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La Biblioteca del Museo Nacional de Antropología que resguarda importantes documentos como la Colección Antigua, integrada por más de mil manuscritos que abarcan del siglo XVI hasta el XIX y que dan cuenta de procesos históricos desde la historia antigua hasta la República Triunfante, así como un importante acervo de anuarios, bibliografías, diccionarios, directorios y enciclopedias, entre otros, está en riesgo ante las goteras, humedad y transminaciones que se han registrado en el inmueble durante la temporada de lluvias.

En conferencia de prensa, trabajadores del recinto adscritos al Sindicato Nacional Democrático de Trabajadores de la Secretaría, el Sindicato Nacional de Profesores de Investigación Científica y Docencia del INAH y del Movimiento de Investigadores contratados del INAH, denunciaron que ante las filtraciones de agua no sólo se tuvo que cerrar desde hace 15 días el acceso al público a la biblioteca porque se determinó que no existen condiciones para garantizar su seguridad y porque ya no es un espacio propicio para la consulta, también se tomaron medidas preventivas como embalar el material en papel en cajas de cartón para prevenir algún daño inmediato; a los plafones se les han colocado mangas y protectores de plástico para desaguar el líquido hacia cubetas.

Además, han cubierto el equipo de cómputo y el mobiliario con hules protectores y papel craft, y han ventilado el área con deshumificadores y ventiladores.

De acuerdo con los trabajadores, en junio se emprendieron las obras de impermeabilización, pero al retirar las placas existentes se quedaron al descubierto grietas que empeoraron la filtración de agua. Ante esta situación, contemplan parar estas obras hasta que no se garantice que se iniciaron a partir de un proyecto ejecutivo y se asegure que lo terminarán de manera correcta y proteger el acervo. Por lo pronto, dicen, sólo han podido actuar de manera “emergente”. “Los que estamos en el turno vespertino hemos tenido que mover y cubrir, por eso no tenemos un registro de lo que se ha dañado. Sí tenemos ubicado, por ejemplo, que todo el acervo de la Sala de referencia tuvo que ser movido porque ahí estaban las goteras más severas. No estamos exagerando cuando decimos que nos tuvimos que enfrentar a cascadas”, explicó Valentina Mendoza, antropóloga adscrita a la Biblioteca.

Por el momento, explicaron, se ha tratado de utilizar lonas para contrarrestrar el daño. Además, han tenido reuniones con Diego Prieto, titular del INAH; Antonio Saborit, director del Museo y con Baltazar Brito, responsable de la biblioteca, con quienes se mantendrán en contacto para revisar lo que ocurrirá con el espacio.

Los trabajadores también denunciaron, que realizaron una búsqueda de información y encontraron gastos “onerosos” en arrendamiento de cómputo de hasta 198 millones en cuatro años, de vehículos por 225 millones en el mismo periodo y 400 millones en inmuebles.

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