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Texto y fotos actuales: Jehieli Joana Hernández Castro
Diseño web: Miguel Ángel Garnica
Mide 40 metros y ha presenciado varios asesinatos, la Revolución Mexicana y otros acontecimientos. La idea de su creación fue del entonces presidente municipal Alfonso M. Brito, quien propuso que la ciudad contara con una gran “torre de conciertos” para que tocara la banda municipal, llamada la Banda de los Rurales, por eso en su segundo nivel hay un espacio libre que era para este fin, todo en el marco del Centenario de la Independencia.
Este reloj que pareciera un cíclope que todo lo ve, guarda en su interior lo que para muchos es una réplica, única en el mundo, de la maquinaria del Big Ben de Londres. Fue construido por el ingeniero Francisco Hernández, el arquitecto Tomás Cordero y el ingeniero Luis Carreón entre 1904 y 1910.
El eterno guardián, como le han llamado por la presencia de este monumento a lo largo del tiempo, se encuentra en la plaza Independencia, antes llamada de las Diligencias, una de tres que existen en el centro de Pachuca. Este reloj que toca el Himno Nacional en días conmemorativos y sus campanadas resuenan en Pachuca, Hidalgo, cada quince minutos.
Réplica de la maquinaria del Big Ben
Acerca de que la maquinaria de este reloj es réplica del famoso Big Ben de Londres, existen versiones que lo afirman y otras lo niegan. Según la revista Memoria del Reloj Monumental de Pachuca, editada por el gobierno de Hidalgo, del editor Anselmo Estrada Alburquerque, publicada en 1988, el carrillón y la maquinaria del reloj de Pachuca fueron adquiridos en 1904, por conducto del ministro plenipotenciario de la legación mexicana en Austria-Hungría, Jesús Zenil y Martínez originario de El Cardonal, Hidalgo, quien gestionó todo para que este mecanismo llegara a Hidalgo. En realidad, esta maquinaria llegó dos años después a Pachuca, en 1906.
Estando en Viena recibió un comunicado del director de la mina San Rafael, Felipe N. Barros para que adquiriera el mecanismo para este reloj monumental. La revista narra que de inmediato Jesús Zenil contactó a la empresa inglesa F. Dent & Co.Ltd. Istrand Royal Exchange para la compra del carrillón y la maquinaria que, afirma la publicación, “por muchos años se creyó era semejante a la utilizada por el famoso Big Ben, que se encuentra instalado en el Parlamento de Londres”.
Los datos sobre la adquisición, continúa la publicación, aún son muy vagos y no se ha podido establecer si el diplomático fue quien sufragó el gasto, o bien, recibió el dinero de las personas que planearon erigir el Monumento a la Independencia.
Sin embargo, en la misma revista, se afirma en otro artículo que sí es una réplica del londinense, en una reproducción de un texto histórico escrito por Genaro Guzmán Mayer en 1960, obtenido de un folleto de la Cámara de Comercio y publicado por ese medio, se afirma que su costo fue de 300 mil pesos de aquel entonces y que fue financiado por cuatro compañías mineras.
De hecho, en 1987 el alcalde de Pachuca, Ricardo Hernández Fernández, envió una carta a la reina Isabel de Inglaterra pidiendo su apoyo para encontrar a un hombre capaz de componer el mecanismo del reloj, réplica del londinense. La cual tuvo respuesta y remitía el nombre de la empresa inglesa entonces encargada del mantenimiento del Big Ben.
Quien también asegura que esta maquinaria es una réplica fiel del Big Ben es Jorge Daniel Holguín Martínez, encargado de su mantenimiento desde hace 25 años, quien relata a EL UNIVERSAL que el mecananismo es de acero y bronce y no se le ha cambiado ni un solo tornillo en 106 años. Desde entonces funciona a la perfección y cada tercer día el encargado lo conserva limpio y lubricado para igualar, dice, la misma sonería del reloj europeo.
