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Especialistas en campañas, marketing y comunicación política coincidieron en que los primeros spots de los aspirantes presidenciales José Antonio Meade, Ricardo Anaya y Andrés Manuel López Obrador son sencillos, con poca creatividad, pero pueden funcionar para transmitir sus mensajes políticos.

Carlos Mandujano, socio y fundador de Cuarto de Guerra, empresa especializada en comunicación política, expresó que en los primeros anuncios se ven las estrategias de los tres aspirantes presidenciales con mensajes que pueden ser directos para el electorado.

“López Obrador está pecando de soberbia, su estrategia es el propio Andrés Manuel, porque dice que ya ganó, pero para hacer las cosas necesita que voten por los candidatos de su coalición (…) Anaya está enojado porque le mancharon su camisa blanca de la pulcritud (…) Meade, cercano, amable con los jóvenes, decidieron que diría que no es corrupto y en su mensaje lo lograron, pero que eso le sirva para atraer votos, es otra cosa, yo no creo”.

Para Xavier Domínguez, experto en marketing y consultoría política, los spots son faltos de creatividad, pues no están ofreciendo nada nuevo al electorado, en los tres casos están bien hechos, pero, reitera, son poco creativos.

“En Meade hay una falta de ojo estratégico, porque abren el melón de la corrupción y no hay duda que para la mayoría de los ciudadanos de México el PRI es el partido más corrupto, intentar tapar el sol con un dedo, diciendo: ‘El PRI es corrupto, pero yo no lo soy’, es decir, el problema no es Meade, sino quien lo acompaña”.

Dijo que no puede pasar inadvertido que por primera vez en esta elección vemos un PRI que compite sin su logo. “El mensaje que manda es esconderse tras la figura de Meade, cuando el PRI se esconde el mensaje que se traslada es de vergüenza”.

En el caso de Andrés Manuel López Obrador, expresó, son muy “en su estilo” con un lenguaje directo, faltos de creatividad, centrado en la imagen del tabasqueño, pero de alguna manera hace su tarea.

Sobre el spot de Ricardo Anaya dijo que recurren a tópicos y humor pobre, con mucha producción: “Es como una película de Hollywood con un mal guión, traen mucha producción, pero de poco fondo”.

Coincidió que en su comunicación no verbal el más tranquilo es Andrés Manuel. “Él está viviendo una campaña dulce; a Anaya lo percibo como agresivo o en confrontación y Meade hace un gran esfuerzo por levantar algo que no levanta y que va hacia atrás, le falta fuerza como candidato”.

En cuanto a la mención del vitiligo que hizo Meade en su spot, Mandujano opinó que es para generar empatía, pero sobre todo porque los mexicanos tendemos a burlarnos de nuestros problemas o enfermedades.

Dana Landa, asesora en imagen pública, aseguró que en su comunicación no verbal, Meade presenta una buena propuesta, aunque le hace falta verse más jovial. “Muchas de los votantes son millennials, eso quiere decir que buscan a un candidato audaz, prendido, con quien sientan afinidad. Pero Meade tiene un tono de voz bajo, pasivo, paciente, eso sí, pero al final del día no hace clic con las personas”.

De Ricardo Anaya señaló que por ser el candidato más joven, su campaña sería por redes sociales, lo cual se enfoca en los nuevos medios, en los electores millennials.

De López Obrador, Landa consideró que es quien ha tenido un cambio importante en su imagen, porque antes aparecía con camisa blanca y un pantalón de vestir y últimamente aparece de traje.

El hecho de que los aspirantes aparezcan sin corbata es porque sus equipos quieren humanizarlos y quitarles esa imagen de políticos convencionales e inalcanzables.

Manuel Alejandro Guerrero, doctor en Ciencia Política con especialidad en Comunicación Política por el Instituto Europeo Universitario, en Florencia, Italia, señaló que López Obrador ha usado sus spots para reforzar sus posturas; Anaya, con posiciones agresivas contra la corrupción y de lo que ellos llaman “un cambio inteligente”, pero le cayeron los golpes de sus propiedades y su campaña se salió de órbita y se convirtió en una estrategia de defensa.

Consideró que en su comunicación no verbal, Anaya Cortés se veía muy bien plantado, coherente y con un mensaje firme, pero a partir de la investigación en su contra “lo vemos fuera de sí, en sus poses físicas no está bien, se ve distraído, y enojado”.

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