Más Información
De colores y distintos tamaños, Comisión del INE aprueba boletas para elección judicial; falta voto del Consejo General
Comisión del INE aprueba recorte para organizar elección judical con 6 mil mdp; ajustan actividades de bajo impacto
Llega Navidad para choferes y repartidores; publican en el DOF decreto para derecho a seguro médico, indemnización y utilidades
Continúan la fiesta de Navidad en cantinas de la CDMX; "estoy pedísimo, pero a gusto y disfrutando", relatan
Autor: Magalli Delgadillo
Diseño web: Miguel Ángel Garnica
Su belleza era indudable. Por ello, comenzó su carrera como modelo, incluso, en su adolescencia fue pintada por José Clemente Orozco. En esa ocasión, la joven fue retratada como una “calavera maquillada”.
Al principio, su vida no parecía ser tan diferente a la de otras mujeres. Formaba parte de una familia tradicional en Álamos, Sonora —lugar de nacimiento—. Su madre fue Josefina Güereña y su papá Bernardo Félix. Tuvo once hermanos: Josefina, María de la Paz, Bernardo, Miguel, María Mercedes, Fernando, María del Sacramento, Pablo, Victoria Eugenia, Ricardo y Benjamín.
Se dice que uno de sus hermanos le generaba más que simpatía, pues se llegó a creer que ella estaba enamorada de Pablo. Él tenía el cabello rubio, ojos claros y un lunar en el rostro similar al de ella. María alguna vez mencionó: "El perfume del incesto no lo tiene otro amor". Al darse cuenta sus padres decidieron internarlo en el Colegio Militar. Ahí, poco tiempo después, lo encontraron muerto.
En 1931, el estado jalisciense fue testigo de cómo contrajo matrimonio con Enrique Álvarez, vendedor de cosméticos, y de quien se divorció siete años después por una supuesta infidelidad. Según el libro María Félix: todas mis guerras de Enrique Krauze, se dice que María Félix encontró en alguna ocasión una receta médica de su esposo, en la que se especificaba un tratamiento contra la gonorrea. Ella decidió vengarse. Anhelaba venganza y libertad.
Así fue como cambió de residencia. Al principio, se fue a vivir con sus papás a Navojoa, Sonora. Después, viajó a la Ciudad de México con su único hijo, donde comenzó a trabajar como recepcionista en un consultorio de un médico cirujano. Al mismo tiempo dedicaba su “tiempo libre” a estudiar actuación.
En 1940, cuando la joven caminaba cerca de lo que sería la Torre Latinoamericana se le acercó el director de cine Fernando A. Palacios para ofrecerle participar en una película. María desconfió. Además, “no creía en el cine, ni tenía intención de hacer cine para mí era una historia completamente inventada de este señor”, dijo en una entrevista realizada en 1992. Fernando A. Palacios insistió hasta tener una respuesta positiva. Después, él le pidió ser su representante y aceptó.
Su primera aparición en la pantalla grande fue en la cinta El baile blanco y negro del Country Club junto a actrices como Esther Fernández, Lupe Vélez y Andrea Palma. En 1942, realizó su primer protagónico en El peñón de las Ánimas, dirigida por Miguel Zacarías, junto a Jorge Negrete, quien años después se convertiría en su tercer esposo.
Al principio se desconocía cuál sería su nombre artístico. Los productores tenían en mente algunos nombres como Diana del Mar o Marcia Maris. Sin embargo, ella quería conservar su nombre real: María de los Ángeles Félix, pero era muy largo, por lo cual, la convencieron de usar sólo María Félix. Ella aceptó.
En 1943, se convirtió en la pareja de Agustín Lara, a quien conoció gracias al compañero de trabajo de Félix, Tito Novaro, en la grabación de La china poblana (1943). Lara fue quien ayudó a María a recuperar a su hijo, niño que al crecer también se hizo actor: Enrique Álvarez Félix. Este había sido sustraído de su domicilio en una visita del padre al pequeño. La bella mujer amaba al cantante Agustín: le ayudó a recuperar a su hijo.