La única diferencia, según Jorge Holguín experto en relojería, es que el Big Ben se ajusta en su péndulo con libras esterlinas, mientras que nuestro reloj se maneja con tan solo un movimiento por debajo de la maquinaria, mediante una tuerca que ajusta la cronometría y que además, en la opinión de Jorge, tiene un mejor diseño.
Datos curiosos del reloj
La imagen del reloj de Pachuca se ha utilizado en dos ocasiones en billetes de la Lotería Nacional, en monedas conmemorativas con un valor de 100 pesos; en un sello postal que fue la primera estampilla emitida de la ciudad de Pachuca; en 2011 su imagen se estampó en un logotipo compuesto de la sede Pachuca para la Copa Mundial de la FIFA México 2011.
El 5 de diciembre de 2012 el ayuntamiento del municipio, mediante la Secretaría de Turismo dedicó un minuto de campanadas de este gran reloj al portero de origen colombiano, Miguel Calero, quien fue arquero de los tuzos y fue fundamental para la clasificación del Pachuca a la primera fase de la Copa Libertadores 2009, este hecho marcó la primera vez que el reloj rindió homenaje a una sola persona tras su muerte.
Algunos hechos curiosos han sucedido a lo largo de la historia con respecto al monumento. Memoria del Reloj Monumental de Pachuca, editada por el gobierno de Hidalgo, publicó también que un año más tarde de haber realizado el envío Jesús Zenil falleció de un ataque cardiaco, lo cual dio mayor importancia en aquellos momentos a esta maquinaria.
El reloj se inauguró bajo el protocolo de las ceremonias porfiristas el 15 de septiembre de 1910 a las 11 de la noche y un mes y nueve días después estalla la Revolución Mexicana, el Reloj entonces dio fin al porfiriato y marcó el inicio del movimiento armado.
Otra anécdota es la del Chato Moedano, en la década de 1910 cometió saqueos en Pachuca y fue condenado a muerte por el general Marcial Cavazos, quien ordenó lo fusilaran al pie del reloj por ser emblema del centro político e histórico de Hidalgo, pero el Chato se acobardó y corrió, entonces lo persiguieron por los prados junto al reloj y ahí le dispararon.
Su captor, el general Marcial Cavazos emitió un edicto en que se decretaba que a la persona que se le sorprendiera con objetos robados, ya fuera ropa o muebles, sería pasada por las armas; al día siguiente el río más próximo al reloj apareció lleno de muebles, ropa, instrumentos, utensilios de cocina y hasta un piano, la gente dejo en el río todo lo que había robado.
La revista Memoria del Reloj Monumental de Pachuca, editada por el gobierno de Hidalgo, también menciona que los escaladores profesionales de monumentos, a los que la gente llamó “hombres mosca” también hicieron sus presentaciones en el reloj de Pachuca en las décadas de los años 20 y 30. Los pachuqueños vieron cómo estos intrépidos norteamericanos y alemanes ascendían los diversos niveles del monumental contador del tiempo, según se cita en los Anales, escritos por don Teodomiro Manzano, historiador hidalguense, escritas en los años veinte del siglo pasado.
Además se dice que el reloj monumental es lo más balaceado de Pachuca, según un reportaje del diario El Voceador, del 20 de agosto de 1978, en donde se dice que hay al menos al 200 huellas de bala en las carátulas del reloj, la cantera, las estatuas de mármol, los vitrales y la mayoría en la cúpula de bronce.
A decir del entonces encargado de mantenimiento Guillermo Barragán Rivas los vitrales originales estaban perforados por balas, así como los cristales de las carátulas de porcelana. Contaba que la estatua de la cara norte, que representa La Constitución es la más afectada, probablemente porque frete a ella estaban las cantinas El Paraíso y El Talín de donde salían personas bajo el influjo del alcohol y lanzaban disparos al reloj.
