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La semana pasada, el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, rindió su Tercer Informe de Gobierno. Aprovechó para pasearse ofreciendo entrevistas de todo corte a medios de comunicación y reforzando en torno a su imagen la campaña publicitaria que la ley le permite en esta temporada.
En cada declaración, Mancera dejó claro que quiere ser presidente de México y dejó abierta la elección de la ruta para intentar llegar a Los Pinos: el PRD, una alianza de los partidos llamados “de izquierda” o una candidatura independiente.
Fuentes me han confiado que se está conformando una especie de Frente Independiente 2018, con los personajes más poderosos que se identifican con esta corriente: Jaime Rodríguez El Bronco, gobernador electo de Nuevo León, quien fue priísta pero ganó el puesto sin partido que lo postulara; Enrique Alfaro, el alcalde electo de Guadalajara quien transitó por el PRD y en junio fue abanderado por Movimiento Ciudadano, pero se asume “independiente” porque en realidad el movimiento es suyo y los partidos se han aprovechado de su estructura; y Mancera, que si bien tiene hasta su grupo dentro del PRD, nunca se ha afiliado.
Se han realizado varias reuniones entre ellos, pero ninguna en la que estén los tres y se haya formalizado la plataforma. Son más bien encuentros cara a cara para conocerse, identificar aspiraciones y obstáculos comunes. Mancera y Alfaro más en la dinámica de francos amarres políticos —lógico, pues ambos tienen más trayectoria en la función pública—, y El Bronco más retraído y cauteloso.
El Bronco sabe que si le va bien en Nuevo León los mismos grupos de poder económico y mediático lo buscarán llevar a la presidencia en 2018. Difícilmente le irá mal, pues esos mismos grupos lo tienen eficazmente arropado para la gestión administrativa y su capacidad personal de conectar con la gente es asombrosa.
Alfaro tendrá que pensar, desde una de las alcaldías más importantes de México, si apuesta por la gubernatura de Jalisco o si le alcanza para una aspiración mayor. De entrada, su bancada en el Congreso (porque es suya, más que del partido Movimiento Ciudadano) será clave en la acumulación de poder, reconocimiento e imagen.
Mancera ha declarado abiertamente su aspiración presidencial. En su primer círculo están listos para arrancar la campaña y ya tienen fecha: a partir de octubre empezará a ocupar sus fines de semana para hacer giras a distintos estados de la República. Aceptará invitaciones de universidades, asociaciones civiles, organizaciones no gubernamentales, etcétera, buscando inicialmente pactos de no agresión con los gobernadores de los sitios a los que visite, aprovechando las relaciones que ha tejido en los diversos actos públicos donde concurren los mandatarios estatales.
SACIAMORBOS. Apostaban en PGR que regresaría a la cárcel el hijo del gobernador. Perdieron otra vez.
historiasreportero@gmail.com