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Una justicia lenta, torpe, no es justicia. Menos aún la que vende sus resoluciones. Por desgracia, así es buena parte de la justicia que impera en nuestro país. De allí la indignación social ante sentencias tan aberrantes como la de los jueces de Chihuahua que dejaron en libertad al asesino de Rubí Marisol.
Otro caso monstruoso es el de la señora Adriana Albrecht, quien lleva casi cuatro años en la cárcel. Todo empezó un 23 de noviembre de 2010, cuando denunció ante la agencia del Ministerio Público de Valle de Bravo al padre de su hija menor por la comisión del delito de actos libidinosos en agravio de la pequeña, entonces de casi tres años.
Para acreditar los hechos, la señora Albrecht exhibió videograbaciones en las que la niña le refería a su madre lo que experimentaba; los testimonios fueron integrados a la averiguación previa.
En su defensa, el acusado, un hombre acaudalado, aportó medios de prueba periciales en psiquiatría y psicología, con los que intentó demostrar que los videos exhibidos habían sido “escenificados”. El 10 de junio de 2011 la Procuraduría General de Justicia del Estado de México determinó el no ejercicio de la acción penal, liberando al padre de la menor de toda responsabilidad.
Casi un mes después la señora Albrecht interpuso una demanda de amparo en la que se dictó sentencia a su favor, dado que la procuraduría mexiquense había actuado con parcialidad en su perjuicio; además de que, de forma subjetiva e indebida, se había inclinado por las pruebas del acusado. Sin embargo, el Ministerio Publico le negó a la señora Albrecht la aportación de nuevas pruebas y volvió a emitir una resolución de no ejercicio de la acción penal en favor del padre de la menor.
Con esta resolución, el indiciado preparó su venganza: obtuvo copias certificadas de todo lo actuado, incluyendo los videos exhibidos, y el 19 de diciembre de 2012 formuló denuncia en contra de Adriana por la comisión del delito previsto en el artículo 204 fracción III del Código Penal del Estado de México, que se refiere a la persona que induzca a un menor de edad o quien no tenga la capacidad para comprender el significado del hecho, a realizar actos eróticos o sexuales sin un ánimo de lucro.
Así, con las mismas pruebas que ya existían en la averiguación previa que inculpaban al padre, se consignó a la señora Adriana Albrecht ante un juez penal de Valle de Bravo, Estado de México, y se libró una orden de aprehensión en su contra, que se cumplimentó casi de inmediato, remitiéndola al Centro Preventivo y de Readaptación Social de Valle de Bravo. El 18 de agosto de 2013 se dictó el auto de formal prisión, sin derecho a libertad provisional bajo caución y juzgándola con normas de enjuiciamiento que no le eran aplicables, puesto que en la fecha en que se presentó la denuncia en su contra ya había entrado en vigor en el municipio de Valle de Bravo el Nuevo Sistema de Justicia Penal.
El caso ha pasado por tres instancias, las que han omitido considerar los argumentos y pruebas de Adriana. A decir de su abogado Erik Garay Bravo, catedrático de la Universidad Autónoma del Estado de México: “En este caso existen tantas irregularidades y tantos aparentes errores de opinión de diversos jueces y magistrados, en perjuicio exclusivo de la enjuiciada, que llaman a sospecha”.
Transcurridos casi cuatro años, Adriana Albrecht continúa en la cárcel y sin poder ver a su pequeña. Su caso está ya para su revisión en la Primera Sala de la SCJN. El ponente en un inicio fue el ministro José Ramón Cossío Díaz, quien en su proyecto argumentó que Adriana Albrecht debía obtener su libertad por haber sido juzgada indebidamente con el sistema penal antiguo, violatorio de sus derechos humanos. Sin embargo, este proyecto fue desestimado en la sesión del 18 de enero de 2017 por los ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, Jorge Mario Pardo Rebolledo, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena y Norma Lucia Piña Hernández. Ahora corresponderá al ministro Ortiz Mena formular un nuevo proyecto.
Ni justicia a secas, ni pronta y expedita que exige la Constitución, existen para Adriana Albrecht, como para miles y miles de hombres y mujeres injustamente recluidos en prisión.
Presidente de Grupo Consultor Interdisciplinario
@alfonsozarate