El martes 8 de noviembre el pueblo americano eligió a quien será su presidente. El sistema electoral que permite que alguien que gana el voto directo (Clinton) pueda perder el Colegio Electoral  (Trump) nos puede parecer incomprensible, pero para los americanos es parte fundamental de su sistema electoral democrático y no lo cuestionan.

Al confirmarse los resultados, expresé a través de un video algunas ideas que en este artículo comento. Lo hice pensando en las miles de familias mexicanas que tenemos un migrante indocumentado en Estados Unidos, pero también en la importancia de responder como país ante nuevos retos y desafíos. Frente a la pregunta, ¿qué vamos a hacer?, no podemos tener una actitud de miedo, de rendición frente al poderoso, no tenemos que paralizarnos ante la preocupación o la incertidumbre. Por el contrario, hay que tomar acciones que nos permitan a nosotros los mexicanos llevar la iniciativa en los temas que más nos importan.

Lo primero es decirle a los mexicanos que viven en Estados Unidos que no están solos. Que estamos sus familiares, amigos, todos los mexicanos de este lado apoyándolos. Lo mismo debe decir el Estado Mexicano. Y aún cuando el titular del gobierno federal se ha expresado al respecto, debemos pensar en más. Por ejemplo, aumentar no sólo la ayuda a las repatriaciones seguras, sino también el presupuesto a los consulados mexicanos —particularmente aquellos que tienen mayor densidad de mexicanos migrantes—, me consta el trabajo que realizan, no obstante, se tendrá que reforzar la atención a los mexicanos.

Se debe dar a conocer y comunicar efectivamente la gran aportación que hacen los migrantes mexicanos a la prosperidad de Estados Unidos. Para ello, necesitaremos documentales, películas, novelas y desde luego mayor creatividad desde el ámbito local.

México tendrá que fortalecer su papel en la relación bilateral con Estados Unidos. Se trata de que sea una relación sostenida con base en el respeto y reconocimiento de la dignidad de nuestros pueblos. Nuestra posición debe ser digna y fuerte. Y puede ser así porque no hay materia en la relación bilateral que Estados Unidos pueda enfrentar por sí solo. Sea migración, seguridad, medio ambiente, comercio y crecimiento económico. A la diplomacia mexicana debe apoyársele también y concedérsele ese rol para la defensa de nuestros intereses y especialmente de nuestra gente.

En lo económico. Es hora de dar a conocer nuestros niveles comerciales con Estados Unidos. Nuestra postura en el TLCAN, saber con claridad qué es lo que queremos y cuáles son los riesgos que se nos pueden presentar. Será necesaria la intervención diplomática y las habilidades negociadoras. Lo podemos hacer sin miedo porque la relación con la economía de México es de una profunda interdependencia.

El sector privado tendrá que asumir su papel en estas relaciones comerciales no sólo con EU sino con el resto del mundo. Los esfuerzos también deben estar en consolidar nuevos mercados, es decir, la inserción de nuestros productos en otros países. Tenemos tratados de libre comercio con aproximadamente 45 naciones, podemos encontrar la manera de diversificar dichas relaciones.

Yo sé que muchos mexicanos, tanto en nuestro país como en Estados Unidos, están preocupados por lo que puede suceder en el futuro. Es un momento muy importante de definiciones y actitudes, hay que enfrentarlo con visión de Estado, con la seguridad de lo que somos y de lo que podemos y debemos representar. Tenemos todas las herramientas para enfrentar este reto y salir adelante.

En Yo Con México, también estaremos trabajando en ello, no podemos esperar a ver qué nos proponen las nuevas autoridades ni decir que no pasa nada. Hay muchas cosas en qué trabajar y lo podemos hacer con la certeza de que México merece que asumamos una posición de dignidad y de respeto ante Estados Unidos y ante cualquier país del mundo. Porque no olvidemos quiénes somos. Somos México.

Abogada

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