La lluvia que cayó el miércoles por la tarde en la zona poniente de la ciudad de México, y ayer en el norte, deja al descubierto —una vez más— la fragilidad de la capital del país ante precipitaciones intensas. La tormenta dejó afectaciones a importantes vialidades de la ciudad y al Sistema de Transporte Colectivo, que llevó casi 24 horas resolver.

En el municipio de Naucalpan, colindante con las delegaciones Azcapotzalco y Miguel Hidalgo, hubo afectación a centenares de casas por el desbordamiento del río Hondo. La autoridad del ayuntamiento mexiquense culpa de ello al gobierno capitalino por bombear agua a ese afluente a pesar de que se le solicitó que no lo hiciera debido a que el río había alcanzado su máxima capacidad. En las oficinas de la ciudad niegan el señalamiento.

La confrontación sólo viene a hacer evidente la necesidad de que el tema de inundaciones, colectores pluviales y desfogue de agua tiene que agregarse a la lista de problemas que requieren una acción coordinada entre autoridades del Estado de México y de la capital del país.

Bien se ha definido a la zona donde conviven 20 millones de personas como Megalópolis. A pesar de hablar de municipios y delegaciones de seis entidades con gobiernos diferentes, se trata de un área que enfrenta problemas comunes como movilidad, contaminación, basura, infraestructura y, actualmente, las lluvias.

Más que acusaciones sobre la responsabilidad de cada gobierno local, la población requiere de la resolución de problemas abordados desde una perspectiva general, sin politizar la situación.

La convivencia de millones de personas en un espacio reducido no es fácil. Si hay coordinación y voluntad de las autoridades para encarar los problemas más urgentes, la Megalópolis asegura su viabilidad; mientras existan discrepancias y falta de acuerdos, los habitantes son los que sufrirán las consecuencias y la coexistencia será complicada.

La ciudad ha enfrentado desde hace siglos inundaciones periódicas. Las obras por tratar de contener las anegaciones se construyen con lentitud y cuando son terminadas al poco tiempo quedan obsoletas. Medidas de prevención tan simples como el desazolve del drenaje pueden ser bastante efectivas.

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