Hasta el año 1926, según esta publicación, el reloj contaba con cuatro farolas que la comunidad turca había obsequiado con motivo del Centenario de la Independencia. Estas permanecieron hasta ese año en los cuatro ángulos del pedestal del reloj, hasta que el gobernador Matías Rodríguez las mandó quitar, ignorándose las causas.
Fue el 24 de junio de 1949 cuando una inundación afectó a Pachuca, un gran caudal de agua arrastrando gente pasó a los pies del gran reloj, en esa ocasión las manecillas marcaban las 5 de la tarde.
El primer encargado del mantenimiento del reloj fue el señor Alberto Dross, de profesión relojero. En tanto que el ingeniero Francisco Hernández, su constructor, estudió en la escuela de Minería de la ciudad de México de la cual también fue director, murió en la capital del país en 1974 y fue sepultado en el panteón Jardín.
El hombre que pasa el tiempo dentro del tiempo
Jorge Daniel Holguín Martínez lleva 25 años dándole mantenimiento al reloj, dice que representa su vida. Está ahí más por cariño que por un sueldo. Durante sus solitarias horas dentro del reloj cada año piensa que va a dejar este trabajo, pero dice que no puede.
“Se vuelve parte de uno mismo, es tan importante como la misma familia y su casa, se vuelve algo simbiótico y arraigado, es difícil dejarlo… es difícil encontrar algo que haga uno con cariño y ojalá que así como mis antecesores y yo lo hemos ido tratando con cariño, así los demás”.
Este hombre que pasa el tiempo dentro del tiempo, nos comenta que en ocasiones se le olvida ir a su casa a la hora de comer, su esposa le reclama que cómo es posible que lo olvide si tiene el reloj enfrente, pero él limpia a detalle cada engrane y se queda ensimismado en esa maquinaria de más de cien años de antiguedad.
Jorge ha subido al campanario y ha caído dos veces de una altura de aproximadamente tres metros, quedó tirado conmocionado, nadie se dio cuenta, pero, afortunadamente, no sufrió ningún daño y dice con una sonrisa que son los gajes del oficio.
El señor Carlos Peña, de 70 años, uno de los mejores relojeros de Hidalgo y quien daba mantenimiento a la maquinaria un día invitó a Jorge a subir, quien no tenía nada qué hacer. El señor Carlos ese día le hizo algunas pruebas y compartió con él algunas enseñanzas para el cuidado del reloj. Desde aquel día, Jorge quedó fascinado con la limpieza de la maquinaria y aceitar las campanas.
Para el maestro relojero, Jorge era capaz de hacer un bien mantenimiento al reloj y le mencionó que por su edad ya estaba cansado, continúo asesorando al joven enseñándole el cuidado para todo tipo de relojes, lo cual despertó en el aprendiz el gusto por su trabajo.
“Yo mismo me pienso loco porque me pongo a platicar con la maquinaria, como si fuera una mujer, como si fuera una diosa, alguien con quien charlo a cada segundo; le pregunto qué le pasa, si le duele algo”. Es la única persona que toca esa maquinaria; para él, estar dentro del reloj es una “sabia virtud de conocer el tiempo”, como diría Renato Leduc.
Cuando es cambio de horario corre alrededor del reloj a las dos de la mañana para cerciorase de que las manecillas estén correctas, la gente rumora que es un descabellado.
La sincronía que se maneja debe ser exacta, en Pachuca, como en todos lados, las personas usan el marcar del tiempo para tomar sus medicamentos, ir al trabajo, ir al banco con base en el sonido del cantar del reloj. Es el ícono más representativo de Pachuca, se calcula que el reloj perdurará al menos 500 años.
Jorge trabaja cada tercer día, y está todo el día dentro del reloj; en cambios de horario se desvela hasta después de las dos de la mañana, para supervisar las manecillas del reloj y la cronometría.
