México enfrenta la peor crisis humanitaria y de violación de los derechos humanos de su historia. El actual sistema político se ha agotado. Los intereses mundanos y el pragmatismo han contribuido al divorcio de la política de las causas populares.

México se encuentra dividido. Existe un país, el de ellos, el del uno por ciento, que concentra la riqueza nacional. Existe otro país, el de nosotros, quienes la creamos. El de ellos, la burocracia y la partidocracia de privilegios; el de nosotros, el de la igualdad, las libertades y los derechos. El país de ellos, para quienes el cambio generacional significa la construcción de una nueva oligarquía criolla; y el país de nosotros, el indígena y mestizo, el que se reconoce en nuestras culturas y tradiciones.

Nuestro país se ha convertido en un inmenso archipiélago de indignación. Frente a la actual dispersión de fuerzas, Por México Hoy busca conformar un frente político y social que contribuya a articular la diversidad de ideales y aspiraciones de nuestra sociedad. Queremos impulsar el diálogo y la confluencia de plataformas sociales que reivindiquen la política como una virtud y no como símbolo de la degradación e ineptitud en que hoy la han convertido quienes ejercen el poder.

Tenemos que escuchar a la gente y dejar de hablarnos a nosotros mismos. Hay millones de mexicanas y mexicanos indignados que quieren salir de su aislamiento y están dispuestos a organizarse para rescatar a nuestro país. Quienes queremos la dignificación nacional somos mayoría, pero debemos comenzar a organizarnos desde ahora en barrios, colonias, ejidos, escuelas, universidades y centros de trabajo, para que esta mayoría social se traduzca en una nueva mayoría política.

Así como la política no es patrimonio de los poderosos, la democracia no es posible sin la participación del pueblo. Es hora de volver a imaginarnos nuestro ser colectivo y reconstruir un proyecto alternativo al de la élite en el poder. Para lograrlo, debemos encauzar esta energía social en causas transformadoras y vertebrar la indignación cívica en organización.

No se trata de  hegemonizar iniciativa alguna ni de fusionar los diversos movimientos sociales, sino de sincronizar sus luchas y acompañarlas para que cada demanda tenga mayor resonancia. Nadie debe venir a imponer ni a decir lo que se tiene que hacer. Se trata de sumar esfuerzos respetando las definiciones y estrategias de cada individuo y organización.

No pretendemos construir un nuevo partido político, pero vamos a hacer política a través de un frente político y social, comprendiendo que ésta no es una época de cambios, sino un cambio de época. La vieja política tiene que dar paso a la interpelación de todos los sectores sociales, alentar la iniciativa personal o colectiva, y reconocer al mismo tiempo nuestras diferencias en la pluralidad. Con flexibilidad organizativa es posible  conjugar espacios de participación de organizaciones e individuos, en función de intereses, capacidades y posibilidades,  para coordinar acciones diversas, dejando atrás las prácticas clientelares, la corrupción y el burocratismo.

La deliberación de propuestas por sí sola no basta: debe ir acompañada por una movilización social que acumule fuerzas. Así como fuerza sin ideas carece de sentido, ideas sin una fuerza social que las impulse resultan estériles. La toma de conciencia y el empoderamiento popular son procesos que van de la mano.

Tres valores deben articular nuestra acción: ética, justicia y solidaridad con las causas sociales. No hay un solo camino ni una sola verdad. En la conjugación de estrategias y la inclusión de la diversidad reside la fortaleza de una política alterna.

Reinventar la política es disputar el sentido común. Los poderosos han logrado que su ideología sea asimilada como algo normal para los sometidos. La vida cotidiana se basa en la competencia y el consumismo, en la lógica del mercado donde sólo sobreviven los más aptos. En el surgimiento de una nueva época es posible vislumbrar una sociedad basada en la reciprocidad en la cual todos debemos hacernos cargo de que nadie quede rezagado.

Con  Por México Hoy  estamos apostando por algo nuevo. Que la sociedad se apropie de esta iniciativa de participación política. Vamos a democratizar la democracia y a transitar del país que somos al que podemos ser: un México sin exclusiones, en el que todas y todos tenemos un lugar.

Senador de la República

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