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Estratégica y políticamente genial es la propuesta alterna para el nuevo aeropuerto de la ciudad de México que ha presentado Andrés Manuel López Obrador.
Lo es porque obliga al gobierno federal al menos a dar una respuesta. Y no es sólo el hecho de que las encuestas perfilen que López Obrador podría ser el presidente de la República que concluyera la obra iniciada por el presidente Peña Nieto. Es que la propuesta del poderoso líder de Morena parece tener sentido, lógica, pies y cabeza. ¿Qué propone?
1. Cinco pistas: las dos actuales del Benito Juárez, la actual de la base aérea de Santa Lucía y dos nuevas que se construirían en esa base militar.
2. Que la ciudad de México tenga más de un aeropuerto, como Nueva York, París y un largo etcétera: el Benito Juárez y el de Santa Lucía.
3. Aprovechar el estudio de factibilidad presentado en septiembre de 2014 por el gobierno peñanietista: no comenzar de cero.
4. Tener las cinco pistas y las dos terminales listas en 2018: dos años antes del 20 de octubre de 2020 calendarizado por el gobierno de Peña Nieto.
5. Un ahorro del orden de 100 mil millones de pesos (unos 6 mil millones de dólares), que no es poca cosa.
Agregaría: desacoplar la incertidumbre sobre la inversión para el nuevo aeropuerto del proceso electoral 2018. Por eso, lo menos que merece la propuesta de López Obrador es una respuesta. No política, sino en términos de factibilidad.
Como sea, el tabasqueño consiguió pegarse al tema. A partir de hoy, cuando se hable del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, no se pensará únicamente en Texcoco, sino también en el binomio Benito Juárez-Santa Lucía.
López Obrador ha cuidado no cometer el error de afirmar que si llega a la Presidencia frenará las obras de Texcoco. Se ha limitado a decir que lo más probable es que en diciembre de 2018 la obra vaya tan atrasada que ni siquiera haya necesidad de cancelar nada. Y había sido pulcro para no salirse de los márgenes técnicos. Pero ayer lo traicionó su naturaleza. Me dijo: “Creo que el proyecto del aeropuerto de Peña Nieto está hecho para favorecer a las empresas constructoras; no es para el interés social, sino para el interés de las empresas”.
Si se disciplina y mantiene el debate en el plano de los especialistas, lo habrá ganado, más allá de que su proyecto se imponga o no. Porque, insisto, lo que presentó parece tener pies y cabeza. “Por qué sólo un aeropuerto, por qué no discutir la posibilidad de que sean dos, que además estarían antes y costarían mucho menos”, me explicó.
Va a ser difícil que el presidente Peña Nieto simplemente le dé el avión.
MENOS DE 140. By the way. Mientras Los Pinos no reciba la solicitud formal, no habrá comentarios sobre la cita pedida por López Obrador.
gomezleyvaciro@gmail.com