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En el problema de contingencia ambiental que ha enfrentado en los últimos meses la Ciudad de México las autoridades han hecho énfasis en la contaminación generada por los vehículos automotores; hasta dos millones de autos han tenido que parar durante dos días consecutivos para intentar disminuir los elevados índices. Las medidas han sido apenas un paliativo para la situación.
Al debate por la mala calidad del aire se suma ahora la voz de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios. En entrevista con este diario, el titular de la dependencia destaca que el problema no son sólo las gasolinas y explica que contaminantes como ozono, monóxido de carbono, bióxido de azufre, dióxido de nitrógeno y las partículas suspendidas tienen su origen en varias fuentes tanto móviles como fijas, por lo que es importante que se ponga atención a cualquier máquina que funcione a base de combustión.
En estas páginas el experto del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM, Ricardo Torres Jardón, había advertido que el ozono no es emitido por ninguna fuente, sino que es resultado de complicadas reacciones químicas en las que también tienen injerencia las fugas de gas LP de los tanques utilizados en las casas, las emisiones de vehículos con motor a diesel que no cuentan con convertidor catalítico, emisiones evaporativas de combustibles de tanques de almacenamiento y las de estaciones de venta de gasolina con malos controles, además del indiscriminado uso de solventes.
El combate a la contaminación estará incompleto si, como dice el titular de Cofepris, no se atiende de manera integral. En los cambios que se propondrán todos los actores deberán estar incluidos: automovilistas, industriales, transportistas, autoridades (locales, estatales, federales, de salud) y la población en general. En este sentido ayer se dio un paso al anunciarse que a partir del 1 de julio la verificación de emisión de contaminantes será obligatoria para el transporte público, de servicios y ve-
hículos con placas federales.
La composición multifactorial de la contaminación requiere de un esquema que articule de manera perfecta diversas áreas. De nada servirá terminar con la corrupción en verificentros si las unidades del transporte público se vuelven chimeneas sobre ruedas, de poco servirá que las gasolineras cumplan con la recuperación de vapores si las instalaciones industriales de estados vecinos vierten tóxicos a la atmósfera, o serán inútiles las medidas anteriores si algún día, cuando las condiciones climáticas sean adversas, un pequeño grupo de manifestantes bloquea la circulación en avenidas principales. En la lucha para aminorar la contaminación la coodinación será palabra clave.