Con ello la empresa fundada por su padre, Eustaquio Escandón, en 1943, el año de su nacimiento, alcanzaría un segmento de 30% , la tercera parte, pues, del pastel.

Ante ello, por ello, con ello, el empresario anunciaba que la firma no se vendería como lo había hecho Casa Autrey, ni buscaría nuevas concentraciones como era la moda entonces.

El caso es que un año después se publicitó la venta de mayoría de capital de otra distribuidora de medinas, casa Marzam, integrada a Genomma Lab, en una operación que llamó la atención por lo sofisticado del entramado.

La presunción hablaba de que bajo su nuevo status Marzam podría dar la cara ante la inminencia de la megalicitación consolidada de medicamentos por Savi Distribuidores, quien había sido suspendida por dos años para recibir contratos públicos.

El caso es que el escándalo de los Papeles de Panamá, la filtración de documentos emanados del despacho de abogados panameño Mossack Fonseca, especialista en crear empresas al vapor en paraísos fiscales, le dio un giro inesperado al asunto.

La compra la había hecho a trasmano Pablo Escandón Cusi utilizando en el papel recursos de su esposa, Mónica Matarazzo, miembro de una de las familias más acaudaladas de Brasil.

La explicación a bote-pronto del insólito hablaba que la dama había ofrecido los recursos en calidad de préstamo, lo que parecía imposible de creer.

¿Le ayudó la señora a un fondo suizo para reforzar la casa de enfrente de su marido?

El caso es que con Marzam en la buchaca la casa Nadro tiene 47% del mercado de medicinas del país, lo que la convierte en líder absoluto.

El único que le hace sombra es Farmacos Especializados.

Y el caso, al margen de que la Comisión Federal de Competencia Económica pudiera anular la operación, multa al calce por simulación ante la autoridad, la presunta maniobra provocó un efecto dominó en la confiabilidad del sector privado, sobre todo de aquellas empresas dedicadas a la filantropía.

Pablo Escandón Cusi, alguna vez designado “el filántropo del año”, es el presidente de la Fundación Mexicana para la Salud, la instancia máxima de apoyo privado a la medicina social.

El organismo celebró seis días antes del estallido del escándalo por las revelaciones publicadas originalmente en más de 100 medios del planeta, su asamblea general ordinaria, ante la presencia del presidente Enrique Peña Nieto y del secretario de Salud, José Narro.

Escandón ha sido directivo en múltiples ocasiones de organismos empresariales como la Cámara Nacional de Comercio de la Ciudad de México y la Concanaco, siendo uno de los 37 capitanes de empresas que integran el selecto Consejo Mexicano de Negocios.

El empresario, dueño de las tradicionales farmacias París, De Dios y Nosarco, no ha salido a ofrecer su versión pese a la presión de los integrantes del Consejo Directivo de Funsalud.

En el fragor del escándalo la única que ha dada la cara es Genomma Lad, para deslindarse de las entrañas ocultas de la operación, aduciendo que quien escogió al socio mayoritario, con base a la mayor rentabilidad, fue un banco de inversión.

Uno de los socios más importantes de la empresa es Salvador Neme, quien a su vez es el presidente del Patronato del Hospital General.

La compra se pactó en mil 300 millones de pesos, de los cuales mil se pagaron en una sola exhibición.

Filántropo del año.

Balance general. Antes de dar el gran salto que le colocó en la cúpula del mercado al adquirir la administradora de fondos para el retiro XXI cuya propiedad la compartían el banco Ixe y el Seguro Social, Banorte-Generalli había adquirido la intermediaria que tenía Bancomer.

La disputa sacó chispas al pelearle también la Afore Profuturo GNP. Esta, en su momento, intentó revertir la operación.

Eran aún los tiempos de Guillermo Ortiz como presidente de Banorte, quien lanzó rayos y centellas contra la maniobra.

El caso es que de acuerdo a la filtrado por la Comisión Federal de Competencia, las intermediarias están sujetas a un procedimiento como presuntos responsables de prácticas monopólicas absolutas, lo que implicaría colusión para no hacerse daño.

El dardo apunta a un supuesto reparto, con Sura y Principal en la jugada, de la clientela, más de dos millones, que decidió cambiar de administradoras de sus recursos.

Los enemigos, pues, en el papel, se volvieron no solo cuates, sino cómplices.

Kramer contra Kramer. Surgida hace décadas al recibir la concesión para operar las lanchas del lago de Chapultepec, diversificándose en la fabricación, compra, venta, renta, importación y exportación de juguetes de peluche, la empresa Alvaco Enterprises enfrenta una tormenta. Sus principales socios, Rodrigo y Gerardo Álvarez Cordero, están en los tribunales.

El primero acusa a su hermano mayor de haber sustraído de la firma 15 millones de dólares, en un escenario en que intervinieron fedatarios públicos y hombres armados.

Se habla de 15 golpeadores. En paralelo, se habla del desvió de otra cantidad idéntica a las cuentas de su esposa e hijos. La querella tiene el numero AP/PGR/DGCAP/ZC-XVII/17/2016.

Por lo pronto la Comisión Nacional Bancaria y de Valores ya aseguró las cuentas.

En la cascada se acusa también al socio de la empresa más importante del país en máquinas de destreza para atrapar peluches de soslayar un contrato de exclusividad con Innovative Concepts in Entertainment INC al venderle 24 máquinas a la firma Tecnocoin a quien también se le habrían vendido juguetes a menor costo.

Cobros a lo chino. De acuerdo al cálculo de la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca el daño causado a la industria atunera del país por el embargo promovido por Estados Unidos asciende a 472 millones de dólares… por cada año que se prolongó éste.

Estamos hablando de 15.

La maniobra del país del norte consistió, a pretexto de que la flota atunera mexicana mata a palos a los delfines que caen en sus redes, con imponer, como condición para exportar, que el producto llevara una etiqueta “dolphin safe”… cuya posibilidad enfrentaba un laberinto.

La Organización Mundial de Comercio emitió una resolución final sobre el caso, dándole la razón a México. La medida se calificó como discriminatoria. De acuerdo a las reglas del comercio internacional un país puede cubrir el daño vía la imposición de aranceles extraordinarios a productos que exporta la nación castigada.

Aeromar certificada. La primera línea aérea del país que pasó la férrea aduana de la certificación de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) es Aeromar. Los nuevos criterios, colocados en escena en septiembre, exigen evaluar el sistema de gestión y central operacional; la seguridad de naves y la calidad del servicio. La empresa la dirige Andrés Fabre.

albertobarrancochavarria0@gmail.com

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