El secuestro y asesinato de María Villar vuelven a poner la lupa internacional en este terrible delito que se comete en México y que por más estrategias que anuncian las autoridades no terminan de llevarla con éxito.

Con éxito me refiero a reducir este delito a su mínima expresión como prometió el secretario Osorio Chong en 2014. Por ahora, seguimos lejos de que las autoridades nos cumplan con esta promesa y mientras tanto la Envipe nos restriega que en 2015 se registraron 64 mil 459 secuestros, con 62 mil 636 víctimas.

Por increíble que parezca, nos acostumbramos a vivir mal. Me asusta pensar que estamos como ranas en el experimento de la cubeta de agua, donde se va subiendo poco a poco la temperatura y terminan muriendo incapaces de saltar. Si hacemos un poco de historia, en 2004 salimos a marchar indignados por los secuestros, la violencia sobre las víctimas, los asaltos, etcétera.

Sin embargo los años pasan y la situación no mejora, por el contrario, ha empeorado. Pero las autoridades insisten en decir que en materia de secuestro van a la baja y tienen razón cuando comparan con los últimos años (hasta en sus comparativos son cortoplacistas) pero si comparamos en un lapso de 12 años: ¡Hoy vivimos peor! ¡Ni la seguridad, ni la justicia, ni la economía, ni la gobernabilidad mejoran!

Y hablamos de muchas causas, pero la autoridad no alcanza a tener estrategias certeras y de largo aliento, sólo piensan en el día siguiente, en la declaración absurda, en salir del paso. Mientras, miles de familias siguen en la zozobra de no encontrar a su familiar, en el dolor de familiares asesinados por secuestradores, en el coraje cotidiano de que te asaltan hoy y te pueden volver asaltar mañana sin que nada pase.

Por ello es que no podemos quitar el dedo del renglón y exigimos que se haga una revisión de la Estrategia Nacional Contra el Secuestro. Las autoridades deben atender los temas pendientes y mostrar su compromiso.

Haciendo un balance, vemos que se han invertido muchos recursos. Tan sólo el FASP en los últimos 12 años acumula una bolsa de más de 83 mil mdp y de los 7 mil correspondientes a este año, se destinaron sólo 435 mdp a las UECS de las estados, cuando a decir de la titular de Conase “las que trabajan bien son las menos” y cuando falta homologar procesos y atender con mayor urgencia a las que tienen más alta tasa delictiva.

Llevamos desde 2009 con la Ley del SNSP y las entidades en su mayoría parecen dedicadas a incumplirla y siguen sin profesionalizar sus Unidades. Sólo una tercera parte de las entidades cuentan con herramientas tecnológicas, equipamiento táctico y técnico de acuerdo con el modelo para las unidades. En el resto del país las víctimas están en franca desventaja, porque no cuentan con el equipamiento necesario para llevar a cabo operativos basados en el análisis y la inteligencia.

Seguimos sin tener una atención integral a las víctimas, cada estado atiende como mejor le parece y como puede hacerlo y el tema de la reparación del daño es un asunto pendiente. En síntesis, los avances son desiguales y no todos los estados han correspondido debido principalmente a que no hay consecuencias por sólo simular.

Además, aún y cuando la PF y la SEIDO son quienes más apoyan la lucha contra el secuestro a los estados, no hay una política para consolidarlas o fortalecerlas, sino que están siendo descuidadas y operan con menos recursos cada año.

Estamos cansados de la simulación e incapacidad de los políticos y sobre todo de vivir amedrentados por el secuestro. En el caso de María del Villar, la Policía Federal ya detuvo a uno de sus captores, sin embargo, hay miles de víctimas que esperan la acción de la justicia, que no perdonan, que no olvidan y que tan sólo sobreviven.

Presidenta de Causa en Común.

@MaElena Morera

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