En la antesala de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, es justo detenernos a reflexionar sobre cómo es que la violencia afecta a las mujeres mexicanas y de qué manera está presente de manera cotidiana en el día a día.

En relación a las mujeres con el crimen, hay que destacar que aún y cuando un menor porcentaje de mujeres que de hombres cometen actos delictivos (según Inegi, aproximadamente 9%) el crimen azota a hombres y mujeres casi por igual.

Tan sólo en el caso de los feminicidios, INMUJERES reportó que entre 2013 y 2014 fueron asesinadas seis mujeres diariamente en el país y que el problema se ha incrementado en algunas regiones del país, en donde a pesar de la Alerta de Violencia de Género no hay avances visibles.

En delitos sexuales, la mayoría de las 13 mil denuncias reportadas en el SESNSP el año pasado las víctimas son mujeres. La mayoría de ellos quedan en el silencio por el temor a ser doblemente victimizadas y sometidas al escarnio público o ser humilladas por un agente del MP, por un juez o hasta por su misma familia.

¿Y qué tal con las mujeres policías? Como era de esperarse también sufren violencia. Numéricamente son muchas menos que los hombres, y al interior de las corporaciones son una minoría discriminada y violentada. En nuestras entrevistas hemos registrado cómo algunas mujeres que llevan años desempeñándose como policías, nunca han sido acreedoras de una promoción o ascenso, y lejos de ésto son víctimas de acoso laboral.

Las mujeres policía no la tienen fácil. A la violencia institucional también se le suma la ciudadana, recientemente leí una nota que decía: “Tripulantes de auto sospechoso matan a mujer policía en Nezahualcóyotl”, en otra vimos cuando una mujer policía fue atropellada por un hombre para librarse de una infracción, y como estas noticias hay cientos que nos indican que la violencia contra ellas, desafortunadamente, es la regla, no la excepción y eso tiene que cambiar.

En el sistema penitenciario la situación para las más de 13 mil mujeres en reclusión (5.2% de la población penitenciaria) también es complicada, en la mayoría de las entidades federativas los espacios para mujeres son una especie de anexo o ghetto que hace prácticamente imposible la reinserción social.

Además la sociedad es mucho más severa con las mujeres que están en reclusión, por que como han documentado los expertos, ellas reciben un menor número de visitas que los hombres. En el caso de las mujeres que cometieron un delito del fuero federal, la situación es mucho más desfavorable, pues únicamente existen dos centros federales, lo que geográficamente aleja a la mayoría de las mujeres de sus familias y esta situación, como lo enfatiza la CNDH, genera desarraigo familiar, al alejarlas en la mayoría de los casos, de su entorno social.

La violencia hacia la mujer es amplia. En materia de participación política y ciudadana hemos sido testigos de cómo por usos y costumbre se impide que una mujer gobierne e incluso se ha llegado al homicidio de alcaldesas y servidoras públicas por parte del crimen organizado. Una situación realmente preocupante.

Sin duda falta mucho por hacer para que se acote la brecha de inequidad entre hombres y mujeres, son muy pocas las mujeres que ocupan puestos de alto nivel en los diferentes niveles de gobierno, y qué decir en materia de seguridad, podemos contar con una mano a las mujeres que se desempeñan como procuradoras o fiscales o como secretarias de Seguridad Pública.

Es importante que este próximo Día Internacional de la Mujer, más que celebrar, busquemos ser más participativas y exigentes. No perdamos la visión de que nuestra participación es fundamental para defender nuestros derechos, para fortalecer nuestra democracia, nuestra pluralidad y nuestra seguridad.

Presidenta de Causa en Común.
@MaElenaMorera

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