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Enrique Doger, candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) al gobierno de Puebla, advierte que hoy la entidad está frente a tres opciones: el continuismo y control del panista Rafael Moreno Valle; el populismo de Andrés Manuel López Obrador, y el cambio con responsabilidad y trabajo que él encabeza.
En entrevista con EL UNIVERSAL, el ex rector de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla define los méritos de sus dos principales contrincantes: por un lado, “el ser la esposa” del ex gobernador panista, y por otro, “estar colgado de la fama” del candidato presidencial de Morena, Andrés Manuel López Obrador.
Tras esbozar los ejes de su plataforma de gobierno —seguridad, empleo, educación, salud y tolerancia cero a la corrupción e impunidad, así como la demanda de alerta de género para el estado— sostiene que hay estudios que reflejan que Moreno Valle es considerado el peor gobernador de Puebla, por encima de Mario Marín. Acusa al panista de influir en las elecciones con un control amenazante a la prensa, clase política y empresarial.
Quiere ser gobernador de uno de los estados con mayor influencia política en el país, pero con grandes contrastes sociales...
— Me siento orgulloso de ser poblano, de pertenecer a un gran estado, pero que hoy enfrenta grandes retos como la inseguridad producto del fracaso de un gobierno panista que inició Rafael Moreno Valle y que continuó el gobernador Antonio Gali, y que quiere dejar ahora a su esposa, que es la candidata de la coalición del PAN, y eso es complicado.
Por el otro lado, tenemos un candidato de Morena que tiene muchos años viviendo en la Ciudad de México, en las burocracias de la izquierda del PRD, de Morena, del PT, y ahora está metido en un escándalo por su 3de3, al declarar un ingreso anual por 1.8 millones de pesos, pero circulan en internet estados de cuenta de su tarjeta de crédito con gastos por 15 millones de pesos.
¿Cómo está El PRI en el estado?
Perdimos el gobierno hace siete años, pero sigue siendo un partido fuerte con presencia en todos los municipios de la entidad. Nos han quitado algunos cuadros.
Pero en la última elección de gobernador les ganaron casi dos a uno...
—No fue dos a uno, pero derrota es derrota. No es el mejor momento para el PRI en Puebla, pero estamos en pie de lucha. El priísmo es indispensable para ganar, pero para ganar necesitamos convencer a un segmento de la población que no es necesariamente priísta, es un segmento cambiante que vota por candidatos y propuestas, y ese es nuestro reto.
Puebla fue considerado uno de los bastiones del PRI, pero su partido tiene una calificación muy negativa; además tiene como otro negativo al ex gobernador [Mario] Marín, ¿por qué deberían los poblanos votar por usted?
—Yo le ofrezco a la ciudadanía la experiencia, la trayectoria, los resultados. Fui rector de la Universidad Autónoma de Puebla mucho años y dimos resultados a la sociedad; fui presidente municipal de la capital y dimos resultados; fui diputado local, federal, delegado del IMSS, estoy apostando a la trayectoria y resultados.
¿Cómo hacer frente a la operación que, dice usted, hace Moreno Valle?
—Trabajando mucho, haciendo propuestas, haciendo una estructura ciudadana y convencerla de que es a través del voto como se puede cambiar el futuro de Puebla.
¿López Obrador puede impactar en el resultado de la elección?
—Es un efecto que realmente existe, pero faltan menos de dos meses para la elección y el electorado se dará cuenta de quién es López Obrador y lo que significa su candidato en Puebla. Va a haber un voto diferenciado, y la burbuja que tiene López Obrador se va a desinflar.
¿Por qué se desbordó el tema de la seguridad en Puebla?
—El estado y la ciudad de Puebla vivían con seguridad con los gobiernos priístas. Desde hace siete años todo ha sido problemas, balaceras, aumento de delitos, cadáveres desmembrados, el crimen organizado con presencia en Puebla. Con el último gobierno priísta, el promedio de tomas clandestinas de combustible era de 100 a 110; con Moreno Valle se dispararon a mil 600 por año. Eso no es posible, si no es un descuido de las autoridades estatales en vigilancia.
¿Va a ganar?
—Ese es el reto.