La gente le llama “el eterno guardián” y es muy acertado porque aparenta ser un ojo que vigila y que ha visto asesinatos, robos, guerra, pero también ha sido testigo de romances, encuentros fortuitos y niños que corren alrededor espantando a las palomas.
Variadas versiones de su construcción
Se tienen dos versiones del posible origen del reloj. La anécdota más conocida es que la idea de su construcción surgió en 1901, cuando Alfonso Mario Brito, entonces presidente municipal de Pachuca, quien junto con un grupo de empresarios propuso al gobernador remodelar en ese entonces la Plaza de Las Diligencias y colocar una majestuosa torre de conciertos, digna de una banda musical llamada “Banda de los Rurales”, actualmente llamada Sinfónica de Pachuca fundada en 1901.
La versión de Luis Corrales, coordinador del Comité Ciudadano de Seguimiento y Cronista del Centro Histórico, menciona que el verdadero motivo de la construcción del reloj nace desde tiempos de Porfirio Díaz cuando se envió un telegrama pidiéndole al gobernador Pedro L. Rodríguez que construyera un monumento en esta ciudad por el Centenario de la Independencia, como se había pedido a todos los estados de la República, que sería en 1910 y que por ello construyera un monumento interesante, importante, grande y valioso.
Fue así como el gobernador Rodríguez se reunió con el presidente municipal Felipe Navarro y con algunos acaudalados mineros, y decidieron hacer una torre con un reloj que tuviera en el primer piso un espacio donde pudiera tocar la Banda de los Rurales; sin embargo, nunca se utilizó, debido a la altura de ese lugar, pues las piezas musicales no eran escuchadas con la fidelidad deseada, según se afirma en el libro Reloj Monumental de Pachuca, por lo que los músicos tuvieron que regresar al kiosco de la acera norte del jardín de esa plaza.
Se elaboró a base de cantera blanca de la comunidad de Tezoantla perteneciente al municipio de Mineral del Monte, hoy pueblo mágico. Es una obra neoclásica que se compone de cuatro niveles; el primero corresponde a la entrada, cabe mencionar que el piso es de mármol de Carrara, el monumento se desplanta sobre una base corrida que va directamente pegada al piso del zócalo y tiene dos escalones y dos molduras toro, interrumpidas solo por las cuatro puertas de acceso.
Las dos molduras están unidas por un perfil aparentemente escocés, las puertas están labradas con listones en el marco y círculos a manera de cuentas; finalmente este primer nivel contiene una imposta compuesta por una cornisa y tiene un adorno de flor. Dentro del reloj se venden recuerdos de este lugar a manera de pequeñas réplicas de esta edificación.
El reloj Monumental de Pachuca, Hidalgo, cumplió 100 años el 15 de septiembre de 2010, cuando se realizó un espectáculo que cautivó a casi 10 mil espectadores, entre luces de colores que se proyectaron en la fachada. En aquella ocasión, Pepe Aguilar, cantante de música ranchera, ofreció un concierto y se develó también una placa conmemorativa.
A propósito del centenario del reloj se lanzó un timbre postal y en el Boulevard Río de las Avenidas fue montada la exposición de arte "100 años, 100 relojes" que mostró la creatividad de los pachuqueños plasmada en la silueta del reloj monumental.
También se hizo una remodelación-restauración el 12 de noviembre de 2007, se apuntaló, y se cubrió la torre del reloj con el andamiaje. La restauración incluyó la limpieza manual de la cantera, posteriormente se lavó el edificio con un químico. Las campanas fueron lavadas, las piezas de cobre fueron restauradas al eliminarse la oxidación presente en ellas. La renovación del monumento terminó en 2008 y se culminó con una nueva iluminación. El costo estimado fue de 11 millones 545 mil pesos.
