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Las autoridades brasileñas y francesas dijeron el martes que descubrieron una trama internacional de corrupción relacionada con la compra de votos para otorgar la sede de los Juegos Olímpicos de 2016 a Río de Janeiro.
Se trata de la más reciente mancha al legado de los Juegos de Río, la primera olimpiada que se realiza en Sudamérica.
La noticia surgió después que la policía en Río de Janeiro allanó la residencia del presidente del comité olímpico del país, Carlos Nuzman. Los oficiales confiscaron maletas, documentos y una computadora, y las autoridades dijeron que se emitieron órdenes de arresto contra Nuzman y su socio Arthur Cesar de Menezes Soares Filho, quien se cree que está en Miami.
Nuzman salió de su residencia acompañado por su abogado, y después acudió a un cuartel de la policía para ser interrogado. Su abogado Sergio Mazzillo dijo que su cliente cooperará con las autoridades, aunque afirmó que no ha cometido delito alguno.
“Desafortunadamente, esto ha generado un circo mediático”, indicó.
En total, se emitieron 11 órdenes de arresto para gente en Brasil y Francia, en un caso que las autoridades denominaron “Operación Juego Sucio”.
Los investigadores dijeron en una rueda de prensa que Nuzman, ahora miembro honorario del COI, fue un protagonista en la compra de votos a favor de la candidatura de Río en 2009.
Nuzman juntó a Soares Filho y Lamine Diack, el entonces jefe de la federación internacional de atletismo (IAAF) y quien tenía un voto en el COI, según las autoridades. La compañía de Soares Filho, Matlock Capital Group, supuestamente pagó dos millones de dólares a Diack a través de cuentas bancarias en el Caribe.
La fiscal Fabiana Schneider señaló que compañías de construcción y otras industrias que se iban a beneficiar de los Juegos fueron las principales propulsoras para conseguir la sede a cualquier costa. Agregó que Sergio Cabral, el exgobernador del estado de Río de Janeiro que está preso por otro caso de corrupción, también participó en la trama.
“Los Juegos Olímpicos fueron utilizados como un gran trampolín para la corrupción”, dijo Schneider.
El COI indicó que se enteró “de estas circunstancias a través de la prensa, y está haciendo todas las gestiones posibles para conseguir toda la información”.
Nuzman, de 75 años, fue miembro del Comité Olímpico Internacional durante 12 años y fue uno de los gestores principales de los Juegos de Río. Ahora es miembro honorario del COI y miembro de la comisión de Tokio 2020, que asesora a los organizadores de esos Juegos en la capital japonesa.
Chicago, Madrid y Tokio fueron los otros candidatos para 2016. La votación fue realizada en 2009 en Copenhague, y Río superó a Madrid por 66-32 en la última ronda. Chicago, que era considerado como el mejor candidato con más instalaciones listas, fue eliminado en la primera ronda.
“Esto es un golpe tremendo” para el COI, dijo Andrew Zimbalist, un economista que hace poco escribió un libro sobre las consecuencias negativas de los Juegos de Río. “El COI intentó dejar a Río en el pasado en agosto de 2016, pero los problemas generados por ese espectáculo de 20.000 millones no desaparecerán”.
Poco después de los Juegos, el presidente del COI Thomas Bach otorgó a Nuzman la “Orden Olímpica”, una condecoración otorgada a las personas que han realizado aportaciones extraordinarias al olimpismo.
En Francia, una investigación de dos años sobre corrupción en el deporte salió a la luz pública en noviembre de 2015 con el arresto de Diack. Los franceses han estado investigando acusaciones de que Diack, su hijo Papa Massata Diack y otros funcionarios estuvieron involucrados en el chantaje de atletas y en ocultar casos de dopaje.
La fiscalía financiera de Francia señaló el martes que sus pesquisas “han descubierto la existencia de una gran trama de corrupción relacionada con Papa Massata Diack”. También dijo que hay evidencia de compra de votos de miembros del COI y de la IAAF.
Desde que terminaron los Juegos hace un año, han surgido varias acusaciones por corrupción relacionadas con la construcción de obras.
El ex alcalde de Río, Eduardo Paes, es investigado por supuestamente aceptar al menos 15 millones de reales (5 millones de dólares) en pagos para facilitar la construcción de proyectos relacionados con los Juegos.
Paes, quien ha negado las acusaciones, es uno de docenas de funcionarios relacionados con una abarcadora pesquisa que involucra al gigante de la construcción Odebrecht, que supuestamente pagó millones de dólares en sobornos a cambio de contratos.