Recientemente el INEGI publicó los datos al tercer trimestre de 2016 de su Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal (ITAEE), en donde se refleja que el turismo representa una de las principales herramientas de desarrollo para las diferentes regiones del país.

Al cierre del tercer trimestre del año pasado, el crecimiento anual del PIB a nivel nacional fue de 2.3%. En este sentido, los resultados del ITAEE hablan de la heterogeneidad que existe entre los ritmos de crecimiento de los estados de la República, mientras algunas entidades mostraron un crecimiento muy por arriba del promedio nacional, otras se han rezagado.

Así por ejemplo, el crecimiento anual al tercer trimestre de 2016 en las diferentes entidades federativas va desde el 6.7% y 6.3% de Quintana Roo y Aguascalientes, respectivamente, hasta la contracción de -6.9% de Campeche o el -3.3% de Tabasco; una diferencia de hasta 13.6 puntos porcentuales.

Estas diferencias difícilmente constituyen un hallazgo, pues es un comportamiento característico del México moderno, no obstante estas observaciones adquieren relevancia cuando las relacionamos con otro tipo de indicadores.

Es claro que aquellas entidades donde el sector extractivo, incluyendo a la actividad petrolera, es el predominante o tiene una participación elevada son las de más débil desempeño. Ahí se encuentran las entidades ya mencionadas Campeche y Tabasco, y otras como Zacatecas (-3.3%) o incluso Veracruz con -2.4%.

Por otra parte, se observa que los estados de las regiones norte y centro del país, los cuales han apostado al desarrollo de infraestructura y a la integración de sus economías al circuito global de comercio han logrado mucho mejores resultados. Aguascalientes es uno de ellos, pero ahí también están Sonora, Guanajuato y Baja California, todos con crecimientos de 4% o más.

Los estados con vocación turística mostraron una mejor dinámica de crecimiento con relación a la media nacional. Quintana Roo encabezó la lista con un crecimiento de 6.3%, pero otras entidades con participación importante del turismo como Colima, Guanajuato, Sinaloa, Baja California y la Ciudad de México, lograron crecimientos entre 4% y 5% anual.

Estados como Morelos, Guerrero y Oaxaca, tuvieron un crecimiento de 2.0%, 1.1% y -0.2%, respectivamente, a pesar de su tradición turística. Sin embargo, estos comportamientos se pueden explicar por factores como la inseguridad o bloqueos recurrentes de espacios públicos y vías de comunicación por diversos conflictos sociales.

En términos de la importancia del turismo, a través de un sencillo ejercicio en el que se relaciona la tasa de crecimiento económico con la importancia relativa del sector turismo en el PIB estatal, se confirma una correlación positiva entre ambas variables y deja pocas dudas sobre la importancia que tiene la actividad turística para el desarrollo regional.

Por ejemplo, en Quintana Roo donde de acuerdo con datos del estado el Turismo contribuye con 86% del PIB, el crecimiento de la economía fue de 6.7%. En cambio Nuevo León, donde el turismo sólo aportó 3.9% del PIB, tuvo un crecimiento económico de 1.2%. Estas observaciones con datos al tercer trimestre del año pasado.

La buena dinámica que se ha observado en las regiones con vocación turística no se ha dado por inercia o casualidad, es resultado de buenas políticas públicas del gobierno del presidente Peña Nieto y la estrecha coordinación que existe con las demás dependencias federales, los gobiernos locales, un sector empresarial dinámico y competitivo y un sector laboral cuya calidez y calidad en el servicio son mundialmente reconocidas.

No cabe duda que nuestro turismo pasa por uno de sus mejores momentos y se ha consolidado como uno de los principales motores económicos, generador de empleos y de bienestar para los mexicanos. Es tan bueno el turismo que hay que llevarlo a todo México.

Secretario de Turismo

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