El simbolismo de sus esculturas
En el segundo piso están los arcos vanos y balcones, donde se pensaba colocar a la Banda de Rurales (ahora banda sinfónica de Hidalgo) para sus conciertos; el tercer nivel alberga a las cuatro estatuas esculturales esculpidas en mármol de Carrara, Italia; que representan los cuatro movimientos sociales importantes en México en el siglo XIX: La Independencia (1810), La Libertad (1821), La Constitución (1857) y La Reforma (1859).
Hay ciertas formas de expresión en las figuras, la escultura de la Independencia tiene un pie delante e inclusive sus dedos salidos de la base, lo que indica movimiento y dinámica de la guerra de independencia, el torso desnudo simboliza momentos de inquietud social y de guerra, viste de la cintura hacia abajo, sostiene una espada y una antorcha que simbolizan la luz por la que se lucha.
La que está del lado poniente (Reforma) también está con el torso desnudo con una túnica en pliegues, símbolo de que ya acabó la guerra, fue hecha en tiempo pacífico, está vestida y en una mano tiene un libro desgastado de las orillas y un pergamino desenrollado que simboliza que la reforma es producto del estudio; el de la libertad tiene en una mano una cadena rota, un laurel que simboliza la victoria y en la cabeza una corona de olivo, propia de los victoriosos, también tiene un pie al frente asociado a la libertad.
La que da al norte se llama La Constitución su fecha es 1857 tiene un rostro severo, mirada profunda, está vestida con un cinto a medio cuerpo porque ya no hay guerra, en su lado izquierdo tiene un libro y con la mano derecha señala el libro indicando que es la Carta Magna. El cabello significa mucho también, en las esculturas de guerra tienen el cabello suelto, en ésta lo tiene recogido como símbolo de paz.
En el cuarto nivel se encuentran las cuatro carátulas del reloj, cada una enmarcada por un águila de alas abiertas en la parte inferior y una cornisa semicircular; todo el conjunto es rematado por una cúpula de bronce que permite la salida del sonido de las ocho campanas allí alojadas, suenan en clave de do mayor y tocan cada quince minutos. A las 6:00 p.m. las campanas entonan el Himno Nacional Mexicano, también en días conmemorativos o cuando hay mucho turismo y se toma como referencia el horario que emite el Observatorio Astronómico Nacional.
Los pachuqueños hablan del eterno guardián
Aunque este guardián se mantiene erguido, fiel al espacio y tiempo; parece en general que la gente pasa sin percibirlo o les es indiferente. Hoy, luego de diversos cambios que ha tenido la plaza en los cimientos del reloj, las personas temen que se derrumbe con algún temblor.
EL UNIVERSAL entrevistó a distintos transeúntes que al pie del reloj, meditaban, comían o simplemente pasaban el tiempo. Un hombre llamado Pedro González de 75 años, periodista del Sol de Hidalgo menciona nostálgico que mucha gente pasa y no se fija en el Reloj, no tienen idea del Big Ben, ni de las campanadas y menciona que "se acostumbra a mirar el Reloj como un punto referencial, debería ser reverencial".
Más adelante, unos jóvenes "youtubers" Luis César y Elías se divierten bromeando y filmando a un costado del reloj, lo usan de referencia para su programa "Neta cajeta", aunque refiriéndose al reloj, suponen que es un regalo de Inglaterra y tienen la convicción de que las esculturas son ángeles.
Un señor de edad avanzada, aspecto deteriorado y mirada perdida que se sienta diariamente al pie de la puerta del monumento afirma rotundamente que un día las manecillas del reloj se detuvieron porque una paloma se posó sobre ellas y con ello detuvo el tiempo.
Finalmente, José Luis Carrasco, de 66 años, afirma que "el que ha venido a Pachuca y no conoce el reloj, no conoce Pachuca".
Fotos antiguas: Colección Villasana-Torres.
Fuentes: Entrevista con Luis Corrales Vivar, cronista de Pachuca, Hidalgo y Jorge Daniel Holguín Martínez. Enciclopedia de los Municipios de México.