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Miguel Ángel Mancera se había mostrado reacio a pedir el apoyo de fuerzas federales para combatir la inseguridad en la Ciudad de México que gobierna. Había operativos en la capital, pero por líneas de investigación que seguían de manera autónoma Ejército, Marina, Policía Federal y PGR, no a solicitud de la Jefatura de Gobierno.
Todo cambió hace unos meses. Mancera solicitó a la Marina que le ayudara con El Ojos. Felipe de Jesús Pérez Luna se había convertido en una cabeza criminal de la más alta peligrosidad en la zona metropolitana del Valle de México: controlaba el narcomenudeo en Tláhuac, Milpa Alta, Xochimilco, Iztapalapa, Nezahualcóyotl y Chalco. Según fuentes oficiales, el Cártel del Pacífico —que se disputan hijos y ahijado de Joaquín El Chapo Guzmán— era el principal proveedor de droga de El Ojos, quien además vendía protección, extorsionaba, invadía predios, secuestraba y ejecutaba. Era el mandón.
El 1 de febrero de este año, según fuentes confiables, la Marina inició el seguimiento. Tras El Ojos fue el mismo equipo de operaciones especiales que capturó dos veces a “El Chapo” Guzmán. La dupla Marina-GDF contó en distintas etapas con la colaboración de la PGR y la Policía Federal.
En tres meses capturaron a su hijo en Acapulco. Fue el 18 de mayo. El 26 de junio agarraron a su presunto operador financiero José Alberto García Valencia, alias El Cholo.
Según fuentes oficiales, el 7 de julio empezó el acoso directo contra El Ojos. Las labores de inteligencia les habían permitido contar con la ubicación de un domicilio donde pensaban que estaba el objetivo.
Así que ese día se hizo el primer operativo que buscaba capturarlo. Pero no lo encontraron. El 10 de julio lo intentaron por segunda vez. Tampoco. La tercera, el 12 de julio, no fue la vencida. Pero la cuarta, sí. El 20 de julio llegaron a un domicilio en Tláhuac, sobre la calle Simón Álvarez, en la colonia La Conchita Zapotitlán. Ahí estaba El Ojos.
Felipe Pérez Luna se metió a un vehículo para apertrecharse y repeler el fuego. El líder del Cártel de Tláhuac sostuvo entre 10 y 15 minutos de balacera contra la Marina, según narran testigos. Perdió. Y perdió la vida. Murieron él y siete de sus presuntos sicarios.
SACIAMORBOS. ¿El cártel de Los R? Las autoridades federales no van a soltar la investigación contra el delegado en Tláhuac, Rigoberto Salgado Vázquez, figura del partido Morena. Les ha llegado información de que dinero de El Ojos entró a su campaña. No han presentado una prueba sobre ello y el delegado lo niega enfáticamente.
El asunto se volvió más caliente porque en los narcobloqueos con los que respondió el Cártel de Tláhuac al abatimiento de su líder, participaron decenas de mototaxistas, un gremio controlado por el hermano del delegado, Ricardo Salgado. La autoridad local incautó decenas de estas unidades y detuvo a varios de sus choferes. Hay dos hermanos más: Raúl, operador de Morena en Ixtapaluca, y Rosendo, a quien le quitaron los derechos partidistas en Morena-Durango cuando se le comprobó un caso de acoso sexual.
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