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¿Quién mata a los periodistas en México? pregunté aquí el martes, a propósito del asesinato de la veracruzana Anabel Flores Salazar. Corría una versión de que esta mujer de 27 años formaba parte de la estructura criminal en su región, pero el propio gobernador Javier Duarte pintó otra pista para presentarla como víctima de los criminales por los textos periodísticos que publicaba en Facebook con el seudónimo de Mariana Conteras.
A las horas de que se encontrara el cadáver de Anabel, el martes 9, el dueño del diario veracruzano El Buen Tono, José Abella, aseguró que habían despedido a Anabel meses atrás por sus nexos con la delincuencia. Ayer hablé con él. No imaginaba la dureza de sus afirmaciones.
—Claro que un periodista puede ser malandro —abrió fuego—. Hay muchos periodistas en Veracruz, y muchos en el país, que están bien metidos en la mafia. Pero no se les puede decir, porque parece que chocas con un taxista. Chocas con un taxista y te llegan 50.
—¿Anabel estaba metida en la mafia?
—Claro. He estado diciendo desde que me enteré que la mataron, que fue despedida del Buen Tono por estar metida en la mafia. ¿O que no sabes que todos los periodistas, sobre todo los que trabajan en la página roja, en la policiaca, antes de que entreguen sus notas a su periódico se las pasan al jefe de plaza para que sea él quien analice qué notas se van a publicar y qué notas no?
—Será en su plaza, en su periódico. No todos los periodistas hacen eso.
—Pues no todos, pero la gran mayoría están metidos, y no sólo aquí, en todos los estados pasa. Es una mugre el periodismo en este país. Y no quieras tapar el sol con un dedo. El periodismo en México está permeado por el narcotráfico, aquí y en la Ciudad de México, te guste o no te guste.
—¿Quiénes están metidos?
—Tú lees los periódicos y hay puras notas de choques, de pleitos de cantina, pero no ponen las notas de los secuestros que todos los días pasan. Vete a Tamaulipas, vete a Nuevo León, a San Luis Potosí y chécate cómo está el campo. Vete a investigar, para que no digas que soy hocicón. Es una simulación el periodismo, los periodistas no están poniendo lo que saben, lo que pasa realmente en México.
—Anabel Flores estaba ligada con los grupos criminales.
—Sí estaba ligada. Era la que se encargaba de pagarle a los periodistas para que se callaran la boca, a los periodistas de la página roja aquí en la zona de Córdoba y Orizaba.
—¿Ella se encargaba de eso?
—La mafia le daba dinero para que billeteara a los periodistas de la página roja para que no informaran lo que realmente acontecía en esta región. Cobraba piso, traía guaruras, andaba en una Jeep y ¿sabes cuánto ganaba? Seis mil pesos. Y su marido, o el papá de uno de sus hijos, era policía municipal de Ciudad Mendoza. ¿Sabes quién es hoy el jefe de plaza en Ciudad Mendoza? El hijo del director de la policía municipal, El Cachorro. Y ella andaba con un policía municipal de ahí. Un mugrero esto. Y todo México es igual.
Queda el registro.
MENOS DE 140. El presidente Peña Nieto tenía prisa por aclarar que no es amigo de Raúl Libien. Mandó ipso facto a Eduardo Sánchez a las redes.
gomezleyvaciro@gmail.com