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La salida se planteó vía un acuerdo con México para exportar mano de obra, fundamentalmente de cara a las tareas de producción del campo. El primer acuerdo de “braceros”, decía la propaganda.
La condición impuesta por el presidente Manuel Ávila Camacho hablaba de tres puntos: No reclutamiento de nuestros compatriotas, no discriminación, y que ninguno de ellos desplazara tareas de ciudadanos estadounidenses. Simultáneamente se pactó la creación de un fondo de ahorro que al término del convenio garantizaba el regreso de los migrantes.
Los recursos se depositaron en un fondo que en 1964, alargado 22 años el acuerdo, se entregó al gobierno mexicano… quien hasta la fecha no ha prorrateado el recurso entre
los aportantes.
Pero esa es otra historia.
Lo cierto es que el gesto del país salvó a su vecino del norte de la hambruna que se vivía en los frentes europeos de batalla. El trabajo mexicano palió la posibilidad de escasez y carestía de productos primarios.
Sin embargo, el gesto de buena voluntad golpeó severamente al país. Entre 1942 y 44, cuando México entró de lleno a la guerra tras declararse en estado bélico al fragor del hundimiento por submarinos alemanes de los barcos petroleros “Potrero del llano” y “Faja de Oro”, se vivieron episodios amargos.
La salida de trabajadores afectó la producción agropecuaria y ganadera. Mientras en la Merced se vendían jitomates y frutas podridas ante la escasez, el precio del kilo de carne saltó de 55 centavos a tres pesos.
Desde otro ángulo, las empresas llanteras de capital estadounidense enviaban la mayor parte de su producción a su matriz, lo que provocó una grave escasez.
Para paliar ésta se implantó un horario continuo para los trabajadores. La jornada se extendía de las nueve de la mañana a las cinco de la tarde, a fin de evitar la salida a comer, y el consiguiente uso del transporte.
En la Ciudad de México, se implantó por primera vez el no circula. El 10% del parque vehicular, entonces de 39 mil, descansaría un dia en forma escalonada.
Las tiples de las revistas musicales, “cómicas” les decían, agradecían más de sus admiradores una despensa que el más colosal ramo de flores.
El episodio pareciera haberse borrado de la memoria de los Estados Unidos, como se borró la aportación de la mano de obra mexicana al crecimiento de su economía,
Del premiar al bracero del año se pasa a la clasificación de delincuente que le roba el empleo a ciudadanos estadounidenses.
¿Alguien se acuerda del número de mexicanos reclutados vía el servicio militar obligatorio que murieron en las gestas imperialistas del país del norte, ya Corea, Vietnam, Siria y aún la Bahía de Cochinos en Cuba?
¿Ya no se acuerdan de que los motores made in México desplazaron en calidad a los fabricados en Estados Unidos?
¿Ya no se acuerdan…?
Balance general. Una vez más, enredado el gobierno en las fintas fariseas de Donald Trump, el presidente Enrique Peña Nieto perdió el miércoles la oportunidad histórica de un gesto de dignidad frente a las agresiones del gobierno de Estados Unidos.
La cancelación de la cita en la Casa Blanca llegó ante lo inadmisible desde el plano moral y aún legal.
Aunque durante los 22 años de Tratado de Libre Comercio de América del Norte el país ha registrado uno y otro superávit en la balanza comercial, pagar una factura de 25 mil millones de dólares por el muro fronterizo nos colocaría como una estrella más de la bandera estadounidense.
La cumbre de la burla llegó cuando Trump declaró que la cancelación de la cita con Peña Nieto había sido acordada por ambas partes. Se habría pedido permiso, pues.
México se tragó el anzuelo cuando le puso alfombra roja en una visita relámpago al país del entonces candidato republicano, quien horas después reiteraba sus amenazas.
México se tragó el anzuelo cuando creyó que la renegociación del TLCAN implicaba su modernización y que en tal caso todo se podría paliar con una serie de acuerdos complementarios o suplementarios.
El acuerdo mercantil está muerto.
Gasolinazo sí o no. La presión empresarial cabildeaba ayer con el gobierno la convencería de aplazar el nuevo gasolinazo previsto para el fin de semana próximo.
La exposición de motivos hablaba de no lanzarle más leña a la hoguera, vivas aún las protestas populares en todo el país.
Como usted sabe, la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD) advirtió que sus agremiados cerrarían las cortinas en previsión de nuevos saqueos.
Desde otro ángulo, la burbuja inflacionaria, alimentada por la carestía de los combustibles y la depreciación de nuestra moneda frente al dólar, podría estallar.
La moneda está en el aire.
Matatena. De acuerdo a los expertos, aunque bajo el efecto Trump la pirinola cae contra el país, algunas empresas nacionales saldrían beneficiadas por la construcción del muro.
La colosal barda reclamaría 7.1 millones de metros cúbicos de concreto y 1.1 millones de cemento, que el país del norte no tiene forma de abastecer por la vía local.
Así, la posibilidad se abriría para Cementos de Chihuahua, Cementos Mexicanos y Cementos Moctezuma.
Según los planes exhibidos, la colosal barda tendría una altura de 12 metros.
Impuesto ambiental. Finalmente el gobierno de Zacatecas se adelantó al federal en la pretensión de implantar un Impuesto de Responsabilidad Ambiental en un marco en que espera una recaudación de mil 230 millones.
Las principales afectadas son las empresas extractivas, quienes enfrentan desde hace dos años un gravamen adicional de 7.5% sobre sus utilidades, cuya recaudación se integra en
un Fondo.
De acuerdo a la teoría, los recursos se canalizaron al apoyo de las comunidades donde se asientan las minas.
José Cuervo a Bolsa. A pesar de la posibilidad de mayores turbulencias en los mercados, la empresa tequilera José Cuervo mantiene su intención de iniciar su cotización en los próximos días en el piso de remates de la Bolsa Mexicana de Valores.
La firma, ubicada como líder en el planeta, espera obtener por su emisión primaria 15 mil 252 millones de pesos.
Se calcula que su acción se cotice entre 30 y 34 pesos.
albertobarrancochavarria0@gmail.com
