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Desde siempre hemos sostenido que una marcha ayuda a visibilizar los problemas. Una vez expuestos, hay que trabajar para solucionarlos. Es el caso de #VibraMéxico.
El primer paso fue salir a las calles a decirle al mundo que, ante los embates del presidente Donald Trump contra México y sus ciudadanos, de aquí y de allá, merecemos respeto. La prensa internacional así lo consignó.
El segundo y los subsecuentes pasos, sin descartar la opción de una nueva marcha conforme las circunstancias lo ameriten, tendrán que ser más estratégicos, y venir de las autoridades, de los empresarios y de todo aquel que con alguna acción académica, deportiva, científica o artística, contribuya a reducir nuestra vulnerabilidad, tal y como la entiende el presidente de Estados Unidos.
La participación de más de 88 organizaciones civiles en más de una veintena de ciudades, todas compuestas por ciudadanos libres y sin filiación política, es un logro que mal haríamos en menospreciar. Es falso que acudiéramos a sugerencia de una televisora. Vino todo el que quiso y pudo hacerlo.
Aún con críticas de este tipo, por cierto todas bienvenidas, #VibraMéxico se manifestó contra el asedio que están enfrentando millones de mexicanos en Estados Unidos, y fue emotivo escuchar el himno nacional en centros comerciales, restaurantes, plazas públicas e incluso en estaciones de radio. En la calle fuimos miles, pero los que se sumaron desde otros espacios fueron muchos más.
La diversidad de los convocantes hizo esto posible y nos permitirá seguir construyendo lo importante, que son las agendas comunes en ambos lados de la frontera para protegerlos. El impacto de cada acción a favor de nuestros migrantes será mayor en la medida en que logremos dejar a un lado diferencias secundarias y construir dichas agendas, eficaces y auténticamente nacionales.
El documento rector que unió a decenas de organizaciones e instituciones es un buen avance. De entrada, establece la defensa de México y de los mexicanos ante las amenazas del gobierno de Trump; considera fundamental anteponer los intereses de los mexicanos en toda negociación con el gobierno estadounidense; requiere que el gobierno informe de manera permanente sobre las negociaciones con Estados Unidos; exige al gobierno asumir acciones concretas e inmediatas para combatir la pobreza, la desigualdad, la corrupción y la impunidad; demanda el respeto y la protección de los derechos de toda persona, independientemente de su nacionalidad, condición migratoria, raza o religión; y establece el respeto, la cooperación y la solidaridad como las bases del entendimiento entre las naciones.
Sin duda, pudieron incluirse más puntos pero estos constituyen una plataforma que debiera unirnos.
Por lo anterior, #VibraMéxico fue y es más que una marcha. Es un compromiso con la realidad de los migrantes y del país, y debiera entenderse como un apoyo, no a un gobierno, sino a una postura de respeto para México.
Por ello es que #VibraMéxico fue un éxito, que desde luego tiene que sumarse a otras marchas, acciones y programas que constituyan una movilización permanente. Tenemos que dejar en claro que México, en su pluralidad, está unido para exigir a su gobierno acciones a la altura de esta amenaza.
Presidenta de Causa en Común.
@MaElenaMorera