citada reforma, una vez que desaparezca, algunas facultades que hoy tiene la PGR no pasarán al fiscal sino al consejero Jurídico del Ejecutivo federal, es decir, al primo Castillejos.
No dudo que sea una persona de trato amable y acuerdos, pero después de una semana de leer sobre el nuevo procurador, reitero: no debería ser el próximo fiscal general.
De los defensores de Cervantes leí que incluso sus vínculos con el PRI y el presidente Peña (quien buscaría blindarse cuando termine su sexenio) no son obstáculo, pues podría llegar otro partido al poder. Este argumento es tan endeble como pensar que lo que quería hacer Javier Duarte, dejando fiscales a modo en Veracruz, no importaría, pues llegaría Miguel Ángel Yunes del PAN a la gubernatura.
Quizá lo más preocupante de este episodio sea la nula oposición. El poder político y económico en un México de impunidad y corrupción, totalmente compacto y cerrado. Sin contrapesos.
Los legisladores del PAN y PRD se sumaron a la defensa del doctor Raúl y no al de las instituciones. En lugar de cuestionar cada uno de los asuntos controversiales que todos saben que existen, pactaron y aplaudieron.
De verdad, señores y señoras senadoras, ¿no hay otras mujeres u hombres capaces, como dicen que es Cervantes, para asumir la Procuraduría y Fiscalía de la Nación, pero sin la denuncia de violencia intrafamiliar y los conflictos de intereses que rodean al priísta?
¿O será que ya son ustedes parte de esos intereses?
@elisaalanis
Facebook: Elisa Alanís Zurutuza