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Lo interesante del caso es que el documento debe clarificar los puntos a revisión, lo que finalmente dará fin a una larga feria de dimes y diretes.
Como usted sabe el eje del discurso del presidente Donald Trump, quien llegó a calificar el acuerdo mercantil como “desastroso”, habla de un escenario “justo”.
Lo injusto, de cara a su visión, es que México haya mantenido durante los 23 años de escena del acuerdo un superávit en la balanza bilateral y se haya llevado plantas a su causa.
La fórmula mágica planteada para ubicar el equilibrio es incrementar el contenido regional para las mercancías de exportación, lo que daría pauta a mayor flujo de importación de insumos Made in USA.
El escenario obligaría a México a cambiar de proveeduría para las empresas maquiladoras, que actualmente se nutren de insumos de países del Lejano Oriente y en menor medida europeos.
Aunque en el papel los productos que llegan para su transformación procedentes de países sin acuerdo de libre comercio causan un arancel, o impuesto de importación, éste se anula al aplicarse la fórmula de Invex, es decir, importar para exportar.
El marco se ha venido “ajustando” a lo largo de los años al detectarse que algunas de las importaciones que entran con el sello finalmente se vuelcan al mercado interno…
El sector que tiene la exigencia más alta en contenido regional es el automotriz, con un porcentaje de 62.5%.
En contraste, el más bajo apunta hacia las pantallas de televisión, cuyo nivel es de entre 15% y 20%.
La exigencia, en este caso, coloca en jaque a las marcas extranjeras con que salen del país los aparatos, con énfasis de producción en Tijuana y Ciudad Juárez, y con énfasis de etiqueta de la coreana Samsung.
Durante décadas México se ha negado a incrementar el umbral de contenido regional, bajo el razonamiento de tener libertad de compra de insumos más baratos en el exterior.
La competitividad como bandera.
La paradoja del caso es que al fragor del Efecto Trump el escenario se ha modificado radicalmente.
Ahora se habla de cadenas de valor, es decir extender la producción por etapas para darle pauta a empresas de Estados Unidos y Canadá.
La ruta se había ido dibujando en el Acuerdo Transpacífico de Asociación Económica, conocido como TPP, cuya posibilidad entró en crisis a la salida de Estados Unidos.
De aquello que fue México se busca recuperar capítulos novedosos como tecnología de la información y comercio electrónico, y de pasadita agregar al sector energético y colocar reglas para evitar sobresaltos en el mercado cambiario.
La promesa del representante comercial, Roberto Lighthizer, es revertir “la peligrosa trayectoria del comercio estadounidense”.
¿Nos ajustamos a las nuevas reglas?
Balance general. Aunque existen voces que apuntan a que la investigación de la Comisión Federal de Competencia Económica sobre presuntas prácticas monopólicas absolutas en el mercado de bonos de deuda del gobierno federal derivaría en un parto de los montes, el “balconeo” que sacó a la luz razones sociales de siete intermediarias investigadas le puso los pelos de punta a la Secretaría de Hacienda.
Su titular, José Antonio Meade, como no queriendo, se quejó de que la Cofece no le haya dado detalles de la indagación a la dependencia, “pese a la disposición plena de trabajar de la mano para que la investigación llegue a buen fin”.
La dependencia ha pugnado por colocar como una suerte de coadyuvante a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.
Sin embargo, la instancia antimonopólica ha defendido su independencia.
Lo cierto es que hasta hoy, de los siete formadores de mercado de los bancos señalados, es decir, Santander, BBVA, Citigroup, HSBC, Barclays, JP Morgan y Bank of America, cuatro han sido notificados.
Fue teté. Colocado de espaldas a la pared ante la posibilidad de que se derrumbe el grueso de la licitación de frecuencias radiofónicas al descubrirse simulación del postor estelar, el Instituto Federal de Telecomunicaciones se lava las manos.
Quien verificó las identidades de los postores, dice, fue la Secretaría de Comunicaciones y Transportes… lo que ésta negó tajantemente.
El problema es que los titubeos de la instancia frente a las sospechas de fraude dada la fragilidad de la firma Tecnoradio en su origen y capital, le fueron llevando de espaldas al callejón.
Lo que se festinaba con fanfarrias como la subasta del siglo se está convirtiendo en el fiasco del milenio.
Médica Sur. Ubicada como la primera instancia médica que se volvió pública al ingresar a la Bolsa Mexicana de Valores con un paso previo en el desaparecido mercado intermedio, Médica Sur le acaba de vender el 20% de su capital al fondo de inversión ProActiva Capital.
Éste lo encabeza a nivel personal el presidente de Fomento Económico Mexicano, Femsa, José Antonio Fe rnández Carbajal, conocido como El Diablo por la configuración de sus cejas.
El fondo está integrado a un fideicomiso domiciliado en el Banco Invex.
La operación fue previamente palomeada por la Comisión Federal de Competencia Económica.
El interés de Fernández lo representarán en el consejo de administración de Neveo, la firma controladora de Médica Sur, Genaro Borrego Estrada y Mario Sicilia Bernard.
Crece Unilever. Quien acaba de ampliar su horizonte con la adquisición de parte del portafolio de la firma colombiana de productos de consumo Quala es Unilever.
La empresa tiene presencia en 10 países latinoamericanos, con marcas como Savital/Savilé para el cuidado del cabello y limpieza de la piel; eGo, productos para peinado; Bio-Expert, también para cuidado del cabello; Aromatel, para suavizar telas, y Fortident, para higiene bucal.
La compañía tiene un volumen de ventas de 400 millones de dólares.
Cultura municipal. En el insólito de la temporada, la Asociación Nacional de Alcaldes debatirá esta mañana en Mérida sobre “El papel de la cultura en el desarrollo sustentable de los gobiernos locales”.
El tema lo abordará Ciudades y Gobiernos Locales Unidos, es decir, el órgano que aglutina municipios a nivel mundial.
La tradición habla de minimizar o soslayar el tema.
albertobarrancochavarria0@gmail.com
