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abida.ventura@eluniversal.com.mx
En 2009, el artista Camilo Ontiveros (Sinaloa, 1978) tomó las pertenencias de su cuarto de estudiante en Los Ángeles para crear una escultura que reflexionara sobre los migrantes y la deportación. ¿Qué pasaría si un día llegara a ser deportado?.
“Obtuve mi estatus legal en el 96 y mantengo ese mismo estatus, pero me puse a pensar qué pasa con las personas que están de manera ilegal”, relata en entrevista el artista que se ha dedicado a explorar problemáticas sociales, como la inmigración en la frontera entre México y Estados Unidos, y quien en 2010 recibió el Premio Illy en ARCO Madrid.
Aquella pieza, titulada Temporary Storage (Almacenaje provisional), cambió de sentido totalmente cuando a principios de este año se enteró a través de una asociación de protección a migrantes que el mexicano Juan Manuel Montes había sido deportado a pesar de tener estancia legal a través del DACA, el programa de protección a migrantes que impulsó Barack Obama y que en las últimas semanas fue el centro de atención debido a las intenciones del presidente Donald Trump para eliminarlo. Juan Manuel, un joven de 23 años que había vivido en EU desde los 9, fue el primer dreamer deportado en esta administración.
Esa historia llevó a Ontiveros a replantear la pieza y en lugar de sus pertenencias tomó las del deportado para rehacer la escultura. Hoy, la pieza recibe a los visitantes en la exposición colectiva Home—So Different, So Appealing, que recientemente abrió sus puertas en el Museo de Arte del Condado de Los Ángeles como parte de la iniciativa Pacific Standard Time: LA/LA, que esta semana inició en esta ciudad para tender puentes entre Latinoamérica y Estados Unidos.
En entrevista, el artista habla de esta pieza que se exhibe junto a obras de otros artistas latinoamericanos, así como de la situación de los migrantes en este país y de la necesidad de una reforma migratoria que proteja a los miles de latinos que, dice, son una parte importante de la economía de este país.
¿Cómo fue concebida esta escultura que ahora se exhibe en el LACMA?
Es una pieza que hice en 2009, pero que volví a hacer este año. La pieza trataba de hablar sobre la migración durante las elecciones en Estados Unidos. Ese año, el entonces presidente Barack Obama estaba siendo electo y el tema de migración estaba por todos lados, mucha gente fue deportada entonces y nadie hablaba de eso, nadie hablaba de algo formal sobre la migración, deportación y los asuntos que afectan directamente a la gente que está indocumentada en este país, en su mayoría mexicanos. En ese momento era estudiante, rentaba un cuarto y todo lo que tenía es lo que utilicé para formar esta escultura, que habla de la manera de cómo se prepara uno para cierto momento si eres retirado de tu lugar, de tu casa, de tus amigos, de tu familia. Y para esta exposición en el LACMA tuve la oportunidad de trabajar con las cosas de Juan Manuel Montes, que fue deportado a principios de este año. Él había recibido el DACA, que se supone que le permitía estar en Estados Unidos de manera legal, pero aun así fue deportado. Quise trabajar con algo de lo que está pasando en la actualidad, de la situación que estamos viviendo día a día los migrantes en Estados Unidos, ya sea de forma legal o ilegal en este país.
¿Cómo obtuviste sus pertenencias? ¿Cómo fue el proceso para crear la pieza?
Tuve la oportunidad de trabajar con la familia de Juan Manuel Montes. Los contacté a través de una organización que ayuda a migrantes, fueron ellos los que me contaron su historia. Me puse en contacto con su mamá, platicamos, le comenté lo que quería hacer y ella estuvo más que a disposición para participar en esto.
