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En la prisa, el próximo lunes se lanzará un proyecto denominado Ferropuerto Midstream para Hidrocarburos, en cuyo marco se creará una terminal férrea que tendría posibilidad de almacenar hasta un millón de barriles diarios del combustible.
En la ruta habrá carros-tanque con corridas diarias desde Estados Unidos.
Según la apretada ruta crítica, la infraestructura estaría lista en octubre próximo.
En la prisa, en paralelo, la Comisión Federal de Electricidad está preparando la venta o arrendamiento de colosales tanques de almacenamiento que le servían para acumular el combustóleo que alimentaba sus plantas generadoras, para convertirlos en depósitos de gasolinas importadas.
La infraestructura se volvió inútil al priorizar la empresa la generación vía plantas de ciclo combinado nutridas por gas natural.
El problema, al margen de la premisa de primero la infraestructura y luego la liberación, es que el escenario apunta hacia Estados Unidos, a soslayo de una guerra comercial si el gobierno de Donald Trump se aferra con renegociar el Tratado de Libre Comercio bajo la ley del embudo.
Aunque Pemex importaba gasolinas de un abanico de 23 países, incluida la India, Finlandia, Lituania, Antillas Neerlandesas, Singapur y Trinidad Tobago, el principal abastecedor, con 87% del total, es la nación de las barras y las estrellas.
Del tamaño de la catarata, es evidente que no se trata sólo del combustible refinado en Deer Park, de la que es socio Petróleos Mexicanos.
Naturalmente, sin posibilidad de importación masiva por particulares siguen en lista de espera las gasolineras que abrirían en el país firmas extranjeras como Exxon o Shell, además de las que colocarán en escena firmas establecidas en México, como la cadena Walmart.
Aunque Fomento Económico Mexicano (FEMSA) ya abrió sus primeras estaciones en Monterrey, la multiplicación está en paréntesis, al igual que la promesa de bajar el costo al público de los combustibles.
Como usted sabe, tras la luz verde del Congreso para adelantar el libre juego del precio de las gasolinas el gobierno se aventó al ruedo con un incremento promedio de dos pesos 50 centavos por litro, lo que irritó a la población desatándose protestas en la mayoría de las entidades federativas. Y aunque la conveniencia política lo obligó a recular, tras el anuncio de que habría un segundo y un tercer golpe antes de soltar las amarras, en cuyo caso la Comisión Reguladora de Energía habló de variaciones cada dos horas la reducción de uno o dos centavos en el costo al público, multiplicó el malestar social. El tiro por la culata se volvió más letal ante los enredos para justificar el golpazo.
Que si la paridad, que si el precio del petróleo, que si se bajó el Impuesto Especial sobre Productos y Servicios; que si se mantuvo un cachito de subsidio…
Carambola de dos bandas: al bolsillo y a la credibilidad.
Balance general. Señalábamos en este espacio que la tormenta se cernía sobre el ex director general de Pemex, Emilio Lozoya Austin, desde un ángulo por la catastrófica compra de dos empresas de fertilizantes, Agronitrogenados y Fertinal, y desde otro por el escabroso caso de la firma brasileña Odebrecht.
El caso es que ahora la lluvia se volvió granizada al hacerse pública la bitácora de vuelos realizados por el funcionario aprovechando la flota de la exparaestatal. El helicóptero lo llevaba y traía de su casa, en tanto los aviones lo conducían a destinos ajenos a la causa.
Lo inaudito del caso es que el Órgano de Control Interno de la exparaestatal no haya prendido los focos rojos.
En el asunto de las plantas de fertilizantes la Auditoría Superior de la Federación señaló que parte de lo que vendió Altos Hornos de México en 625 millones de dólares era chatarra.
La firma con sede en Monclova era la dueña de Agronitrogenados, cuya capacidad operativa se movía a 50%. Del caso Odebrecht, aunque el funcionario jura y perjura no haber firmado ningún contrato, el problema es que en tal caso actuó con negligencia, aunque faltaría descubrir quién o quiénes fueron beneficiarios de los sobornos.
¿Quién es Tecnoradio? En el escenario de la adjudicación de concesiones para operar frecuencias radiofónicas en las bandas de Frecuencia y Amplitud Modulada, llamó la atención la presencia de una firma denominada Tecnoradio, quien planteó ofertas inauditas en la zona del Caribe. Otorgados los títulos correspondientes, la firma se convertirá en uno de los grupos más poderosos de la industria. El caso es que el sigilo del Instituto Federal de Telecomunicaciones impide conocer los nombres de quienes serian los concesionarios. Aunque la promesa habla de que el 22 de marzo, cuando se adjudiquen las concesiones, habrá transparencia, la jugada apunta a señalar los nombres de los apoderados legales.
De acuerdo a las bases de licitación los postores estaban obligados a dar cuenta al detallar de cada uno de sus socios o accionistas directos o indirectos.
Calidad en el IEDF. En un hito a nivel internacional, el Instituto Electoral del Distrito Federal recibirá el certificado de calidad ISO17582:2014 e ISO 9001-2008 por sus estándares en los procesos electorales y de participación ciudadana.
La tradición es otorgar este tipo de reconocimiento a empresas privadas o instituciones públicas. La revisión alcanzó el registro de votantes, el recuento de votos, publicación de los resultados y educación electoral.
Los documentos los otorgó ayer el secretario para el Fortalecimiento de la Democracia de la Organización de Estados Americanos, quien ha pugnado desde hace años por certificar los procesos.
Más seguridad privada. Creciente, a contrapelo de las estadísticas públicas, el clima de inseguridad en el país, durante el año pasado se incrementó en 17% la contratación de empresas de seguridad privada.
Agrupadas la mayoría de ellas en la Asociación Mexicana de Empresas de Seguridad Privada, ésta recomienda que se verifique el complimiento de permisos y programas de capacitación. La exigencia habla de guardias que cubran exámenes médicos, sicologicos, lexicológicos y en algunos casos pruebas de polígrafo.
Apuesta en Hidalgo. De acuerdo al gobernador de Hidalgo, Omar Fayad, la entidad federativa recibirá este año inversiones por 10 mil millones de dólares, en cuyo recuento se contabiliza una planta de la firma automotriz JAC en la que participa el magnate Carlos Slim. La inversión sería de 4 mil millones de pesos.Adicionalmente, la empresa Gicsa de la familia Cababie destinará dos mil millones en la construcción de un nuevo concepto de centro comercial que arrancó en Puebla.
La posibilidad habla de servicios, entretenimiento y comercio en uno.
albertobarrancochavarria0@gmail.com
