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Pregunté cómo había estado Javier Duarte en el vuelo que lo trajo a México desde Guatemala. Interesa porque siempre en esos traslados, los detenidos exhiben rasgos inesperados de su personalidad, y a veces hacen confesiones que, aunque no consten en actas, resultan muy relevantes para comprender muchas cosas que pasaron, pasan y van a pasar.
¿Cómo me describen a Duarte quienes tuvieron acceso a su comportamiento en el avión? Soberbio, crecido, sobrado, alzado, mamón. Muy. Que miraba a todos para abajo, que les trataba de dar cátedra sobre su propio caso, sobre quién era él y cuán lejos había llegado.
El ex gobernador de Veracruz dijo informalmente a los funcionarios federales de nuestro país que fueron a completar el proceso de extradición Guatemala-México que a él lo habían detenido porque se había dejado capturar. Y empezó a soltar nombres: que si era amigo de tal o cual, que si conocía a tal alto funcionario, a tal mando policiaco. Los sorprendió porque conocía incluso los nombres de los jefes operativos de algunas corporaciones de seguridad nacional, nombres que suelen estar lejos del dominio público.
Y con este contexto, soltó que se sentía traicionado. Que lo que le estaban haciendo —perseguirlo, acusarlo, detenerlo— no se valía, no era justo, que él no había hecho nada. Siempre ha sido un hombre de muy buena labia. Decían de broma que casi casi los convence de que en realidad él era una pobre víctima.
Llegó a la Ciudad de México. Permanece en una celda de la zona de Ingreso del Reclusorio Norte. Durmió su primera noche (de ayer a antier) y por la mañana de ayer recibió al doctor para la valoración médica. Una cámara lo vigila las 24 horas. También un custodio. Así me lo revelan fuentes del gobierno de la capital del país, pues se trata de un interno de la más alta prioridad ahora que está bajo custodia del gobierno local.
El sábado un juez debe definir si se queda en ese reclusorio local o si lo manda a algún otro penal. Ahora que los jueces han estado con ciertas resoluciones vergonzosas, ¿se lucirán de nuevo dejando a Duarte en el Reclusorio Norte o llevándolo a algún otro penal de mediana o baja seguridad, donde su dinero le pueda dar una vida más cómoda? Las autoridades federales, según información en mi poder, están listas para recibirlo en los penales de máxima seguridad del Altiplano en Almoloya, Estado de México, o en el Centro Federal de Rehabilitación Psicosocial (CEFEREPSI), ubicado en Ayala, Morelos. El primero, donde van los reos de más alta peligrosidad, aunque Duarte no estaría en el área de Tratamientos Especiales (donde estuvo El Chapo, por ejemplo, y siguen personajes como La Tuta, Héctor Beltrán Leyva, Treviño El Z-42, etcétera). El segundo, albergue de ex gobernadores en problemas.
SACIAMORBOS.
No sé si se siga sintiendo traicionado después de saber que un juez suspendió dos órdenes de aprehensión en su contra y que las autoridades federales están echando la flojera en el caso.