Hace ya casi dos años el CEEY presentó un reporte, como parte de nuestra evaluación de la legislatura poblana, en el que señalamos que los cambios a la Ley de Deuda del Estado eran inconstitucionales (http://www.ceey.org.mx/site/files/reportepuebla2013finalenviadoaimprenta.pdf, p.97). La prensa local dio a conocer el reporte, hubo ruido, pero se agotó en menos de 48 horas. El 2 de febrero pasado, el periódico Reforma dio a conocer que tenía el texto del fideicomiso que operaba los llamados proyectos de inversión en Puebla bajo el manto de la ley referida. Dio algunas pistas importantes. Señalaba que los impuestos a la nómina, que son del 3% en el estado de Puebla, pasaban directamente a un fideicomiso por fuera de la administración pública, y el cual se dedica a pagar a los proveedores o contratistas cuyos proyectos han sido autorizados por el Ejecutivo del estado a través de su secretario de Finanzas. No existen límites, ni de montos ni de tiempos sobre las cantidades a pagar, por lo que, estimó Reforma, el endeudamiento comprometía recursos por los próximos 50 años. Yo no sé si son 50 años, pues no se sabe por cuanto tiempo, ni el monto de los proyectos que tendrán que pagarse, ni sus condiciones.
Días después, el 9, 11 y 15 de febrero, el abogado Rodrigo Díez publicó el texto del fideicomiso en Animal Político y relató las dificultades que tuvo para tener acceso a él y las causas por las que su texto es inconstitucional. Lo mismo retomó el periodista Ricardo Raphael en sus columnas de EL UNIVERSAL del 8 y 11 de febrero. Ahí se describe con claridad la inconstitucionalidad del fideicomiso y sus perversiones. Por ejemplo, el destino de los proyectos no son necesariamente iniciativas de inversión productiva, sino que se puede gastar en lo que sea. Gasto de publicidad, de representación, etcétera. No se saben tampoco las cantidades ni los contratistas de estos proyectos. No se sabe el concepto de cada gasto. Todo eso está en la operación del fideicomiso, que por cierto no es pública.
Algo semejante ocurrió con Sonora en 2005, con Coahuila al terminar el mandato del insigne gobernador Humberto Moreira, y más recientemente en Nuevo León una vez que asumió la gubernatura El Bronco. Los montos de la deuda de Coahuila no registrada fueron, de acuerdo con fuentes periodísticas, de 45 mil millones de pesos y en Nuevo León fueron alrededor de 60 mil millones. Hubo también cantidades millonarias en los casos de Chihuahua y Sonora ¿A cuánto ascenderá la deuda en Puebla? Lo que ha dicho el ex secretario de Finanzas es que los proyectos que estaban en ese esquema son algunos relacionados con la planta de Audi, el Centro Integral de Servicios, el recientemente inaugurado Museo Internacional Barroco y algún otro. Lo que se dice en Puebla es que hay muchos otros proyectos incluidos ahí, pero realmente no sabemos. El gobierno del estado no ha querido transparentar esa información. Y mucho menos si ese dinero se ha gastado bien. No sabemos si ha habido moches, si el destino del gasto es el correcto, si ese dinero se gasta al interior del estado o apoya otros proyectos en otros lugares, incluidas campañas electorales como se rumora. No lo sabemos.
Y honestamente no estoy dispuesto a que mis impuestos se vayan a sabe Dios dónde. Ni que seamos ignorantes de cómo se gastan, quienes son contratados o beneficiados. Tampoco estoy de acuerdo en que el gobierno esté endeudando al estado sin siquiera tener la deferencia de someterlo al Congreso estatal. No porque crea que los diputados poblanos van a hacer algo al respecto, pues no lo han hecho ahora ni lo hicieron cuando les demostramos que esa ley era inconstitucional. Pero al menos es el camino democrático que se supone vivimos en México. Y por todo ello estoy solicitando el amparo de la Justicia. De plano, no estoy de acuerdo, y creo que muchos de mis paisanos tampoco lo estarán.
Finalmente, eso es lo que está pasando en este momento en Puebla, y todo parece indicar que también está ocurriendo en muchos otros estados del país. Sobre todo en aquellos donde no ha habido alternancia, donde existen todos los incentivos para no destapar esta cloaca.
Centro de Estudios Espinosa Yglesias, A.C.
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