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ssierra@eluniversal.com.mx
Ante el Instituto Mexicano de Propiedad Industrial (IMPI), se encuentran 66 registros y solicitudes para otorgar licencias de productos bajo el nombre Frida Kahlo. Con el número de expediente 1903349 y un sello del 13 de junio de 2017, figura una solicitud de registro de un “signo distintivo” que, aunque no se nombra, está dibujado y es un diseño que evoca a la pintora: las cejas. El giro que propone, como se lee en el documento, incluye (su uso para) productos higiénicos y sanitarios de uso médico, complementos alimenticios y hasta “bombachas” para personas incontinentes y para la menstruación, y bragas higiénicas.
El listado de solicitudes y trámites de Frida Kahlo Corporation, empresa creada en 2005, de nacionalidad panameña y con sede en Miami, Florida, incluye también un logo por el 110 aniversario del nacimiento de la artista, que se conmemoró en julio.
Cuántos productos y licencias ha adquirido esa corporación es algo que la parte mexicana de ésta dice desconocer. Ahora, la heredera de la artista en cuarto grado de consanguineidad, Mara Romeo, su hija, Mara de Anda, y Frikahlo de México S.A. de C.V., iniciaron el proceso de rescisión del contrato con dicha corporación.
El 23 de febrero de este año, en el domicilio registrado de Frida Kahlo Corporation —Kane Concourse Nº 2711, en Miami—, a través de un notario y un abogado certificado para ese trámite, notificaron a la corporación la rescisión del contrato de asociación que tenían desde enero en 2005, y que se constituyó en vida de Isolda Pinedo Kahlo, quien era hija de Cristina, hermana de la pintora.
EL UNIVERSAL solicitó a través de correo electrónico a Frida Kahlo Corporation su posición sobre el tema, pero no hubo respuesta.
El documento entregado en febrero, de acuerdo con Mara Romeo, cumple con la forma y sigue lo pactado en el contrato; se les indicó que se rescinde por incumplimiento de varios puntos (se reserva los detalles), en consecuencia, significa que se les revocó la autorización para usar el nombre y marca Frida Kahlo.
Después de la notificación, Romeo y su hija —quienes constituyeron en 2011 Familia Kahlo S.A. de C.V.— informaron al IMPI de la notificación y le pidieron que les regresen las marcas que hoy usa la corporación. “Estamos a la espera de que las autoridades nos den el sí para recuperar nuestra marca”, dice Mara de Anda.
“El IMPI ya sabe y está analizando el documento, para decidir con base en el contrato”, asegura Pablo Sangri, del departamento de Mercado de Familia Kahlo S. A. de C.V., cuando se les pregunta por qué no proceder por una vía jurídica: “La notificación surte efectos por sí misma porque en el contrato, desde un inicio, fue pactado que en caso de que una de las partes incumpliera con las obligaciones ahí definidas, el contrato causaría su rescisión inmediata sin necesidad de que una autoridad administrativa o judicial tuviera que reconocer ese acto”, argumenta Sangri. Agrega que los efectos de esa rescisión son retroactivos: todo tiene que regresar a como estaba en 2005 y todas las marcas regresarán a la titular: Mara Romeo.
Frida Kahlo Corporation –que, en todo caso, aún está registrada ante el IMPI— continúa usando el nombre e imagen de la artista. Esa corporación ha otorgado licencias para productos que se pueden ver en grandes tiendas departamentales, o en línea; esmaltes de uñas, bolsos, labiales, libretas, tenis, playeras; ha abierto dos restaurantes con el nombre de la pintora en Morelia y Playa del Carmen, donde a mediados de este año inauguró un museo. Las herederas reclaman que nada de esto se les ha notificado.
Frida Kahlo Corporation, en varios espacios (por ejemplo http://fridakahlofoundation.com) se presenta como “quien autoriza los derechos de imagen y el uso del nombre de Frida Kahlo en el mundo”.
Al respecto, De Anda alega que aquellos no tienen los derechos y cuestiona: “Han usado muchas imágenes, hacen lo que se les pega la gana. Nunca informan lo que van haciendo, cómo lo hacen, por qué lo hacen ni con quién lo hacen. Desde 2009 no sabemos nada y siguen solicitando licencias; tenían que informarnos para trabajar en conjunto. Tuvieron el permiso cinco años; la asociación fue entre 2005 y 2010”.
F.K. Co. tuvo en el inicio de la sociedad autorización para el uso de la imagen de la pintora en el desarrollo de un tequila que lleva el nombre de la artista; la imagen de este tequila está basada en un retrato que tomó Guillermo Kahlo, su padre, el cual se encuentra registrado ante el Instituto Nacional del Derecho de Autor, y sus derechos pertenecen a Mara Romeo. Esa imagen continúa apareciendo en algunos productos.
Los antecedentes. Romeo y De Anda defienden que la asociación buscó comercializar y preservar el legado que tienen de Kahlo. “Cuando comenzamos a asociarnos, únicamente nos asociamos en las marcas nominativas que en ese momento teníamos, pero obviamente todo lo que es el nombre de Frida, las imágenes, lo tenemos nosotros, única y exclusivamente nosotros. Nosotros nos asociamos con Frida Kahlo Corporation, nos asociamos, no vendimos los derechos; aportamos como familia ciertas marcas nominativas, que básicamente son unas letras que juntas se leen Frida Kahlo, pero no es la firma, la imagen, el nombre ni las fotografías de ella. Fue la marca nominativa, en ciertas categorías de productos, que se transmitió a Frida Kahlo Co.”
Sostiene que al crear F. K. Co. acordaron que aportaban la marca nominativa, y que ellos darían dinero y el know-how de cómo crear una marca (niega que fueran nueve millones de dólares como se ha dicho en algunos medios). “El objetivo era comercializar la marca nominativa de Frida Kahlo para proteger lo que se hiciera en el mercado en ese momento. Nos iban a enseñar cómo hacerlo, pero no hicieron eso”, responde De Anda.
Cuentan que desarrollaron las licencias de Converse, Scribe y Bohemia, y que siempre buscaron dar un porcentaje a una causa altruista. “Hemos hecho todas estas asociaciones porque, finalmente, para repartir tienes que hacer dinero, si no ¿qué repartes?”, dice Mara Romeo.
“Lo que ellos no tienen claro es el uso de la imagen—, sostiene De Anda—. Empiezan a licenciar con algo que no tienen. No tienen la firma, excepto para un producto que autorizamos en su momento: el tequila”.
Las herederas han generado en los últimos años, por su cuenta, productos con Nestlé, Panam, Mont Blanc (que no generó regalías), Tawi, Bonafont; la vinícola Fraternidad, Permachef, y Distroller.
Defienden que lo que hacen “es lo que realmente tenga que ver con
Frida, algo que se refiera a su vida
y lo ponemos en contexto para que
el consumidor final sepa algo que no sabía de Frida, que la sorpresa sea: ‘Estoy adquiriendo, no nada más un producto, sino parte de la historia de ella’”.