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Hace algunas semanas en este espacio, (http://www.eluniversal.com.mx/entrada-de-opinion/articulo/santiago-corcuera/mundo/2015/10/24/vigilancia-internacional-reconocer-la) me referí a la actitud del gobierno de México de negar la realidad sobre los derechos humanos, cuando es descrita por instancias como los procedimientos especiales del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, los órganos de tratados de la ONU o de la OEA. La reacción reciente ante el informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos comprueba que esta actitud no ha cambiado, sino que se ha recrudecido.
Otra muestra, es el discurso del subsecretario de Derechos Humanos de la SRE ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, del 29 de febrero: http://mision.sre.gob.mx/oi/images/stories/pdf/codh31_intervencion_mrc.pdf.
Un elemento que ofendió la inteligencia de algunos de los que escucharon el discurso fue cuando dijo: “De manera destacada, el gobierno de México presta atención ... al combate a la desaparición de personas llevadas a cabo por el crimen organizado...” No dijo que presta atención a la desaparición forzada. ¿Por qué no lo dijo?, me preguntan en los corredores del Palacio de las Naciones. ¿Acaso porque el gobierno cree que en México no hay desapariciones forzadas? O, peor aún, que reconociendo que las hay ¿no les presta atención? ¿Solamente presta atención a las desapariciones cometidas por particulares y las combate, pero a las cometidas directa o indirectamente por agentes del Estado, no les presta atención, ni mucho menos las combate? ¿Cómo es posible tal omisión, con la difusión que ha tenido el caso de la desaparición de los estudiantes en Iguala y otros tantos, en los que la participación de agentes del Estado es innegable? ¿A quiénes tratan de engañar? Son preguntas retóricas, por supuesto, pero que, como mexicano, me dio vergüenza que me hicieran.
Luego, el subsecretario se lanzó a hacer una serie de recomendaciones innecesarias, pues ya son cumplidas por los destinatarios. Indicó que “considerando el alto impacto que tienen las observaciones y recomendaciones emitidas por los mecanismos de derechos humanos, nos parece indispensable que éstos verifiquen cabalmente la información que tienen bajo su estudio y la analicen en estricto apego al Derecho Internacional. En consecuencia, deberían emitir observaciones sólidamente fundamentadas, que reflejen objetividad y profesionalismo...”.
Fui integrante de los procedimientos especiales de derechos humanos de la ONU por seis años, tres de ellos como presidente del Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas y uno de ellos como presidente de todo el sistema de relatores, al presidir el Comité Coordinador de los procedimientos especiales. Actualmente soy vicepresidente del Comité contra las Desapariciones Forzadas. Puedo dar testimonio del altísimo nivel de cuidado que en estos mecanismos se pone para verificar la información que procesan, su alto nivel de conocimiento del Derecho Internacional, y su objetividad y profesionalismo.
Las “recomendaciones” hechas por México a estas instancias insinúan que son poco profesionales, ignorantes del Derecho Internacional y poco objetivos. Sin duda, algunos comités tienen algunos integrantes que no son independientes, ni imparciales, por ser ellos mismos agentes o ex agentes gubernamentales pero, por fortuna, son la minoría, y no alcanzan a empañar el trabajo de los comités a los que pertenecen. Para los actores del sistema que verdaderamente conocen a estas “joyas de la corona”, como en alguna ocasión se refirió a ellos el secretario general, esos comentarios fueron tomados como insinuaciones malintencionadas. Más bien, me dijeron, en lugar de andar haciéndole recomendaciones a estos mecanismos de tanto prestigio, debería México cumplir las recomendaciones que esos mecanismos le han hecho, y que en su mayoría no ha atendido.
Vicepresidente del Comité Contra las Desapariciones Forzadas de la ONU. @CORCUERAS