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Las cifras de abril del Sistema Nacional de Seguridad Pública confirman el desastre. En México se sigue asesinando, ejecutando, como en los momentos duros de la llamada Guerra de Calderón. Y ya estamos en abril de 2016.
El gobierno del presidente Peña Nieto y el secretario Osorio Chong cumplió 41 de los 72 meses que estará en el poder y, contra lo que parecía hace un par de años, ha sido incapaz de detener el baño de sangre.
Estamos hablando de cerca de 60 mil ejecuciones acumuladas. Cerca de mil 500 al mes. Cerca de 49 diarias. Una tragedia.
El cuatrimestre enero-abril cerró con 5 mil 995 homicidios dolosos, 14% más que en ese lapso de 2015 y 9.5% más que en el de 2014, el año en que el peñanietismo quiso cantar el principio del fin de la carnicería. Ahora vemos que tal vez se trató de un ajuste, un reacomodo de fuerzas, quizás una coincidencia de treguas regionales, no del éxito de un modelo, como proclamó la propaganda oficial.
Una proyección simple apuntaría que 2016 cerrará en el orden de las 18 mil ejecuciones, aunque especialistas, como Alejandro Hope (que proyecta las cifras a partir de las víctimas y los índices de Inegi), elevan el número de víctimas a un rango de entre 19 mil y 20 mil. En menos palabras, México estaría de regreso en las siniestras estadísticas de 2010 (20 mil 680 homicidios dolosos) y no muy lejos del infernal 2011 (22 mil 852).
Mezclo a propósito conceptos y categorías: ejecuciones, homicidios dolosos, víctimas. No intento un texto de especialista, sino insistir, como lo he hecho desde 2007, en que es inaceptable el número de personas que siguen muriendo violentamente en México.
Y de los secuestros, extorsiones, robos con violencia, mejor ni hablar. La violencia va al alza. Así es que creo que ha llegado el momento de comenzar a preparar el corte de caja. La versión de que este gobierno derrotaría con inteligencia y coordinación a los criminales quedará en una ilusión. Y en fraseología.
México es hoy más violento que en 2007, 2008 y 2009, y casi tanto como en 2010, 2011 y 2012. ¿En dónde está el nuevo modelo, presidente Peña Nieto, secretario Osorio Chong?
Las estadísticas son implacables, brutales. Felipe Calderón no pudo escapar de ellas. Ustedes tampoco podrán. Ya no.
MENOS DE 140. López-Dóriga se marcha como debía ser: con el homenaje de los suyos y el reconocimiento de su audiencia. Enhorabuena, Joaquín.
gomezleyvaciro@gmail.com