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El pasado 3 de diciembre el general Cienfuegos habló claro, resumiendo lo que muchos hemos afirmado y preguntado:
1. El Ejército (me permito agregar que lo mismo aplica para la Marina) no está preparado para labores de seguridad pública, su función, entrenamiento y vocación son otros.
2. Ejército y Marina salieron a las calles como medida extraordinaria, en un contexto donde era urgente actuar contra la criminalidad organizada, donde las fuerzas federales de seguridad eran insuficientes y las locales carentes de equipamiento, capacidades o abiertamente coludidas con el narcotráfico y otras formas de criminalidad.
3. La estrategia preveía un retiro paulatino de las Fuerzas Armadas en la medida que las policías locales se fuesen reconstruyendo.
4. Sedena y Semar respondieron patrióticamente al llamado sin que existiera un marco regulatorio, lo que ha puesto en riego a los ciudadanos y a las mismas fuerzas federales.
5. Tras 10 años de estar en las calles, el Ejército ha visto su capital (confianza ciudadana, integridad del personal, impecabilidad de actuación) afectado, sin que exista una probable fecha para que soldados y marinos retornen a sus funciones, sin un marco regulatorio que garantice el Estado de Derecho, sin respeto a los derechos de las personas y protección en la actuación de estas fuerzas federales, y peor aún, sin suficientes policías confiables en el país.
6. Habrá que cuestionarse, después de los miles de millones de pesos gastados para un proyecto que no termina de cumplirse, ¿qué falló? ¿Quién se quedó con el dinero? ¿Por qué no hay rendición de cuentas de las autoridades ni alguien que pague las sanciones por haber depredado el dinero de todos los mexicanos?
En el Observatorio Nacional Ciudadano (ONC) lo hemos dicho, Ejército y Marina deben salir de las calles y por eso urgen instituciones locales de seguridad y justicia íntegras y capaces para enfrentar el reto.
Coincido con el general Cienfuegos, no se ve la luz al final del túnel, no podemos poner una fecha a la normalización de esta situación porque el país se encuentra descompuesto, la incidencia delictiva y la violencia en niveles alarmantes, falta un plan rector de largo plazo y liderazgo para pacificar el país, al tiempo que gobernadores vienen y van sin cumplir.
Tomemos cuatro casos icónicos: Tamaulipas, Veracruz, Guerrero y Michoacán, donde Duarte se fugó, y Torres, Aguirre y Vallejo viven en la impunidad, solapados por instituciones locales incapaces de aplicar el Estado de Derecho. En este sentido debo ser claro, quienes han incumplido son los gobernadores y alcaldes que, tras recibir las aportaciones federales —el dinero de nuestros impuestos—, no cumplen pese a tener acuerdos firmados y plazos establecidos.
Probablemente se logrará llegar a la Ley de Seguridad Interior, gracias a la insistencia de la sociedad civil, sin embargo, cabe cuestionarnos si esto nos ayudará, considero que sólo marginalmente. Más allá del contenido de la Ley, me preocupa que ésta sirva para que los gobernadores continúen sin asumir su obligación constitucional, sin que hayamos discutido la reforma constitucional de seguridad y la reforma a la Ley general en materia, pero más aún, sin el reconocimiento de las autoridades de que existe un problema de seguridad que hace que los mexicanos vivamos con miedo, abrumados por la violencia, y en espera de un plan para traer paz al país a través del respeto de la ley.
Que quede claro, es por gobernadores irresponsables que se mantiene al Ejército en las calles. Es debido a las autoridades federales incapaces o cómplices, es por un sector empresarial avaricioso que corrompe o se suma a la corrupción con tal de vender equipamiento, que el Ejército sigue en las calles. Si el Ejército sigue en las calles es porque la corrupción mantiene vivo un problema que tiene como síntoma el aumento de la delincuencia y como consecuencia la pérdida de la vida de centenares de miles de mexicanos.
General Cienfuegos, almirante Vidal Soberón, reconozco su esfuerzo y el de tantos policías, ministerios públicos y peritos honestos en el país, me preocupa que en realidad a nuestros gobernantes no les preocupe, al cabo que ellos ya recibieron los votos, los sistemas de protección personal los tienen y muchos siguen sin cumplir.
Director general del Observatorio Nacional Ciudadano.
@frarivasCoL