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Lo suyo es resistir y estirar… Aunque sensiblemente disminuida, la sección 22, controlada por la CNTE, despliega, casi por inercia, las mismas acciones con las que, a lo largo de más de treinta años, solía tensar la cuerda y doblegar a las autoridades. Con el propósito de revertir la reforma educativa, la Coordinadora suspende clases, bloquea carreteras y vías de acceso al aeropuerto de Oaxaca, moviliza contingentes a la Ciudad de México e instala plantones... Pero hoy lo hace desde una posición de debilidad y en un entorno muy distinto.
La CNTE nació con buenas causas: frenar el empobrecimiento de los maestros durante la década perdida y repudiar el liderazgo de Carlos Jonguitud. Pero con el tiempo extravió el camino y se convirtió en una organización cuyo radicalismo causó severos daños a la niñez y a la economía de Oaxaca (su presencia en Chiapas y Michoacán es menor).
Teniendo el control del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), sus líderes disponían del palo y la zanahoria para controlar a sus bases: los profesores movilizados ganaban puntos para ascensos y otros privilegios, quienes no se plegaban a las directrices de los mandos, sufrían las consecuencias.
Un cambio mayúsculo se dio a partir del reemplazo de Emilio Chuayffet por Aurelio Nuño al frente de la Secretaría de Educación Pública (SEP). La llegada de Nuño implicó, en primer término, recuperar la rectoría de la educación, que había sido sustraída en Bucareli por el subsecretario de Gobierno, Luis Enrique Miranda. A diferencia de Miranda, quien pretendía apaciguar a la Coordinadora cediendo a sus demandas, es decir, alimentando al monstruo, Nuño ha mostrado firmeza en la aplicación de la ley y ha negado toda posibilidad de negociar la reforma educativa, más aún, ha advertido —y lo ha cumplido— que descontará los salarios a los faltistas e, incluso, que terminará la relación laboral con quienes, sin justificación, falten a sus labores más de tres días.
En Oaxaca también cambiaron las condiciones para la CNTE. El gobernador Gabino Cué, que se había convertido en rehén de los radicales, fue “persuadido”, desde instancias del gobierno federal, de recuperar el IEEPO, con lo que le quitó a la dirigencia de la sección 22 la conducción de la política educativa y el manejo de recursos.
De aplicarse la ley, miles de profesores serán despedidos en Oaxaca, Chiapas y Michoacán y la SEP deberá instrumentar su reemplazo (Nuño ha dicho que la SEP tiene listos a 26 mil maestros jubilados y de nuevo ingreso para suplir a quienes fueran dados de baja). Pero el verdadero reto será la respuesta social y política de la Coordinadora y sus aliados.
Junto al de la Coordinadora, Nuño enfrenta otro reto: el paro de actividades en los Centros de Estudios Científicos y Tecnológicos del Instituto Politécnico Nacional (IPN). La decisión de pasar la adscripción orgánica del IPN de la oficina del secretario (como había sido de 2000 a 2016), a la subsecretaría de Educación Superior (SES) a cargo de Salvador Jara Guerrero —gobernador interino de Michoacán, de junio de 2014 a septiembre de 2015—, disparó un nuevo conflicto que se da en la antesala del Congreso Nacional Politécnico. Para intentar neutralizar las protestas iniciales, la SEP publicó una aclaración al Acuerdo que regresaba la adscripción al secretario de Educación Pública; demasiado tarde.
La sinrazón del paro estudiantil ha llevado a algunos analistas a buscar “la mano que mece la cuna”. Para algunos, es Andrés Manuel López Obrador, que buscaría descarrilar las posibilidades de Nuño de jugar en la elección de 2018. Para otros, se trata de la CNTE, que habría desplegado a sus aliados para movilizarse ante una decisión que sería vista como un primer paso para la privatización del IPN.
Tratándose de movimientos sociales, nunca hay desenlaces predecibles. Por lo pronto, la postura del presidente Enrique Peña, ante quienes llegaron a tocar la puerta de Los Pinos, es que la materia educativa, aunque esté contaminada por lo político, compete a la SEP.
A más de un mes de iniciado el paro en el Politécnico, no sólo no se ve cerca el fin del conflicto estudiantil sino que la disidencia magisterial le abrió otro flanco. Mano negra, morena o fuego amigo, el secretario está a prueba.
Presidente del Grupo Consultor Interdisciplinario.
@alfonsozarate