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ssierra@eluniversal.com.mx
De acuerdo con una propuesta preliminar hecha por la Secretaría de Hacienda a la Secretaría de Educación Pública, los ingresos fiscales del próximo año para el Fondo de Cultura Económica (FCE), serán de 129.7 millones de pesos, cifra que representa una disminución de 27.2 millones de pesos con relación a la suma asignada para 2018 que fue de 156.9 millones de pesos.
Este panorama, dijo ayer el director del FCE, José Carreño Carlón, durante la presentación del cuarto informe de actividades, implicará que durante 2019, de las 511 obras programadas para publicarse, sólo se puedan editar 57.
De ser así, mencionó en su informe a la Junta Directiva de la editorial, sólo se cubriría 15% de los compromisos de pago de regalías, se cancelarían contratos con agencias internacionales y esto causaría repercusiones a mediano plazo, incluso en el ámbito legal.
En sesión con los miembros de la Junta Directiva de la Editorial – el Secretario de Educación Pública, Otto Granados; así como los titulares del Conacyt, la Universidad Autónoma Metropolitana, El Colegio de México, el Instituto Politécnico Nacional, el Centro de Investigación y Docencia Económicas, y el secretario general de la Universidad Nacional Autónoma de México, pero sin la presencia del posible futuro director de la editorial, Paco Ignacio Taibo, aunque fue invitado-, José Carreño dio lectura al documento donde planteó un panorama poco alentador para la editorial:
“Las consecuencias en caso de prevalecer una reducción así de recursos fiscales, serían desastrosas en las ventas y, por tanto, para la generación de recursos propios. Habría que cerrar librerías. Adicionalmente, la reducción prevista en servicios personales redundaría en la cancelación de ocho departamentos o seis coordinaciones, indispensables para sacar adelante los programas”, dijo que incluso esto llegaría a afectar en los servicios básicos.
Fue una sesión inusual por este panorama expuesto; Carreño, en todo caso, dedicó buena parte a enumerar los logros de su dirección: la casa matriz y las filiales publicaron durante este sexenio 4 mil 314 títulos, de los cuales mil 296 fueron novedades y tres mil 18, reimpresiones, con un tiraje de 14.5 millones de ejemplares.
A la situación financiera que enfrentará la editorial se sumó el anuncio de la renuncia tanto del director –efectiva el 30 de noviembre-, como de los tres miembros que la Junta Directiva que participan en ella a título personal: Juliana González, José Woldenberg y Fernando Escalante -algo que no es usual en los fines de sexenio o de una dirección-. Los tres entregaron una carta –que fue leída por Escalante-- en la que sin hacer referencia a ninguna situación específica ni mencionar al posible futuro director del FCE –aún no se resuelve si será Paco Ignacio Taibo II, pues estaría impedido en vista de que no es ciudadano mexicano por nacimiento- expresan que “hay muchas otras tareas educativas y culturales que son responsabilidad del Estado, pero el FCE no podría hacerse cargo de ellas sin desnaturalizarse".
En la misiva llaman a defender la editorial cuyo patrimonio ha sido su sello, catálogo y prestigio. Aseguran que el criterio del FCE ha sido producir los libros que hacen falta, los importantes y necesarios con independencia de cualquier otra consideración. "Tenemos obligación de conservarlo, fortalecerlo y expandirlo (al FCE)".
Esa necesidad de defender la editorial fue recalcada por Escalante, cuando intervino al finalizar su lectura Carreño Carlón: "Hay una responsabilidad de las instituciones de la Junta directiva de la editorial para defender el proyecto del Fondo de Cultura Económica".
José Woldenberg felicitó a José Carreño por su gestión y su informe, y expresó su deseo de que la labor realizada por el Fondo sea continuada porque no hay muchas instituciones de carácter cultural como el Fondo que hayan cumplido con su misión de una manera tan puntual, eficaz y reconocida no solamente en nuestras fronteras sino fuera de sus fronteras.
Acerca de las razones de la renuncia de los tres miembros de la junta y sobre si el proyecto de Paco Ignacio Taibo II motivó sus renuncias, Escalante respondió a los medios: “No. Nosotros somos, hemos sido consejeros a título personal desde hace mucho tiempo. Hemos hecho lo que hemos podido por el Fondo de Cultura, lo defendemos de muchas maneras”.
Defender al FCE fue una insistencia, una reiteración que, dijeron varios, responde a la necesidad de un presupuesto que le garantice continuidad en la edición de libros.
Pero el llamado fue diverso, con matices: la directora de Publicaciones de la Secretaria de Cultura, Marina Núñez Bespalova, dijo que a lo largo de los 80 años del FCE ha habido grandes cambios y que hay que confiar en su tradición.
"No es tan fácil pensar en que, a pesar de muchas nuevas visiones, el Fondo desaparezca o pierda su sentido original. El Fondo es dueño de un patrimonio riquísimo, en todos sus sentidos, incluso económico, un patrimonio que el Estado mexicano no se puede dar el lujo de perder. Es también una institución cultural, y una institución que implica rendición de cuentas "; dijo Núñez Bespalova, y a la pregunta de si formará parte de la nueva Secretaría de Cultura, respondió que aunque ha habido pláticas no ha sido invitada.
Sobre las propuestas de Paco Ignacio Taibo de que concentraría el control del FCE y además de las librerías Educal e incluso del programa de fomento a la lectura, Núñez Bespalova comentó que “hay que dar oportunidad al nuevo gobierno a que tome decisiones y analice las instituciones que está recibiendo. Está bien la idea de evitar duplicidades”.
Al final de la sesión, en diálogo con los medios, el director José Carreño se refirió al “mítico comedor del director del FCE” que, en días pasados Paco Ignacio Taibo II relató que había descubierto en el edificio de la editorial. Carreño invitó a los medios a recorrer el espacio del comedor y añadió: “Está muy bien lo de mítico porque son mitos”. Y expresó que lo que cree es que él (Taibo II) no tiene información confiable de lo que hay acá”.