Ese mismo año grabó y protagonizó Doña Bárbara, cinta de donde se desprende su seudónimo más emblemático: "La Doña".
Para 1945, la diva mexicana se encontraba realizando su octavo protagónico en El monje blanco y su relación con el intérprete atravesaba por una crisis. A pesar de ello, decidió casarse (formalmente) con Lara. Su “luna de miel” fue en Acapulco. Se hospedaron en un hotel frente a la playa Hornos. Ese fue el lugar donde nació una de las canciones más famosas de su entonces esposo: “María bonita”. Dos años después se divorciaron.
Del odio al amor…
Así nació la relación entre Jorge Negrete y María Félix, pues al principio, ambos no se agradaban. Poco a poco, este par de actores se enamoraron y en 1952 contrajeron matrimonio.
EL UNIVERSAL tuvo la primicia de este enlace, pues el periodista de esta casa editorial, Ángel Marín conoció en el Hotel Regis a Jorge Negrete, en esa ocasión tocó la puerta de una habitación donde se encontraban los artistas. Marín y Negrete comenzaron a platicar en la puerta y cuando la novia del cantante preguntó de quién se trataba, el intérprete le dijo que era aquel periodista a lo que la Félix contestó:
— ¡Ah! Es ese “tal por cual”. No quiero saber nada de él, que se vaya ahorita mismo —dijo la actriz quien le guardaba cierto resentimiento, contaba Ángel Marín, porque él había publicado una nota en la que había dicho que las manos de la diva lucían arrugadas, según una anécdota recuperada del Mochilazo en el Tiempo publicado en noviembre de 2016 : El asesino serial que Echeverría perdonó de esta casa editorial.
El reportero dijo: “Sí, sí, sí. Ya me voy. Está bien. Sólo quiero saber una cosa: ¿se van a casar?”
Jorge Negrete mencionó: “Sí. Sí caray, sí nos vamos a casar”. Diez días antes del acontecimiento (8 de octubre), EL UNIVERSAL GRÁFICO publicaría la exclusiva de la boda más esperada que se llevó a cabo el 18 de octubre de 1952.
Ella portaba un vestido rosa. Pasadas las tres de la tarde, el juez del Registro Civil, Próspero Olivares Sosa, los declaró marido mujer ante los mil invitados que presenciaron la ceremonia en Tlalpan. Once meses después (1953), su esposo y uno de los ídolos de México murió a causa de cirrosis hepática.
“María del alma” no había tenido buena fortuna con el amor, pero la vida profesional le sonreía, pues era uno de los personajes más importantes y respetados. En 1980, realizó en Italia la película más cara que se había hecho hasta ese momento: Messalina. En ese mismo año también realizó su primera cinta en francés, escrita y dirigida por Jean Renoir. La grabación y preparación de esta obra le exigía ocho horas al día, aprender bien francés y bailar, entre otras actividades.
Un día, en París, fue a la joyería, donde adquirió una serpiente de brillantes y ojos de esmeralda. Era un alhaja que servía como pulsera o collar. En ese lugar conoció al rey Faruk de Egipto, quien quedó impactado con su hermosura y, se dice, le ofreció la diadema de Nefertari, esposa del faraón Ramsés II, a cambio de una noche de amor. Ella lo rechazó.
¿Por qué nunca hizo cine en Hollywood? “No trabajé porque no me ofrecieron algo que realmente valiera la pena. Me ofrecieron ‘indias cheyennes’ y no me pareció. Cuando me ofrecieron un gran papel yo estaba ya comprometida”, eso respondió en una entrevista televisiva en 1992.
