En la fase previa a la reforma energética, alegando una rendija en la Ley Orgánica de Pemex, la entonces paraestatal pactó una alianza estratégica con la firma química privada Mexichem.

Esta permitió la creación de la compañía conjunta denominada Petroquímica Mexicana de Vinilo, en cuya acta constitutiva se anotaba una aportación en especie, es decir activos, de la petrolera por 228 millones de dólares, en paralelo a otra de Mexichem de 200 millones de dólares en capital y 30 millones de pesos en activos.

Bajo el soporte, la firma propiedad de la familia Del Valle asumiría la operación de la planta de cloruro de vinilo del complejo, conocido como Clorados III.

En la fase previa el consorcio petroquímico que había sido abandonado a su suerte empezó a ser remozado. De entrada, se levantó una barda perimetral con colosales torres de vigilancia parecidas a las de los reclusorios.

En paralelo, se cambiaron instalaciones de drenaje químico y pluvial; se repararon, con un costo de 200 millones de pesos, tres tanques de enfriamiento, además de los equipos mecánicos y de mantenimiento en edificios y talleres.

Se tendió, pues, alfombra roja para la llegada del socio privado.

Entre el dicho y el hecho, sin embargo, surgió un imprevisto cuando los consejeros sindicales de Pemex se opusieron a la operación alegando que se afectaría gravemente a los trabajadores.

Mexichem sólo se quedaría con 800 de los 2 mil que se mantenían en la planta.

El obstáculo se allanó cuando el entonces director general de Pemex Petroquímica, Rafael Beverido, ofreció reubicar a los mil 200 restantes en una Gerencia de Mantenimiento… que le daría servicio a la planta.

En caso es que hoy se acusa a Mexichem de mantener sólo a 700 trabajadores con aval de Pemex, llenando el resto de la nómina con personal inexperto.

En el por sí o por no, ayer al eco de la brutal explosión que contabilizaba 13 muertos, 18 desaparecidos y 136 lesionados, 13 de ellos en condición grave, bajaba la cotización de las acciones de Mexichem en la Bolsa Mexicana de Valores. El descenso era mayor de 5%.

La vela en el entierro de la empresa privada en la alianza, era tener el control total de la cadena de cloruro de vinilo, la materia prima para producir el PVC que requieren para sus envases las plantas fabricantes de bebidas.

El primer acto llegó cuando la firma adquirió una planta productiva de cloro ubicada justo al lado del complejo petroquímico de Pajaritos. La empresa originalmente estaba bajo control estatal, denominándose Cloro de Tehuantepec. Pemex tenía 40%.

Aunque nunca se dijo cómo ni cuándo, la planta pasó a poder de Mexichem a la llegada al poder de Vicente Fox.

A partir de entonces el complejo Pajaritos en Coatzacoalcos le compraba cloro a Mexichem para procesarlo con etileno y producir cloruro de vinilo… que se le vendía a la propia empresa. Pajaritos es el primer complejo petroquímico instalado en el país.

La tragedia coloca otra vez en el centro del debate la bondad de las alianzas de Pemex con privados.

Balance general. Frustrada una y otra vez la posibilidad de alcanzar mayoría, el magnate Carlos Slim analiza la venta de su porcentaje accionario en la empresa de telecomunicaciones holandesa KNP.

El paquete equivale a 21% del capital. Su valor de mercado alcanza 3 mil 600 millones de dólares.

La incursión de América Móvil en la firma se inició hace tres años con un porcentaje mínimo adquirido en el mercado, que fue creciendo, colocando la empresa una oferta pública de 7 mil 200 millones de dólares por alcanzar mayoría, que fue rechazada. El intento naufragó en dos ocasiones más.

Zancadilla a Axtel-Alestra. En la sorpresa de la temporada, el juez segundo de Materia Civil y del Trabajo de Nuevo León expidió una resolución que obliga a frenar el convenio de fusión entre las firmas de telecomunicaciones Axtel y Alestra.

La acción deriva de una demanda por parte de la empresa Solution Ware Integracion, en reclamo de una deuda a su favor por parte de Axtel por 334 millones 80 mil pesos.

La compañía alude a la instalación de equipos de telefonía y diversas tareas de mantenimiento de equipos del gobierno de Nuevo León. Las facturas pendientes de pago datan del 2012.

En su defensa, Axtel señala que no hay contratos pactados con la firma. Sin embargo, esta aduce tener pruebas de la relación.

La fusión estaba ya operando en los hechos, con una serie de ofertas a la clientela en que se conjugaban las cualidades sobresalientes de una y otra empresas.

Mal perdedor. Perdedora de una licitación lanzada por el Instituto Mexicano del Seguro Social para ofrecer servicios de hemodiálisis a 180 pacientes ubicados en Zamora, Michoacán, la Unidad Renal de Zamora le ha declarado la guerra al organismo y a la firma ganadora, Sanefro.

Esta había ofrecido un costo 40% inferior al que ofertaba la perdedora.

El contrato empezó a operar el 25 de septiembre del 2014.

El caso es que la firma rival, encabezada por Luis Fernando Magaña Vázquez, ha esparcido la especie de que los equipos utilizados por su competidora son de mala calidad.

La muerte está al acecho, dice la tenebra.

El golpeteo para revertir el resultado de la licitación ha llegado al extremo de publicar cartas abiertas en las que se anticipa que la empresa Sanefro será clausurada por la autoridad sanitaria.

Otra baja en el IMSS. Quien está a punto de salir de la representación obrera ante el Consejo Técnico del Instituto Mexicano del Seguro Social es Mario Martínez Dector, quien lleva la bandera de la Corporación Revolucionaria de Obreros y Campesinos, cuyo líder, Isaías Gonzalez, pidió la remoción.

La misma suerte podría correr José Luis Carazo Preciado, quien lleva a su vez la estafeta en la CTM, cuya nomicación apoyaba el extinto líder del organismo, Joaquín Gamboa Pascoe.

albertobarrancochavarria0@gmail.com

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