En las recientes semanas tu obra cobró mayor fuerza, especialmente cuando se había anunciado la posibilidad de la eliminación del DACA; el mismo LACMA la estuvo destacando en este contexto en sus redes sociales…
Sí, irónicamente gracias a Trump y sus intenciones de eliminar el DACA la pieza está teniendo más atención. Es sarcástico. Pero se veía venir porque Trump ha tenido esta retórica desde que estaba como candidato; su retórica siempre ha sido atacar a estos grupos marginales, a las minorías. Pero creo que desde que empezó DACA, todo ha sido cuestionable, el programa le ha dado mucha oportunidad a miles de estudiantes, pero siempre ha habido algo raro porque estás obteniendo un permiso legal, pero estás dando toda tu información personal, la de tu familia, y eso te pone en riesgo, al estudiante o a la persona que está aplicando. Siempre había ese riesgo, creo que nos hace más vulnerables, porque te preguntas qué van a hacer con esa información. La pieza está teniendo mucha atención y qué bueno porque me gusta hablar de temas reales, me gusta poner los pies en la tierra y hacer este tipo de “statements” para hablar de las situaciones que estamos pasando como emigrantes. Para mí es una oportunidad tremenda de poder representar algo que está afectando a mucha gente, sobre todo a la comunidad hispana. Traer este tipo de énfasis a un museo, espero que ayude a difundir y que haga pensar al público y ver cómo podemos ayudar o qué podemos hacer como ciudadanos.
¿Fuiste beneficiario del DACA?
No. Yo llegué a Estados Unidos en 1993, soy de Rosario, Sinaloa. Obtuve mi estatus legal desde el 96. Tengo familia aquí, tengo dos niños. Pero fui a la escuela, a la Universidad gracias a las oportunidades que se dieron en ese momento. Y esto de DACA nos da la oportunidad como migrantes, como me tocó a mí, de venir a este país y tener oportunidades. DACA empezó a abrir la oportunidad para muchos, empezó a rascarle y hacer algo que se necesita aquí, que es una reforma migratoria que hemos estado esperando por años; desde hace 10 años se está hablando de ella; este momento en la política de Trump es algo que queremos, somos partícipes en la economía, en la cultura, en muchas cosas que hacen a este país, a esta economía fuerte. Necesitamos que se dé paso a una legalidad de todos aquellos que somos parte de esa cultura y esa economía. Pienso que DACA fue un gran comienzo que ahora quiere ser truncado por Trump, pero que al mismo tiempo le pone presión al Congreso para que tome decisiones que deben dirigirse a una reforma migratoria.
¿Qué posibilidades te da el arte para reflexionar sobre la problemática de los migrantes?
En el arte uno puede ser muy abierto y hay mil maneras de expresión, entonces tenemos muchos “stages”, instituciones, espacios donde podemos, como artistas, desarrollar ideas, presentarlas al público, tanto en espacios como instituciones, también en espacios pequeños, en las calles, en tu casa, como artistas tenemos todo abierto. Lo que trato es de utilizar esas maneras de expresión y esos espacios para traer temas que nos están afectando directamente. En lo personal, me gusta hablar de las cosas que me han afectado a mí, pero que también se proyectan a miles de personas, me gusta hablar de migración porque soy migrante en ese país; de la economía también, la economía que como migrantes desarrollamos en un país donde no se nos ve como ciudadanos. Pacific Standard Time: LA/LA habla mucho de eso, de juntar a artistas latinoamericanos para hablar de las situación política y social que se está viviendo tanto en Latinoamérica como en Estados Unidos y es muy importante en este momento que estemos todos aquí, tratando de dar nuestro granito de arena y proponiendo nuestras obras bajo ese mismo contexto.
¿En qué momento te interesas en el tema de migración?
Ha sido parte de mi vida ese tema. Es lo que he vivido, lo que está a mí alrededor. He vivido en Los Ángeles, en San Diego; soy hispano, hablo español. Es lo que he estado viviendo todo el tiempo, cuando veía la TV el tema estaba en las noticias siempre, desde que era niño. Al vivir en la frontera vives esa transcultura a diario, es inevitable no hablar de eso, no tomarlo como tema, en mi trabajo. Hasta cierto punto siento esa responsabilidad de representar eso como artista.