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El PAN y yo en lo particular hemos impulsado siempre la transparencia y la rendición de cuentas.
Fue de la mano de los gobiernos del PAN que se reformó la Constitución Federal para establecer el derecho al acceso a la información, así como los Institutos de Transparencia y Acceso a la Información.
Para los panistas, era natural presentar una declaración patrimonial. La presenté desde que fui diputada local en 1994 y mi esposo desde 1988, cuando entró a la Asamblea de Representantes. Esa es la formación ética que recibimos y que compartimos. Durante la campaña del 2006 se presentó la declaración patrimonial de Felipe y se acompañó la mía. Durante el sexenio 2006 – 2012 se hicieron las declaraciones públicas e incluso año tras año yo enviaba una autorización expresa para que mi declaración fuera publicada.
Toda la información está en las declaraciones patrimoniales que él ha presentado como funcionario, y que ambos autorizamos que se hicieran públicas. En el sitio http://servidorespublicos.gob.mx/ puede consultarse toda la información sobre nuestro patrimonio desde cargos anteriores, incluyendo la declaración patrimonial de término que fue presentada en febrero de 2013. Gracias a los gobiernos del PAN surgieron también sistemas como Declaranet, que permitió por primera vez transparentar las declaraciones patrimoniales; así como Compranet, el cual permitió acceder a la información de las compras del gobierno.
Quien quiera que revise esas declaraciones, constatará que el patrimonio que mi esposo y yo tenemos es congruente con los ingresos que hemos recibido a lo largo de nuestras respectivas carreras profesionales, especialmente con los ingresos derivados de su salario como Presidente de la República que también aparecen en dichas declaraciones. La casa y el jardín asentado sobre el terreno adyacente adquirido en copropiedad que tenemos desde antes de que mi esposo fuese Presidente y en donde hemos vivido desde hace casi 15 años, así como sus modificaciones, han sido pagadas con créditos hipotecarios pactados en condiciones de mercado, sin privilegios. En todos los casos, esas compras aparecen detalladas en las declaraciones patrimoniales. Ahí se puede ver la dimensión de los predios, igualmente el valor de adquisición, así como los montos de los créditos bancarios y los bancos que los otorgaron. La declaración está detallada. Y siempre se hizo pública, lo cual fue inédito ya que no había obligación legal alguna.
Apoyé la iniciativa 3 de 3 porque la considero un paso importante hacia la rendición de cuentas. Como siempre seré congruente con esa convicción, y aun cuando no hay ley que me obligue, porque no tengo cargo público ni soy jefe de partido, presentaré mi declaración 3 de 3. El detalle de lo ya hecho público excede lo que la ley 3 de 3 establece.
El valor fundamental de las declaraciones patrimoniales públicas no está sólo en los bienes y dinero declarados, sino en la congruencia entre ingresos, egresos e impuestos pagados, que habla de la congruencia personal de quien declara.
La honestidad y la ética no se pueden simular. Se ven. Dependen de la formación personal y son valores correspondidos con actos de toda la vida. Les aseguro que es el caso nuestro. Podrán discutirse las ideas, las decisiones, y las políticas públicas, pero se equivocan quienes quieran encontrar en ésta una trayectoria deshonesta.
Abogada