Las cifras sobre el comercio exterior de México indican que 80% del intercambio de bienes y mercancías del país se da con Estados Unidos; la nación vecina es nuestro principal socio comercial. Canadá es el segundo destino de las exportaciones mexicanas. Por razón geográfica se entiende la composición de las ventas de México en el exterior, pero lo único que se ha logrado —como se señala desde hace años— es que la economía de México depende del dinamismo de la estadounidense.
Las advertencias que durante tanto tiempo hicieron expertos, respecto al riesgo de poner todos los huevos en la misma canasta —a pesar de que México tiene 12 tratados comerciales con más de 40 países— adquieren hoy mayor relevancia incluso que cuando se dio la crisis de 2008-2009.
El resultado de las elecciones estadounidenses puso a México ante el riesgo de la cancelación o renegociación del Tratado de Libre Comercio, luego de las amenazas que ha lanzado el presidente electo Donald Trump. Reabrir la discusión en torno a los capítulos del acuerdo no debe ser descalificado a priori, lo que no significa que deban desestimarse los dichos del republicano. La prioridad es contar con una estrategia de distintos sectores para la revisión del acuerdo. Y parece que ya se está conformando: ayer empresarios de México y de Estados Unidos acordaron un frente común para convencer principalmente al gobierno estadounidense que tomará posesión el 20 de enero, que es mejor seguir juntos que separados.
También se acordó la instalación de un “grupo de alto nivel”, conformado por legisladores, funcionarios e investigadores, para analizar los escenarios con el gobierno entrante, incluida una eventual salida de EU del tratado comercial.
Es cierto que Estados Unidos es el mercado más grande del mundo, pero no es la única opción. Competir en el escenario internacional ha servido para el despegue de empresas mexicanas e incluso del campo, que en 1994 exportaba a EU alimentos por 4 mil millones de dólares y en 2015 la cifra fue de 22 mil millones de dólares. Este sector, aunque de manera incipiente, parece tener una ruta que le ayudaría a paliar cualquier decisión radical que tome Trump los próximos meses; los agroproductores comenzaron a exportar a China y Medio Oriente.
México ha firmado tratados de libre comercio con más de 40 países y se ha enfocado en venderle principalmente sólo a uno. La conclusión que se obtiene es que los acuerdos con el resto de las naciones no son aprovechados en su totalidad. En estos momentos la advertencia que se hizo por tanto tiempo está tomando relevancia. Aunque el Tratado de Libre Comercio con América del Norte se modifique de manera mínima, México no puede darse el lujo de ignorar al resto de la comunidad internacional en materia comercial. Cada país ofrece una oportunidad que no debe desperdiciarse.