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Al concluir el primer mes de la caótica administración del presidente Trump, que puso a México en un estado convulso al igual que a otros países, surgió la esperanza de que, con la confirmación gradual de su equipo de trabajo, la funesta primera etapa quedaría atrás. Hoy visitan México Rex Tillerson, secretario de Estado, y John Kelly, secretario de Seguridad Interior. Se trata de dos hombres inteligentes, con experiencias diversas, y capaces de aprender con rapidez.
En principio, la visita podría ser una oportunidad para dejar atrás esas semanas de desentendimiento entre ambos países. Se trata de hombres inteligentes, con quienes podría iniciarse un intercambio útil de ideas. Sin embargo, el martes el mundo amaneció con nuevas disposiciones migratorias de Estados Unidos (EU) que dan pie y facilitan un programa de deportaciones masivas, que afectará a México: del orden de 7 de los 11 millones de indocumentados que se encuentran en EU, son mexicanos.
Varias de las disposiciones que buscan “agilizar” las deportaciones se convertirán en un flagelo para nuestros paisanos y México. Por ejemplo, ahora violaciones administrativas menores (de tránsito) podrán ser causa para una deportación inmediata; una mayor participación de policías estatales y locales en tareas de investigación, aprehensión y detención de migrantes ilegales; y, la contratación de 15 mil nuevos agentes migratorios. Lo más preocupante es que se instruye que los deportados (de toda nacionalidad) que hayan ingresado a EU por la frontera con México sean deportados a México. Simplificaciones como ésta complicarán aún más la situación.
Entre los ciudadanos que requieren visa para entrar a México se encuentran El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Haití, Bolivia y Ecuador. Quienes de esas nacionalidades llegaron a EU lo hicieron cruzando el territorio nacional de manera ilegal, sin visa o extendiendo su estancia. ¿Acaso plantean enviar a México a no mexicanos que de hecho violaron las leyes mexicanas? Se trata de un asunto que transgrede el Estado de Derecho y es inaceptable.
¿Qué explica que estas disposiciones tan irritantes y hasta contraproducentes se hayan divulgado 36 horas antes de la visita de dos miembros del gabinete del presidente Trump? Esto replica lo que enfrentaron los secretarios Videgaray y Guajardo durante su primera visita a Washington: estando allá Trump dio a conocer las órdenes ejecutivas para construir el muro y para reforzar la medidas migratorias. El secretario Guajardo ha explicado esa situación argumentando que resultó de la descoordinación de la nueva administración. El Estado entrópico de esa administración fue descrito ayer en el artículo Meet the five Trump administrations de Tom Friedman en el New York Times.
¿Será posible que se argumente lo mismo en esta ocasión? ¿Continúa la descoordinación después del primer mes? La opción es que el desaseo político resulte del modo trumpiano de negociar: te doy un “descontón” antes de que nos sentemos a dialogar, para ablandarte.
El asunto es por demás preocupante. Surge la duda: ¿dos secretarios inteligentes podrían creer que esta estrategia del “descontón primero” es conveniente y sostenible? Parece difícil de creer. ¿Hasta dónde piensan estos dos hombres que la estrategia de provocación continua a México podrá perdurar?
Eso implicaría que no entienden la compleja relación bilateral entre México y EU. La vecindad hace que dicha relación no tenga principio ni fin. Hay mucha historia, conflictos, reconciliaciones, etapas e intereses. A todo eso subyacen consideraciones de “seguridad nacional” de ambos países, lo que está fielmente documentado en el magnífico artículo de seis ex embajadores de EU en México, publicado en el Washington Post hace diez días. Se trata de una reflexión serena y ponderada de quienes han llevado una responsabilidad central en la conducción de la relación bilateral, tanto de gobiernos republicanos como demócratas. ¿Será posible que en el briefing a estos dos secretarios —por cierto, de lo mejor que puede esperarse— no se haya incluido el artículo de los ex embajadores? ¿Continúa la incompetencia o simplemente hoy en EU los secretarios no tienen margen para contener iniciativas arrebatadas de su Presidente?
Socio de GEA Grupo de Economistas y Asociados / StructurA