Tras enterarse de que el gobierno federal tomó el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), su fuente principal de financiamiento y control político, en plena fiesta de la Guelaguetza, los dirigentes de la Sección 22 analizan cómo responder. Pero la operación para quitarles el poder que han usado para chantajear tantos años está lejos de haber terminado.
Desde el martes por la madrugada, la Federación emprendió varias acciones paralelas en esta operación que, de completarse, será la kriptonita que pondrá un alto al impresentable movimiento magisterial tan rechazado por la ciudadanía.
1.— Un operativo con policías federales, soldados y marinos está listo en ese estado para hacer frente a las eventuales manifestaciones de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación. Cientos de oficiales están desde la madrugada del martes rodeando el edificio del IEEPO. Muchos más aguardan en cuarteles y campamentos. Las fuerzas federales presumen que tienen una presencia de dos uniformados por cada manifestante. Dicen que no quieren violencia, pero que están listos para lo que ha sido el modus operandi de la CNTE. Deben ser cuidadosos de no caer en abusos que pueda usar la Coordinadora para victimizarse y voltear a la opinión pública, que hasta ahora les es favorable.
2.— Las cuentas del IEEPO están bajo el control de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda. El equipo que comandan el secretario Luis Videgaray y el jefe de la unidad Alberto Bazbaz tienen detectados desvíos de recursos, lavado de dinero y enriquecimientos inexplicables. Por esos delitos, están listas órdenes de aprehensión contra la cúpula sindical, conformada por 40 supuestos maestros.
3.— Luis Miranda, subsecretario de Gobernación, el funcionario que más se ha reunido con los líderes de la Coordinadora, mandó un mensaje a los dirigentes de la CNTE en Michoacán, Chiapas, Guerrero y el DF: la bronca no es con ustedes, la bronca es con la sección de Oaxaca. Su objetivo es que los eventuales movimientos en solidaridad no se traduzcan en marchas, paros, plantones y vandalismo en varios puntos del país.
4.— La oficina del vocero presidencial, Eduardo Sánchez, en coordinación con la secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles, ha lanzado una campaña de contrapropaganda para combatir las mentiras que la CNTE ya está difundiendo sobre la reforma educativa y los alcances de la toma del IEEPO. Usando las redes del programa social Prospera distribuirán miles de panfletos a los maestros explicando que ahora su dinero no se lo quedarán los líderes, que ya no será obligatorio ir a las marchas, que en adelante nadie les puede amenazar con que si no se suman al paro pierden su plaza, que la evaluación de maestros no deriva en que los corran de su trabajo, etcétera. Tiempos de radio y televisión locales divulgarán también estos mensajes.
El presidente Peña Nieto quiere mandar la señal de que el gobierno está dispuesto a ir tan lejos como sea necesario para implementar las reformas. La imagen internacional de México estaba también dañada por la inacción del Estado frente al desafío de la CNTE e internamente quedaba claro que se podía chantajear a Los Pinos para evadir la implementación de las nuevas leyes.
Pero está claro que esta guerra apenas comienza.
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