“A un hombre hay que llorarle tres días… Y al cuarto, te pones tacones y ropa nueva”
Eso dijo la mujer más bella de México, quien ante todo, creía en el amor y durante su estancia en Francia conoció a Alex Berger, un banquero suizo, con quien mantuvo una relación de 18 años hasta que él murió en 1974. Ella cayó en depresión. Incluso, se sabe cómo fue superada esta tristeza, según el libro María Félix:Todas mis guerras de Enrique Krauze, la “Doña” se dedicó al cuidado de sus 87 caballos y tuvo una relación fugaz con un joven de 22 años de edad.
El verdadero amor de su vida murió en 1996 de un infarto múltiple: su hijo Enrique Álvarez Félix, quien falleció mientras trabajaba en un libro sobre fotografía. María Félix se encontraba en Francia cuando todo ocurrió. Horas antes, ambos habían mantenido una conversación telefónica.
Su última pareja fue el pintor Antoine Tzapoff, quien prometió pintarla más joven en cada retrato que hiciera de ella. A ellos los separó la muerte de la actriz el 8 de abril de 2002. Aquel año, mientras una de las mujeres más bellas de México dormía, la muerte la llamó, no sin antes dejarla pasar algunos minutos de su aniversario número 88.
Una de sus últimas entrevistas en televisión fue el programa La Tocada conducido por la también actriz Verónica Castro, en 1996 año, donde dijo: “este es un mundo de hombres, hecho para y por los hombres. Lo vemos en todos los aspectos de la vida: en la iglesia, política, oficinas… Hay ejecutivos y no hay ejecutivas”.
También mencionó que “aquí en México se liga a la mujer con el sometimiento. La historia de la mujer mexicana es como la del pueblo mismo: está casado con sus gobernantes. El hombre con el gobierno, a veces le cumple, pero casi nunca y luego de ese matrimonio surgen hijos que aprenden lo que no. Una mujer que sufre y es reprimida; un padre que a veces llega y a veces no y se enoja y grita para demostrar que sí tiene, pero no tienen nada”.
Después de esta charla televisiva que causó expectación, pues hacía años que la diva no concedía entrevistas y menos en televisión, algunos comediantes crearon un personaje llamado “La Roña” en alusión a ella exagerando su temperamental personalidad.
La última vez que se vio a la diva en público fue en un concierto realizado en el Auditorio Nacional, en 2002, donde Luis Miguel le dio un beso en la boca.
María Félix ganó cuatro premios Ariel por sus interpretaciones en Enamorada (1946), Río Escondido (1947), Doña diabla (1949) y en 1986 el Ariel de oro en reconocimiento a su trayectoria. Realizó 47 películas. Formó parte de la telenovela histórica La Constitución, bajo la dirección de Ernesto Alonso. Además, por supuesto, el reconocimiento y cariño del público mexicano e internacional.
Actualmente, Hansel Ortegón, depositario del acervo de la diva mexicana “abrió las puertas de su apartamento en Ciudad de México para mostrar la colección de distintos artículos como cuadros, fotos y joyas que resguarda de manera temporal”, de acuerdo con información de la agencia EFE.
María de los Ángeles Félix Güereña, mejor conocida como “María bonita”, seguirá siendo recordada como un ícono y orgullo mexicano, pues representó a una mujer libre, rebelde y muy temperamental para su época.
Por último, citamos una de las frases de esta mujer que nació y murió el mismo día, 8 de abril: "Hago un voto de fe y de razón para que las mujeres mexicanas ya no se queden calladas y entiendan por fin, para que los hijos que parimos aprendan a mamar desde que nacen que para tener un mejor lugar se debe tener valor y saber que la verdad nos va a salvar y a hacer mejores personas. Protesten, quéjense, no se dejen, prepárense. Hagan de su vida lo que ustedes desean"
Fotos antiguas: Archivo fotográfico de EL UNIVERSAL
Fuentes: El libro María Félix: todas mis guerras de Enrique Krauze. Entrevista con Verónica Castro en su programa La Tocada en 1996. Entrevista en 1922. Archivo El Universal.